Número de edición 8481
La Matanza

Gregorio de Laferrere: Gran demostración de fe por el Gauchito Gil

MAT0 Gauchito Gil III B

En un gran santuario ubicado al pie de la ruta 21 en las cercanías del complejo de YPF, se rindió homenaje al Gauchito Gil, allí cientos de fieles realizaron largas colas que llegaban alrededor de las 5 cuadras para saludar a este santo popular, NCO estuvo allí donde los testimonios de fe y esperanzas se multiplicaban, como así también las demostraciones de afecto ante su figura.

Cronista: Patricia Dávila  patriciasdavila@gmail.com

Fotógrafo Colaborador: Ezequiel Peralta pea23photouniques@gmail.com

Como todos los 8 de enero la fé se renueva ante la figura del Gauchito Gil, en el aniversario de su ejecución por desertor en la ciudad correntina de Mercedes, donde vivió entre 1830 y 1874.  Es por que en el santuario ubicado sobre ruta 21 y Cristiania los saludos al pie del santo se multiplicaron al momento de la llegada de ciento de matanceros que allí se quedaban aguardando en una extensa fila para entrar a las puertas de este lugar. “Yo vengo porque el año pasado padecí de cáncer en la tiroides los médicos me dijeron que tenían que extirparme un tumor que era maligno, le pedí al gauchito que me proteja porque no quería operarme y quería curarme del cáncer, cuando llego para hacerme los prequirurgicos me dijeron que no tenía nada, ni tumor ni nada, no lo podía creer me volvieron hacer los exámenes y era verdad no tenía nada, fue un milagro me dijo el médico” relato entre llantos Olga Verle, vecina de Isidro Casanova.

En la larga fila, se destaca la figura de Osvaldo, con un rosario entre sus manos y llorando desconsoladamente, el cual ante la pregunta de porque estaba conmovido, respondió “le debo todo al gauchito yo tuve una enfermedad donde no me daba ni 5 meses de vida, y es el día de hoy que se cumplen 5 años en que estoy vivo, puedo disfrutar de mi nieta y otra en camino que viene,  ya tendría que estar con Dios en el cielo, pero el gauchito me salvo, viví esos meses muy mal angustiado con pensamientos de suicidio, pero vi la historia de él y le pedí con todo mi ser que me curara que le seré fiel, y acá estoy, mi familia no lo puede creer que este así , yo tampoco, los últimos análisis de sangre salieron muy bien, el médico me felicitó porque estoy en buenas condiciones pero todo se lo debo a él, al gauchito”.

En Corrientes, provincia natal de este santo, y en miles de lugares en todo el país se replicaron estos saludos y agradecimientos, que incluyeron festivales y coplas hasta el amanecer. “Yo soy correntina pero este año no pude viajar allá por cuestiones económicas pero vengo acá a decirles gracias al gauchito porque mi nieta puede caminar, nació con un problema en la medula espinal y los médicos le dijeron a mi hija que no iba a caminar que buscara tratamientos kinesiológicos, hasta sillita de ruedas, y ahora mi nieta tiene 1 año y medio y está caminando con dificultad pero camina, la estamos ayudando con kinesio y lo está logrando, le debo mucho al guachito” exclamo Hilda, que vive en la localidad de Virrey del Pino.

Su historia

En la página gauchitogil.net, se describe su historia la cual está plagada de muchos misterios y de una leyenda que seguirá viva en sus devotos. “Cuenta la leyenda que el Gauchito Gil, Antonio Gil Nuñez, nació en la provincia de Corrientes (Argentina), en la zona de Pay Ubre (actualmente Mercedes), aproximadamente en el año 1847. De joven se enamoró de una joven viuda que era pretendida por el comisario del pueblo. El policía comenzó a perseguir a Antonio Gil, aprovechándose del poder de su autoridad, hasta que finalmente se enfrentaron a duelo en una pulpería. En la pelea el Gauchito Gil le perdonó la vida, pero debió huir del pueblo”.

“La guerra contra el Paraguay lo alistó en el ejército, pero al final de la misma el enemigo pasó a estar dentro del mismo país: fue convocado por el ejército federal para luchar contra los unitarios. Como no estaba de acuerdo con los enfrentamientos internos del país, decidió huir junto a dos compañeros. Su decisión no fue tomada por cobardía, sino porque no toleró el derramamiento de sangre entre hermanos ocasionados por las batallas correntinas del siglo XIX. El ejército lo encontró finalmente y le quitó la vida un 8 de enero, posiblemente del año 1868. Desde entonces, todos los 8 de enero se conmemora su muerte y es entonces que en el santuario se pueden escuchar, junto a rezos y plegarias, bailes y chamamé correntinos que el pueblo baila y le canta a su santo”.

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