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Inteligencia Artificial y empleo: el futuro del trabajo será más colaborativo que reemplazable

La inteligencia artificial dejó de ser una promesa.
La inteligencia artificial dejó de ser una promesa.

Un informe al que accedió Diario NCO sostiene que la IA impulsa una transformación laboral profunda, pero sin desplazar completamente a los trabajadores humanos.

Por Florencia Belén Mogno

La inteligencia artificial dejó de ser una promesa de ciencia ficción para convertirse en una herramienta concreta que redefine las reglas del mundo del trabajo. Su creciente implementación en sectores como el desarrollo de software, la salud, el servicio al cliente o la industria farmacéutica plantea tanto desafíos como oportunidades.

En ese aspecto y dentro de este escenario, las advertencias con respecto a posibles reemplazos masivos de empleos comienzan a matizarse, y de esa manera dan lugar a un modelo más centrado en la colaboración entre humanos y máquinas.

En ese sentido y de acuerdo al informe al que tuvo la oportunidad de acceder Diario NCO, elaborado por el Instituto Argentino de Inteligencia Artificial (INARIA), se analizó la manera como la inteligencia artificial se constituye como factor que moldea el presente y futuro del empleo.

IA y mercado laboral

El panorama laboral ya está en una etapa de cambio en cuanto al desarrollo tecnológico. Según el Foro Económico Mundial y la Organización Internacional del Trabajo, para el año 2030 se estima la creación de 170 millones de nuevos empleos, aunque también se espera la transformación —y en algunos casos el desplazamiento— de roles tradicionales.

La clave radicará en la capacidad de adaptación: casi el 40 por ciento de las habilidades requeridas en la próxima década serán distintas a las actuales, lo cual exige una reconversión sostenida de talentos y saberes.

En este proceso, la inteligencia artificial generativa se perfila como una aliada más que como una amenaza. Desde asistentes conversacionales que mejoran la atención al cliente hasta herramientas capaces de acelerar descubrimientos médicos, las aplicaciones de IA ya están insertas en múltiples esferas productivas. Lo que resta definir es cómo prepararse para que esta transición no aumente desigualdades, sino que aporte a un desarrollo más inclusivo.

“La IA generativa, por su naturaleza, aprende y mejora con la interacción humana. Cuantas más personas la utilizan, más útil se vuelve, creando un círculo virtuoso de aprendizaje entre personas y máquinas”, afirmó José Olano Melo, director de Estudios y Proyectos de INARIA en el informe difundido.

Inteligencia artificial y recursos humanos

Según el especialista, la inteligencia artificial puede amplificar el valor humano incluso en puestos propensos a la automatización. En estos casos, se observó una transformación del 66 por ciento más acelerada en comparación con otros. Un ejemplo es el de la ingeniería de prompts, donde quienes incorporan IA a sus tareas reciben un salario hasta un 56 por ciento mayor que sus pares sin ese conocimiento.

Sin embargo, no todas las personas parten desde el mismo lugar. Aunque casi dos tercios de los empleadores esperan que los postulantes posean nociones básicas de IA, el reporte de INARIA expuso que “más de la mitad de los egresados universitarios reconoce no sentirse preparado”.

Esto evidencia una brecha formativa que, según el informe, debe ser saldada tanto por el sistema educativo como por las propias empresas.“La confianza es el límite de las posibilidades infinitas de la IA y la prioridad número uno para los líderes”, sostuvo Olano Melo.

A su vez, destacó que la principal dificultad en la implementación no radica en la tecnología en sí, sino en la resistencia a cambiar actitudes organizacionales. Por eso, recomendó avanzar hacia una alfabetización en IA que comience desde niveles básicos de educación y continúe en la formación profesional.

Las cifras económicas también dan cuenta de la magnitud del fenómeno. Se proyecta que el valor de mercado de la inteligencia artificial alcanzará los 4,8 billones de dólares en 2033, lo cual representa un crecimiento de 25 veces respecto a 2023.

Según el documento facilitado a este medio, las industrias que adoptaron esta tecnología aumentaron por cuatro su crecimiento de ingresos por colaborador desde 2022, con mejoras de productividad que rondan entre el 10 por ciento y el 45 por ciento.

En suma, el informe concluyó que la inteligencia artificial es una fuerza de transformación que exige reinversión constante en capacidades humanas. Lejos de significar un reemplazo absoluto, representa una oportunidad para reconstruir el mundo del trabajo con criterios de eficiencia, inclusión y desarrollo sustentable. Pero esa transición sólo será posible con educación, confianza y políticas de implementación responsables.

Fuente fotografías: INARIA.

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