
Describir las paradojas de un barrio donde las historias vividas salen de las entrañas, hace de Arrabal adentro una obra donde los recuerdos de la infancia y los temas de actualidad invitan al lector a un viaje introspectivo.
María Cristina Hisijos, oriunda del partido de Morón habló con Diario NCO y contó cómo nació esta obra, donde, no tan solo le pone dulzura sino también el estilo propio de un barrio con su lenguaje popular y arrabalero.
María Cristina es maestra de grado en escuela pública del conurbano bonaerense desde 1990, profesión que abrazó, ama y ejerce hasta el día de hoy.
También ilustra, algunos dibujos de su libro son realizados por ella, participó en varios talleres dirigidos por Alberto Ramponelli, conocido escritor, novelista narrador y poeta.
En el año 2011 ganó su primer premio en poesía en el XVII concurso Leopoldo Marechal y actualmente sigue participando de talleres literarios en varios espacios.
Hisijos sintió la necesidad de darle un cierre a todas esas historias que tenia guardadas y encontró en la Editorial Uno del Oeste, a cargo Rubén Alberto Paz (chef, escritor y editor), la posibilidad de concretar.
¿Cuándo empezaste a escribir?
“Empecé a escribir, pero no literatura, escribía cartas, a los 13/14 años, les escribía a amigos que tenía alejados, en ese tiempo se usaba mucho la carta antigua, la carta por correo.
Con el tiempo me di cuenta que eran verdaderas obras porque eran cartas de casi diez hojas yeso me divertía y me entretenía. Después, de grande, de muy grande con 30 y picos largos asistí al taller de Ramponelli.
Pero mi fin era tener con quien compartir lo que leía, perfeccionarme como lectora.Después de dos o tres años del taller de lectura me pasé al taller de escritura alentada por mi profesor.
Ahí me animé y de a poquito empecé a darle forma a este texto, que ahora estoy recordando de cuando era chiquita alguna vez participé de alguna nota en el periódico del centro de estudiantes del Dorrego”.
¿Cuál o cuáles son tus estilos literarios?
“Con respecto al género literario te puedo decir que es un realismo crudo, pero hay también cuentos fantásticos, en cuanto al estilo refiriéndome al lenguaje, al vocabulario es un lenguaje totalmente de barrio.
Un lenguaje popular, hasta tal vez arrabalero, incluso ridículamente arrabalero y antiguo, por momentos esto produce, lo que noté en los talleres, cierto rechazo, tanto por el estilo del lenguaje, del estilo literario como por la temática.
Estas dos cosas, el lenguaje y la temática, de la mano son una bomba total. Produce rechazo en ciertos ambientes que son informal o convencional con la literatura”.
¿Qué representan tus poesías o relatos?
“Representan historias de barrios, historias de barrios hacia afuera y del barrio hacia adentro, hacia adentro del cuero de uno mismo, muy metido desde adentro, muy desde las entrañas y desde las tripas”.
¿Cuándo sentiste la necesidad de hacer el libro?
“Yo tuve un proceso muy largo, tenía muchísimo material y esto hace como de 14 años que vengo escribiendo de manera formal, quizás 15y durante muchos años, muchísimos años tuve una negación total a publicar.
Realmente no quería contaminar el ambiente literario, me parecía que había demasiados escritores y muy pocos lectores y yo me negaba a formar parte de eso.
También, cuando la gracia de tener plata para publicar, cualquiera publica un libro, no le veía la gracia, si la gracia era solamente eso. Muchos años estuve participando en algún que otro concurso.
Concursos que pensaba que si existía la posibilidad de ganar mi obra fuera publicada, de esa manera si tendría gracia o iba a tener el valor de publicarlo, mientras tanto me negaba a hacerlo.
Hasta que surgió la posibilidad y me dieron muchas ganas y dije que sí y si, vamos para adelante pero también encontré una manera de darle forma y ponerle un punto final a dejar de corregir.
Porque era volver a tomar un cuento o era volver a leerlo en algún evento o tertulia literaria o en alguna radio y con cada lectura encontrarle la quinta pata al gato, el pelo al huevo y volver a corregir y volver a corregir.
Nunca se le daba un cuento final a cada cuento, de esta manera fue una manera de descansar, meterlo en algún libro, cerrarlo y decir ya está. Creo que fui bastante autocritica, muy autocritica conmigo misma.
Tenía mucho material, como cincuenta cuentos, y solo un puñado pude aprobar y rescatar, los demás quedaran durmiendo y a futuras y futura correcciones interminables”.
¿No pensaste en dejarlos así al libre albedrio de los lectores?
“No, no podría, mínimo una revisión, una pulida, no podría quedarme tranquila así inquieta como soy”.
¿Qué es Arrabal adentro, qué representa?
“Arrabal adentro es un capricho, talvez, un capricho de esto de decir ‘le doy un punto final al libro’ o el sueño de redondear algo en cuanto a lo personal, eso es Arrabal adentro.
En cuanto al libro es una compilación de cuentos, de poquitos cuentos y un poema, que hablan de historias de barrios, de historia, porque eso es el arrabal, historias del arrabalde adentro, de las entrañas de uno.
Historia de sexualidad, sensualidad, historias de drogas o de violencia, anécdotas personales que tomaron la forma de cuentos, que de esa manera encontré cómo expresarlas.
Sentimientos oscuros o sentimientos no oscuros, muy iluminados y muy profundos y que mediante la narrativa pude encontrarle la vuelta para darle forma.
Y representa al barrio, representa a Morón, representa al oeste, representa sus historias, muchas veces de perdedores, perdedores entre comillas, porque ¿Quién perdedor? ¿Quién es ganador?
Es una postura política también frente a la literatura, porque hacer literatura también es política. Porque ¿Qué cuento? ¿Qué es lo que quiero que se sepa? Y ¿Qué es lo que no quiero que se sepa?
Porque también no solo qué cuentosino cómo lo cuentoes política; que lenguaje voy a usar, ¿el lenguaje de los libros, el lenguaje de moda o el lenguaje que está dentro mío, el lenguaje intrínseco de mi barrio?
Creo que Arrabal adentro es eso, historias que quieren salirse tanto de mi como del barrio y creo que uno puede sentirse reflejado en algunas historias sin querer, sin darse cuenta y que uno mismo se asusta de verse reflejado.
A mi me ha pasado de leer un punto mío en especial y conmoverme a mi misma, a pesar de sabérmelo de memoria prácticamente, por cuanto un sentimiento es tan profundo”.
¿Cuántos cuentos contiene la obra?
“El libro contiene 12 cuentos cortos y un poema a manera de epílogo”.
¿A qué público va dirigido?
“Y va dirigido a un público abierto, pero definitivamente adulto, para menores de 15 años no es este libro. Quizás lo que diga tenga cierto prejuicio, tal vez este equivocada. No todos los cuentos son para un público adulto”.
¿Por qué elegiste a Jorge Boccanera como prologuista y a Gino Bencivenga para la contratapa del libro?
“Con Boccanera tenía un contacto muy lejano, no nos conocíamos personalmente, pero de todas las personas de renombre me quedaba a él para preguntarle, me costó muchísimo conseguir ese prólogo.
Si bien accedió primero quiso leer todo el libro, y lo entiendo, ser una persona con mucho renombre era lógico que no iba a prologar cualquier libro, así que lo tuvo como un mes y yo pensando ‘que iba a pasar’, finalmente lo conseguí.
Si no obviamente el prólogo hubiera quedado para Ramponelli (Alberto) o para “el negro” Barroso (Luis, periodista y escritor), que por más nombre que tuvieran otros, ellos me hubiesen gustado que escribieran el prólogo.
Y Gino, indudable. ‘Uno’ me dijo que había un lugar en la contratapa y pensé en Gino, por ser un hombre muy reconocido en la rama del arte, en el teatro, en la poesía, por su personalidad.
Quería alguien de acá, alguien del oeste, alguien muy arraigado y él es muy laferreriano, así que tenia que ser él. Gino es muy generoso, así que cuando se lo pedí enseguida me dijo que si, sin saber en que se estaba embarcando”.
¿Qué otra actividad realizas?
“Mi profesión es ser maestra de grado, hace 30 años que vivo de esto, es mi profesión, la amo y me honra. Soy de una clase popular socioeconómico muy bajo, pero con esta profesión le di de comer a mi hija y la saque a delante sola.
También dibujo, en el libro hay algunos dibujos míos, de manera informal sin ningún conocimiento catedrático formal al igual que escribo sin ningún conocimiento catedrático”.
¿Hay en vista otro libro?
“Sorprendentemente para mí, sí. Después de haber hecho este, me dieron ganas, quedaron muchos bastarditos, cuentos bastardos afuera y están buenos que me dan lástima que queden afuera.
Pero bueno, hay que elaborarlos, pensarlos, meterse mucho dentro de uno mismo para ver, decidir, y darle forma”.
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