
El grupo llamado “Vecinos de la plaza Pueblos Originarios” de Gregorio de Laferrere alertó a las autoridades de esta delegación sobre el rejunte de basura que se encuentra desde abril en la plaza Pueblos Originarios, pero aún no obtuvo respuesta alguna.
Analuz Laggiard
ana.laggiard@gmail.com
En diálogo con Diario NCO, Jorge Serrano, miembro del grupo, manifestó: “Hicimos el pedido el 17 de abril en la delegación de Laferrere que dirige Daniel Videla y fue ratificado el 4 de mayo, pero hasta el momento no hay solución. Pedimos también corte de pasto, limpieza de la plaza, arreglo de juegos rotos y cambio de dos luminarias, pero solo se solucionó el último pedido”.
Esta situación de abandono fomenta la contaminación medioambiental, la aparición de insectos, el mal olor, la acumulación de más basura, entre otras consecuencias, las cuales afectan la salud y la vida cotidiana de quienes viven alrededor.
“Incentiva a ampliar el basural: se suman los restos de poda, algún vecino realiza quemas desesperado porque no hay respuestas y sabemos que el humo afecta a las vías respiratorias. Se empiezan a ver ratas, el espacio se va degradando”, señaló Serrano.
Incumplimiento de responsabilidades
“El municipio no produce un mantenimiento adecuado de las plazas, por ejemplo, muchas veces los mismos vecinos repararon los juegos. Hace un año un niño perdió dos dedos en la plaza Altos de Laferrere por tener un accidente en un juego en mal estado”.
Este escenario es desesperante: los riesgos y posibles accidentes que pueden ocurrir y la contaminación producto de los desechos son los resultados directos del incumplimiento por parte de las autoridades de conservar en buenas condiciones espacios verdes y de recreación como lo son las plazas.
Así, el grupo “Vecinos de la plaza Pueblos Originarios” surgió como una iniciativa por parte de los ciudadanos matanceros en el 2006 y su principal objetivo es cuidar y mantener estas áreas, además de realizar actividades de entretenimiento para los residentes.
“Existe en la mayor parte de los barrios de La Matanza una necesidad de espacios recreativos. En 1968 se producen los loteos y este espacio fue destinado a plaza, pero el municipio no había tomado cartas en el asunto. Los vecinos forestamos el espacio con especies nativas de la provincia de Buenos Aires que nosotros mismos producimos, siendo la única plaza de La Matanza con esas características”.
“También hicimos juegos para los niños con vecinos herreros e incluso veredas. Nos organizamos horizontalmente porque creemos en las construcciones colectivas sin imposiciones autoritarias y sin perseguir fines de lucro. Además realizamos dos veces por año actividades culturales”.
Es alarmante que quienes son responsables de estos espacios públicos no intervengan de la manera correspondiente y sean los propios vecinos quienes deban asumir el rol que debería ocupar el propio municipio.
Todo gracias a los vecinos
El compromiso de este grupo es enorme, tanto que su principal objetivo es enfocarse en los más chicos para brindarles un espacio donde puedan jugar y divertirse con sus amigos. En este sentido, algunas de las actividades que se realizaron fueron juegos al aire libre, día de cine, pintura, música, ajedrez y hasta shows en vivo.
Tampoco se dejó de lado la magia, los festivales, el circo ni los bailes autóctonos cada día de primavera. Por otro lado, la plaza no solo se presta para realizar eventos recreativos y dinámicos, sino que también suele ser un espacio de denuncia sobre ciertos temas de actualidad.
Por ejemplo, los maestros de diferentes escuelas de la zona utilizaron este espacio recuperado por los ciudadanos para poder comunicar a la comunidad las causas del paro docente y sus reclamos.
En este sentido, Jorge Serrano expresó: “Creemos en el derecho a vivir en un ambiente sano. Creemos en que lo público debe prevalecer por sobre lo privado. Podemos acompañar procesos de recuperación de espacios en otros lugares tal cual lo hicimos nosotros”.
Así, la prevalencia y cuidado de estos espacios es muy importante porque gracias a ellos niños y adultos pueden disfrutar de actividades recreativas en familia, en un contexto donde se hacen cada vez más difíciles económicamente los momentos de disfrute.