Número de edición : 8887

La Matanza

Educación inclusiva y solidaridad: internos de La Matanza producen materiales para Escuela Especial

El taller de Braille. Los internos desarrollan habilidades.
El taller de Braille. Los internos desarrollan habilidades.

Un proyecto dentro del Servicio Penitenciario Bonaerense permitió que personas privadas de libertad elaboren recursos educativos para alumnos y alumnas con discapacidad, fortaleciendo la inclusión y los vínculos comunitarios.

Por Florencia Belén Mogno.

El hecho de garantizar el acceso a la educación de calidad y adaptada a las necesidades de cada persona es un desafío que atraviesa a toda la sociedad. Las escuelas de educación especial cumplen un rol central al ofrecer herramientas pedagógicas y acompañamiento a niños, jóvenes y adultos con distintas capacidades, desde dificultades motrices hasta discapacidades sensoriales o cognitivas severas.

En este marco, la colaboración interinstitucional puede convertirse en un recurso valioso. La articulación entre escuelas, organismos públicos y comunidades permite ampliar el alcance de las acciones educativas y fortalecer la inclusión. Proyectos que vinculan a distintos actores, incluso en contextos poco convencionales, como unidades penitenciarias, muestran cómo la educación y la solidaridad pueden transformarse en un instrumento de integración social.

En ese sentido y de acuerdo con la información a la que pudo acceder Diario NCO, en la Unidad 43 de la cárcel bonaerense de La Matanza, un grupo de internos participó en un taller de Braille donde elaboraron mapas, libros, agendas y distintos elementos didácticos destinados a la Escuela Especial N° 502 “Antonio Berni” de Isidro Casanova.

La iniciativa contó con el apoyo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, y buscó fortalecer el vínculo institucional entre la unidad penitenciaria y la comunidad educativa.

La experiencia local

Según el escrito consultado, los materiales producidos se entregaron a la vicedirectora de la Escuela Especial, quien destacó la solidaridad de los internos y la colaboración de los funcionarios penitenciarios para llevar adelante esta experiencia.

La entrega formal de los recursos a los alumnos y alumnas se realizó en la institución educativa ubicada en Avenida de Mayo al 250, donde se reconoció el aporte significativo que representa para el aprendizaje de quienes asisten a la escuela.

El taller de Braille permitió que los internos desarrollaran habilidades prácticas, creatividad y compromiso, al tiempo que contribuyeron a la educación inclusiva. Este tipo de proyectos demuestra que el trabajo en contextos de encierro puede tener un impacto positivo en la comunidad y generar oportunidades de participación y desarrollo personal.

Educación adaptada a diversas capacidades

En sintonía con lo planteado anteriormente, cabe señalar que la Escuela Especial N° 502 “Antonio Berni” se centra en la inclusión educativa y brinda atención a problemáticas que no pueden ser abordadas por la educación común.

Los programas de la institución abarcan la educación de atención temprana, Nivel Inicial y Primario para niños y jóvenes con discapacidad motora, auditiva, visual, mental/cognitiva, trastornos de la personalidad severos y pluridiscapacidad, con edades que van desde los 45 días hasta los 14 años. Además, ofrece educación primaria para jóvenes y adultos sin límite de edad.

El establecimiento educativo desarrolla proyectos pedagógicos adaptados a las particularidades de cada alumno o grupo escolar. En casos de discapacidades sensoriales, como ceguera, disminución visual, sordera o hipoacusia, se implementan estrategias específicas para garantizar la comprensión, la autonomía y la participación activa en el aprendizaje.

En concordancia, también se destaca que la producción de materiales didácticos accesibles, como los generados por los internos, constitiyen un factor que refuerza estos objetivos y facilita la inclusión educativa.

Esta experiencia refleja cómo la cooperación entre distintas instituciones y la creatividad aplicada a la educación pueden contribuir a derribar barreras y brindar igualdad de oportunidades a personas con diversas capacidades. Además, evidencia que la educación inclusiva no solo beneficia a los estudiantes, sino que fortalece valores de responsabilidad y solidaridad en todos los involucrados.

La importancia de la colaboración comunitaria

Proyectos como este muestran que la educación inclusiva se enriquece cuando se articulan esfuerzos entre distintos sectores: la escuela, el Estado, las organizaciones y la comunidad. La generación de materiales adaptados permite que los alumnos accedan a recursos que potencian su aprendizaje y desarrollo, mientras que quienes participan en su elaboración adquieren habilidades y conciencia social.

La experiencia de la Unidad 43 y la Escuela Especial N° 502 destaca la relevancia de pensar la educación de manera colectiva, reconociendo que la inclusión requiere compromiso, creatividad y colaboración interinstitucional. Al mismo tiempo, resalta la posibilidad de transformar espacios poco convencionales, como una unidad penitenciaria, en escenarios de aprendizaje, producción y aporte comunitario.

Como conclusión, la iniciativa reafirma que la educación inclusiva es un derecho que se construye día a día, con acciones concretas, participación y solidaridad. Iniciativas de este tipo fortalecen los vínculos sociales y muestran que, a través de la colaboración y el compromiso, es posible generar un impacto positivo en la vida de niños, jóvenes y adultos con discapacidad.

Fuente fotografías: redes sociales.

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