Número de edición 8481
La Matanza

Medio Ambiente: Se realizará la disertación “El agua hay que conservarla y usarla”

pag.2_ AguaInti

El jueves 28 de noviembre a las 9.30 hs en el Auditorio de la Fundación para la Educación, la Ciencia y la Cultura – Moreno 431 1° piso, CABA- tendrá lugar la disertación “El agua hay que conservarla y usarla: Manejo estratégico para una agricultura sustentable”. La disertación estará a cargo del Ing. Agr. Ms. Sc. Rodolfo Gil del Instituto de Suelos de INTA Castelar. La entrada es libre y gratuita y está destinada a profesionales y asesores del sector privado, productores agropecuarios y extensionistas.

Estas jornadas son organizadas por el Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del INTA y el Centro para la Promoción y Conservación del Suelo y el Agua (PROSA).

El agua fue considerada desde siempre como el factor que más incide en la producción de alimentos en el mundo. Esto se entiende claramente si se parte de la base que para producir un kilo de grano de maíz se necesitan más de 500 litros de agua por hectárea, y para un kilo de grano de soja o trigo más de 800 litros, con lo cual  para obtener una cosecha satisfactoria se requieren alrededor de 500 mm, o sea 5 millones de litros de agua por hectárea.  Pero ese volumen de agua debe ser extraído del suelo a través de las raíces, desde la siembra hasta la madurez de cosecha. Cabe entonces entender que el suelo se constituye en un silo de agua, cuya capacidad de almacenaje dependerá básicamente de la textura (proporción de arcilla, limo y arena),  y de la profundidad  que alcancen las raíces (que normalmente superan el metro). “Si tenemos en cuenta que la mayoría de los suelos de la región chaco-pampeana pueden almacenar en un metro de profundidad entre 100 a150 mm de agua disponible para los cultivos, deducimos que aún sembrando en un  suelo totalmente cargado, no alcanza para  satisfacer los requerimientos totales; y que será necesario  recargarlo con la infiltración de las lluvias que ocurran durante el ciclo de producción, procurando reducir al máximo las pérdidas de agua innecesarias que se generan por evaporación y escurrimiento superficial”, comentó Rodolfo Gil.

Aumentar la proporción de agua que pasa por las plantas se convierte en la clave para una producción sustentable: por su aporte al volumen cosechado final, y por el impacto que significa su conversión en materia orgánica: más agua transpirada significa más biomasa vegetal > más aporte de material orgánico > más protección del suelo > mejor estructura y más estable y más agua infiltrada para reiniciar este ciclo. Con lo cual conservar el agua y usarla se convierte  en un círculo virtuoso.

“Esto nos dice a las claras que la única vía de salida de agua del campo que es rentable y sustentable es la que se va por transpiración de los cultivos, y hacia eso debe apuntar cualquier manejo estratégico para una agricultura sustentable”, agregó.

 

Artículos Relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver al botón superior