
Cambios. Un reciente informe del Observatorio Pulsar.UBA refleja que la sociedad argentina atraviesa un proceso de transformación en su relación con la política, el Estado y los derechos individuales.
Por Florencia Belén Mogno
En los últimos años, la política dejó de ser un terreno exclusivo de las elites o los partidos y se convirtió en un eje de preocupación para la ciudadanía. El interés por participar en debates y tomar decisiones sobre asuntos públicos mostró un aumento notable, aunque aún persiste un segmento importante que se mantiene distante de la actividad política.
Esta dualidad refleja un escenario complejo: por un lado, hay más personas dispuestas a involucrarse; por otro, la desconfianza y el escepticismo condicionan la percepción sobre los resultados de la democracia.
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Cambios. La seguridad y los derechos individuales se presentan como ejes centrales en esta redefinición social. Las demandas por orden público se combinan con la preocupación por no resignar libertades, mientras que los derechos personales avanzan en algunos terrenos y generan debate en otros.
Dentro de ese contexto, este equilibrio delicado muestra que los ciudadanos buscan respuestas concretas, pero sin sacrificar garantías fundamentales ni servicios esenciales como salud y educación.
En ese sentido y de acuerdo con el material al que pudo acceder Diario NCO, un estudio de Pulsar.UBA reveló que la democracia “sigue siendo el régimen preferido por la mayoría de los argentinos”.Cambios
Detalles del relevamiento
En principio, el estudio consultado expuso que “en 2024, ocho de cada diez personas manifestaron que prefieren vivir en un sistema democrático, un crecimiento respecto al 70 % registrado en 2023”.
Sin embargo, la valoración está condicionada: “el 42 por ciento sostuvo que, si un gobierno democrático no da respuestas, debería ser reemplazado antes de completar su mandato. Esta posición refleja el peso que tiene la eficacia de los gobiernos sobre la confianza en la democracia”.
Los perfiles identificados por el observatorio distinguen entre “demócratas puros”, “pragmáticos” e “indiferentes”. Entre 2023 y 2024, el grupo de los pragmáticos creció, señalando que muchos argentinos priorizan los resultados por sobre la estabilidad institucional. Paralelamente, la polarización política mostró un leve descenso, con casi el 60 por ciento que afirmó que no condiciona sus relaciones personales por diferencias ideológicas y el 78 % asegurando que no juzga moralmente a quienes piensan distinto.
Ampliación de las conclusiones
En materia de seguridad, el informe indica un giro hacia posturas más punitivas: “dos de cada tres personas respaldaron medidas más duras frente al crimen, y el 66 por ciento apoyó la participación militar en la lucha contra el narcotráfico, aunque la mayoría rechazó la libre portación de armas. Esto evidencia que los ciudadanos buscan mayor protección sin comprometer derechos fundamentales”.
Por otra parte, respecto al Estado, la percepción sobre el gasto público “aumentó del 64 al 80 por ciento entre 2023 y 2024, y existe un amplio consenso en reducir gastos en política y empleo público.
Sin embargo, la mayoría se opone a recortes en salud y educación y demanda control estatal sobre servicios privatizados. La ayuda social también mantiene su relevancia: “el 66 por ciento considera que es necesaria, aunque reconoce que no resuelve todos los problemas”.
En cuanto a los derechos individuales, se observa una tendencia estable hacia su ampliación. La adopción homoparental, la eutanasia y el alquiler de vientres cuentan con respaldo creciente, al igual que la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). En cambio, la legalización del trabajo sexual y del consumo de marihuana sigue generando divisiones en la sociedad.
Por último, la proyección internacional muestra que los argentinos miran hacia el norte global: Estados Unidos encabeza tanto la lista de países con los que Argentina debería vincularse como aquel al que desearían parecerse. España, Canadá e Italia completan el podio de naciones admiradas, lo que evidencia un interés por modelos democráticos y de desarrollo consolidados.
Fuente fotografías: Pulsar.UBA



