
SADOP La Matanza denunció públicamente a propietarios de escuelas de Gestión Privada que ejercen violencia de género hacia las trabajadoras con la presencia de diferentes medios de comunicación.
Se hicieron presentes las delegadas Marcela Medina, trabajadora del Jardín Teru Teru (San Justo), Mónica Salas, trabajadora del Inst. Alfonsina Storni (Laferrere) y Cecilia Ruiz Durán, trabajadora del Colegio Cervantes/Santa Rosa (Tablada). Contaron sus vivencias personales en la escuela con relación a esta temática tan sensible.
También fue parte del panel la Dra. Delfina Patiño, que compartió con los presentes el caso de la delegada y trabajadora del Inst. Modelo Gabriela Mistral, Marianela Fontela, que fue violentada físicamente por su empleador Ángel Álvaro.
La secretaria general del SADOP Matanza, Nancy Romero, relató distintas medidas que se han llevado a cabo en la lucha contra la violencia de género, incluyendo una jornada de visibilización realizada en los últimos días en diferentes escuelas: Inst. Modelo Ricardo Gutiérrez (San Justo), Jardín Teru Teru/Colegio Federal (San Justo), Inst. Alfonsina Storni (Laferrere), Colegio Cervantes/Santa Rosa (Tablada), Inst. Jesús María Plaza (G. Catán), Colegio Belgrano (G. Catán), Inst. Gabriela Mistral (G. Catán) e Inst. José de San Martín (Virrey del Pino).
“La violencia patriarcal está presente en cada ámbito de nuestra vida, y la escuela de gestión privada, que es el ámbito donde nos desempeñamos laboralmente, no es la excepción. Muchas de nosotras día a día sufrimos violencia por parte de nuestros empleadores, representantes legales, y directivos que utilizan la relación asimétrica de poder para avasallar derechos.
Los empleadores ejercen violencia psicológica, cuando humillan y desvalorizan, falta el respeto y aíslan a las trabajadoras. Laboral y económica, provocando la disminución o la eliminación total del bienestar de las docentes y sus familias
físicamente cuando las empuja, agarra fuerte del brazo o zamarrea afectando su integridad.
Esas violencias culturalmente invisibilizadas no pueden ni deben ser moneda corriente. No podemos naturalizarlas porque son palpables, las hemos escuchado o hemos sido víctimas.
Si sufriste algún tipo de violencia en tu trabajo, no estás sola. Estamos juntxs para que no suceda otra vez”, informaron.