Número de edición 8481
La Matanza

Indagarán al acusado del doble crimen en Villa Luzuriaga

El hombre detenido acusado de ser el autor material de los homicidios del mecánico Ariel Gonzalo Morfú y de su empleada doméstica, asesinados el último martes de un tiro en la nuca en una casa de la localidad bonaerense de Villa Luzuriaga, será indagado por la Justicia el este jueves al mediodía.

Fuentes judiciales informaron a Télam que el acusado, en cuyo prontuario figuran causas por robos a mano armada, será trasladado en la mañana de este jueves desde la comisaría de San Justo, donde está detenido, hacia los tribunales de La Matanza, donde comparecerá ante los fiscales de homicidios José Luis Maroto y Carlos Arribas.

Los investigadores averiguaron que el sospechoso, apresado anoche por la policía en la localidad de Isidro Casanova, partido de La Matanza, tenía una relación comercial con la víctima y había acordado venderle dólares a bajo costo.

Es que el padre del mecánico declaró ante la Justicia que él le había prestado 50.000 pesos a su hijo porque éste pensaba hacer un “buen negocio” comprando esos dólares baratos, pero esa suma de dinero desapareció de la casa de la víctima.

Según dijeron a Télam fuentes de la investigación, entre los últimos llamados previos a su muerte Morfú mantuvo una comunicación con el detenido, presuntamente para acordar el encuentro en el que harían el intercambio monetario.

En tanto, si bien durante el allanamiento de anoche en Isidro Casanova la policía no halló ningún arma, sí encontró una suma considerable de dinero en efectivo.

Los fiscales deberán determinar si ese dinero es producto de la actividad comercial a la que se dedicaba el detenido o si, por el contrario, puede estar relacionada con Morfú.

Los voceros dijeron, además, que no se descarta la participación de una segunda persona en el doble crimen, aunque hasta el momento no había testigos que hayan visto el ingreso o la salida de sospechosos de la casa de Morfú a la hora de los disparos.

El hecho ocurrió el martes, alrededor de las 19.30, en la vivienda situada en Lartigau al 2900, de Villa Luzuriaga, partido de La Matanza, donde se encontraba Morfú junto a su empleado doméstica, María Lizarraga.

Cuando los policías alertados de los disparos entraron a la casa se encontraron con los dos cuerpos baleados y la perra rottweiler del dueño de casa inmóvil, junto al cadáver de su dueño.

Los pesquisas descartaron desde el inicio un robo “al voleo” ya que a Morfú sólo le faltaron 50.000 pesos que le prestó su padre, mientras que su poder se halló una billetera y dinero en un bolsillo y en la casa había más de 8.000 pesos sobre una mesa de luz, electrodomésticos, cuatriciclos, motos de agua y hasta una camioneta 4×4 Dodge RAM.

Según los vecinos, Morfú se dedicaba a la mecánica y estaba a punto de abrir a pocas cuadras de su casa un taller de caños de escapes para motos.

Los pesquisas sospechan que el acusado, al aprovechar que mantenía una relación comercial, fue la persona que acordó con Morfú venderle dólares a bajo costo.

Es que el padre del mecánico declaró antela Justiciaque él le había prestado 50.000 pesos a su hijo porque éste pensaba hacer un “buen negocio” comprando esos dólares baratos, pero esa suma de dinero desapareció de la casa de la víctima.

Los fiscales Maroto y Arribas intentan determinar si los asesinos robaron ese dinero, si Morfú ya había comprado los dólares y si alguna otra persona, que pudo haber actuado como “entregador”, sabía de esa transacción.

La principal hipótesis que manejan los investigadores es que los homicidios se cometieron durante esa operación y que quien cometió el doble crimen entró a la casa del mecánico con su consentimiento, ya que no había puertas ni ventanas violentadas.

La perra Rottweiler de la vivienda tampoco ladró, lo que refuerza la pista de que el homicida era conocido del mecánico.

Los pesquisas establecieron que el doble crimen se cometió unos diez minutos después de que la hija de 6 años de Morfú -quien estaba separado de la madre de la niña- salió de la casa a comprar alfajores a un almacén ubicado enfrente.

“Por ese motivo se salvó de ser la tercera víctima o testigo directa de la ejecución de su padre”, dijo a Télam una fuente judicial.

Es que la encargada del almacén declaró que la nena estaba en su comercio cuando se escucharon los disparos y que ante esa situación no permitió que la niña regresara a la vivienda, sino que la dejó a su cuidado hasta que luego la entregó a un tío.

El dato más llamativo que analizan los pesquisas es que en uno de los bolsillos del pantalón del mecánico se encontraron 5.000 pesos en efectivo, mientras que otros 8.000 fueron hallados en su mesa de luz intactos.

En tanto, las autopsias a los cuerpos de Morfú y de su empleada, identificada por la policía como María Lizarraga, se realizaron enla Morgue JudicialdeLa Matanzay los forenses determinaron que las víctimas presentaba una herida de bala cada uno en la cabeza, a la altura de la nuca.

De acuerdo a los peritos, los disparos fueron realizados desde una corta distancia y desde arriba hacia abajo, por lo que creen que las víctimas estaba arrodilladas, agachadas o tiradas boca abajo en el suelo cuando recibieron los balazos.

En el caso de Lizarraga, ésta presentaba una herida con orificio de entrada y otro de salida, mientras que del cráneo de Morfú los médicos extrajeron un plomo que analizan si servirá para un futuro cotejo balístico.

En ese sentido, los peritos secuestraron el martes por la noche de la escena del doble crimen dos vainas servidas calibre9 milímetros.

Por otro lado, los pesquisas procuran hallar algún testigo que haya visto el ingreso de quien cometió los asesinatos a la casa de Morfú.

“Algunos vecinos hablaron de una moto y de otro vehículo”, dijo a Télam uno de los investigadores.

Incluso, se investiga si se trata de los mismos delincuentes que momentos antes le habían robado un Volkswagen Bora a un empleado de Morfú en su taller mecánico.

El hecho ocurrió el martes, alrededor de las 19.30, en una vivienda situada en Lartigau al 2900, de Villa Luzuriaga, partido de La Matanza, donde se encontraba Morfú junto a Lizarraga, quien residía en una propiedad lindante.

Cuando los policías alertados de los disparos entraron a la casa se encontraron con los dos cuerpos baleados y la perra inmóvil, junto al cadáver de su dueño.

Los pesquisas descartaron desde el inicio un robo “al voleo” ya que Morfú tenía dinero, billetera y otros objetos de valor encima y en la casa se hallaron electrodomésticos, cuatriciclos, motos de agua y hasta una camioneta 4×4 Dodge RAM.

Según los vecinos, Morfú se dedicaba a la mecánica y estaba a punto de abrir a pocas cuadras de su casa un taller de caños de escapes para motos.

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