Número de edición 8481
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El ajuste que no se ve: la canasta de servicios públicos aumentó 10,2 por ciento en junio

La canasta de servicios públicos exhibió un alza del 10,2 %.
La canasta de servicios públicos exhibió un alza del 10,2 %.

Según el Observatorio de Tarifas y Subsidios del IIEP-UBA, un hogar promedio del AMBA sin subsidios debió destinar $183.496 para cubrir gastos de energía, transporte y agua. El incremento fue siete veces mayor que la inflación.

Por Florencia Belén Mogno

El debate público sobre la inflación suele centrarse en el índice general y en la evolución de los precios de los alimentos. Sin embargo, existen otros componentes del gasto familiar que también inciden de manera significativa en la economía de los hogares.

Esta cuestión se pone de manifiesto especialmente en un contexto donde se redujeron subsidios y se aceleraron las correcciones tarifarias. Tal es el caso de la canasta de servicios públicos, cuyo comportamiento mensual revela impactos profundos sobre el poder adquisitivo.

La estructura de esta canasta abarca consumos básicos y no postergables: energía eléctrica, gas natural, agua potable y transporte público. El retiro paulatino de subsidios y el encarecimiento de los servicios esenciales produjeron efectos regresivos en el ingreso disponible de las familias.

La canasta de servicios públicos exhibió un alza del 10,2 por ciento, casi siete veces mayor. El dato revela una tendencia sostenida: los servicios esenciales están corriendo por encima del promedio general de precios, lo que impacta con más fuerza sobre quienes menos margen tienen para reducir consumos básicos.

En ese sentido y de acuerdo con el documento al que accedió Diario NCO, el último Reporte de Tarifas y Subsidios, elaborado por el Observatorio de Tarifas y Subsidios del IIEP, indicó que la canasta de servicios públicos exhibió un alza del 10,2 por ciento, siete veces más que los índices de inflación.

Detalles de la investigación

El informe del organismo dependiente de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA indicó que un hogar promedio del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), sin subsidios, necesitó en junio $183.496 para afrontar el gasto mensual en servicios esenciales.

“El incremento del gasto de los hogares respecto de mayo se debió a diversos factores”, explicó el documento mientras que, en relación al servicio de agua potable, se registró “un aumento del cuadro tarifario, además de una leve corrección por la cantidad de días del mes, ya que junio tuvo un día menos que mayo”.

En lo que respecta al gas natural, el informe detalló que “hubo un incremento de sus tarifas en el orden del 3,5 por ciento en el cargo fijo y del 2,5 por ciento en el cargo variable”, y agregó que “aumentaron las cantidades consumidas por efecto estacional”. En otras palabras, el uso se intensificó por el inicio del invierno, lo que reforzó el impacto de la suba tarifaria.

Con respecto a la energía eléctrica, también se verificó un efecto combinado: “El consumo creció respecto del mes anterior mientras se incrementaron los cuadros tarifarios, 3,3 por ciento en el cargo fijo y 2,8 por ciento en el cargo variable”, consignó el estudio del IIEP.

Ampliación de la investigación

En sintonía con lo planteado y en cuanto al transporte público, se observaron diferencias según el tipo de jurisdicción. De esta manera, el informe expuso que “el boleto de las líneas de la Ciudad de Buenos Aires aumentó con la fórmula IPC+2 por ciento, lo que arrojó un 4,8 por ciento en junio”.

En esa línea, el reporte facilitado a este medio agregó: “Las líneas interjurisdiccionales a cargo de Nación se incrementaron 7 por ciento”, por lo que “el costo promedio ponderado del boleto aumentó 5,8 por ciento”.

En tanto en términos interanuales, la canasta de servicios públicos acumuló un incremento del 38 por ciento, muy cercano al índice general de precios, que fue del 39 por ciento. Si bien los porcentajes pueden parecer equivalentes, el informe advirtió que las subas mensuales de los servicios vienen registrando mayor aceleración que el promedio de la economía, lo que genera una presión acumulativa sobre el ingreso disponible.

Desde el Observatorio señalaron que estas variaciones no deben analizarse aisladamente, ya que “los consumos estacionales y los cambios en los cuadros tarifarios deben contemplarse de forma integrada”. A la vez, recordaron que “la eliminación o reducción de subsidios afecta de forma más significativa a los hogares no alcanzados por mecanismos de compensación, como la segmentación energética”.

Por otra parte, el estudio subrayó la importancia de observar la evolución de la canasta completa y no sólo el comportamiento de cada servicio por separado. “La carga acumulada sobre los hogares, medida en términos reales, puede representar un porcentaje creciente del ingreso mensual, en especial en contextos de caída del poder adquisitivo y aumento del desempleo”, advirtieron.

El estudio del IIEP concluyó que “si bien el proceso de corrección tarifaria busca equilibrar las cuentas públicas y fomentar el uso eficiente de los recursos, su impacto sobre los hogares debe ser monitoreado cuidadosamente para evitar efectos regresivos y aumentos desproporcionados en relación con la inflación general”.

Fuente fotografías: Observatorio de Tarifas y Subsidios del IIEP.

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