
Según un informe elaborado por el Área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales (EDIL), en los últimos meses, el salario mínimo acumuló una caída del 30% en términos reales, retrocediendo a los valores de 2001.
Por Maira Palavecino
maipalinfo@gmail.com
Este estudio, realizado por el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la
Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, refleja un contexto económico preocupante para
Argentina en 2025, especialmente en lo que respecta al poder adquisitivo de los trabajadores.
En paralelo, la recuperación del empleo asalariado formal fue débil y en términos interanuales
aún se registró una pérdida significativa de puestos de trabajo. En particular, el salario mínimo,
vital y móvil (SMVM) experimentó una caída en términos reales que lo posicionó por debajo de
los niveles registrados en 2001, antes del colapso de la convertibilidad.
Esta situación, junto con una recuperación laboral lenta y desigual, reflejó las dificultades
económicas que atraviesa el país y que afectan al bolsillo de millones de argentinos.
En este sentido, el informe presentó las cifras del SMVM correspondientes al período
comprendido entre noviembre de 2023 y febrero de 2025. Según los datos, el salario mínimo
experimentó una caída acumulada del 30% en términos reales, lo que lo colocó por debajo de
los niveles registrados en 2001, antes del colapso de la convertibilidad. Este descenso se dio en
un contexto de aceleración inflacionaria, que impactó fuertemente en el poder adquisitivo de
los trabajadores.
La situación comenzó a empeorar en diciembre de 2023, cuando el SMVM sufrió una
contracción del 15% debido a un repunte en los índices inflacionarios. En enero de 2025, el
retroceso fue aún mayor, por lo cual, alcanzó una caída del 17%.
Durante los primeros meses de 2025, la caída continuó con un descenso de 0,4% en febrero, a
pesar de que en diciembre de 2024 y enero de 2025 se habían producido aumentos nominales
modestos del 0,3%. Sin embargo, estos aumentos no lograron revertir el impacto de la
inflación, que superó con creces los incrementos salariales.
Este panorama resultó en una pérdida considerable del poder adquisitivo de muchos
trabajadores que dependen del salario mínimo, el cual hoy en día se encuentra por debajo de
los niveles que se alcanzaron hace más de dos décadas. Este fenómeno evidencia la
persistente pérdida de capacidad de compra y una gran desigualdad en el reparto de los
ingresos en Argentina.
Mientras tanto, el empleo asalariado formal no logró escapar de las dificultades económicas.
En diciembre de 2024, se registraron aproximadamente 6,25 millones de trabajadores
asalariados formales en empresas privadas, excluyendo a los empleados domésticos.
Sin embargo, los datos mostraron que el empleo no creció de manera significativa en los
últimos meses de 2024. De hecho, entre junio y agosto de ese año, se registró un retroceso en
el empleo formal, con caídas del 4,4% en junio y del 11% entre agosto y diciembre.
A pesar de esta caída en la ocupación, los últimos meses de 2024 mostraron signos de una
recuperación débil. En septiembre de 2024, por ejemplo, el empleo formal aumentó
mínimamente en 0,13%, seguido por un incremento del 0,08% en octubre, 0,03% en
noviembre y 0,09% en diciembre. Sin embargo, estas cifras reflejan un crecimiento muy limitado, que no logra revertir la pérdida de puestos de trabajo que sufrió el sector privado en los meses previos.
Además, la tasa de crecimiento fue particularmente débil en comparación con los niveles
previos a la crisis económica, y los aumentos fueron apenas suficientes para mantener el
empleo en un nivel estancado e incluso cuando se compararon los datos interanuales, se
observó una pérdida aproximada de 105 mil puestos de trabajo en el sector privado, lo que
representó una caída del 2% en la ocupación.
Esta disminución en los puestos de trabajo asalariados no hizo más que acentuar las
dificultades económicas de muchas familias argentinas, ya que la falta de empleo formal y
estable afecta directamente al bienestar de los trabajadores.
Un panorama incierto en el empleo privado.
Según los datos de la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), el empleo formal en empresas
de más de 10 empleados sufrió una tendencia contractiva desde el comienzo de 2024.
Si bien entre septiembre y noviembre se registraron algunas leves variaciones positivas, que
marcaron un repunte del empleo formal, la situación no mejoró significativamente. Las cifras
de diciembre volvieron a mostrar una caída del -0,2%, lo que subraya la fragilidad de cualquier
posible recuperación del empleo en el corto plazo.
Los números provenientes del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) también
reflejaron una situación similar, con un estancamiento del empleo y una leve disminución en la
cantidad de trabajadores asalariados registrados. En conjunto, estos datos sugieren que la
recuperación del empleo formal en el sector privado fue minúscula y estuvo lejos de generar
una mejora estructural en el mercado laboral.
Foto: Somos Jujuy
Fuente: Área de Empleo, Distribución e Instituciones Laborales
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