

El evento cinematográfico, que ya se prepara para una nueva edición en septiembre, es mucho más que una muestra de películas: se convirtió en un espacio de resistencia cultural frente a los recortes en el sector y un faro para el cine independiente con mirada social.
Por Florencia Belén Mogno.
En un contexto nacional signado por el ajuste presupuestario y el desfinanciamiento de políticas públicas vinculadas a la cultura, el cine argentino enfrenta uno de sus momentos más críticos.
La reducción drástica de los fondos del INCAA y la falta de apoyo institucional impactaron de lleno en festivales, producciones y espacios de formación, y dejaron a cientos de proyectos en situación de vulnerabilidad. Ante este escenario, distintas iniciativas culturales buscan sostenerse con esfuerzo colectivo, autogestión y redes de apoyo que trascienden las coyunturas políticas.
Entre esas propuestas, el Festival Internacional de Cine Luz del Desierto se consolidó como una referencia dentro del circuito nacional e internacional. En diálogo con Diario NCO, uno de sus creadores, el cineasta Luciano Nacci, repasó el recorrido del evento, su espíritu federal y el rol que cumple como espacio de resistencia cultural.
El comienzo de yodo
Respecto al origen, ¿cómo surgió la idea de crear el Festival Internacional de Cine Luz del Desierto?
L.N: El Festival de Cine de Luz del Desierto arrancó en el 2017 porque desde la municipalidad de Roque Pérez, que está a 130 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, nos trajeron la idea de poder hacer un festival en la ciudad. No sabían cómo llevarlo a cabo y nos llamaron a nosotros, a Florencia Velozo (creadora) y a mí, para ver la posibilidad de armar una primera edición del festival. Lo primero que empezamos a pensar es qué nombre le íbamos a poner, y justo en ese pueblo, en Roque Pérez, el primer tren que pasó por ahí, se llamaba Luz en el Desierto, entonces pensamos en esto del cine en el desierto, de que llegue la luz, de que llegue el cine y de ahí nació también el nombre de Festival.
¿Cuál fue el objetivo principal al iniciar el festival en 2017?
L.N: Cuando arrancamos con el festival, nuestro principal objetivo era difundir cine independiente, cine que no se ve o que a veces no llega a las salas de o que tiene una mirada crítica sobre la sociedad, que piensa en la justicia social, que genera la denuncia. Entonces, a partir de ello, fue nuestro principal objetivo difundir las obras de realizadores independientes.
¿Cuál es la misión del festival y cómo se relaciona con la democratización del acceso a la cultura?
L.N: Nuestro objetivo principal con respecto al festival es que siempre crezca. Van pasando los años, ya llevamos 8 años de este proyecto, y cada vez recibimos más películas, exhibimos más películas, vamos agregando categorías. Por ejemplo este año tenemos festival invitado, agregamos nuevas salas, salas mucho más grandes, jurados cada vez más prestigiosos. Es un festival que todo el tiempo está en constante crecimiento y vamos sumando nuevas miradas, intentamos en cierta forma no repetir jurados para que cada vez la familia vaya creciendo y quizás la persona que fue jurado el año pasado participa de otra forma en el festival.
Por otra parte, ¿de qué manera busca el festival fomentar la producción y exhibición independiente?
L.N: El festival fomenta la producción y exhibición a través de varias formas. Por ejemplo la exhibición de las películas de forma independiente, con las que contamos varias salas. Este año tenemos el Centro Municipal de Arte de Avellaneda, el Centro Cultural Kirchner, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el Centro Cultural San Martín, también espacios alternativos como el Café La Faustina, contamos con varios espacios de exhibición que permiten a los realizadores y realizadoras encontrarse con su público. Y por otro lado, a su vez nosotros realizamos charlas, talleres, ya sea sobre producción audiovisual o sobre la realización audiovisual, entonces es como que constantemente se fomenta la exhibición y la producción cinematográfica.
¿Qué papel juega la temática social en la selección de películas?
L.N: El Festival de Luz del Desierto tiene un enfoque social porque es una temática que a nosotros nos interpela, más en los tiempos actuales. Entonces, una forma de nosotros manifestar nuestro pensamiento, la coyuntura global que se está viviendo y donde constantemente hay injusticias, parte de que creemos que la temática social es la mejor forma de expresarse y que las personas o el público pueda encontrarse con películas que hablen sobre la situación actual, sobre la denuncia, sobre la injusticia que se está viviendo.
En cuanto a la realización, ¿cuáles son los principales desafíos que enfrenta el festival en términos de financiamiento y visibilidad?
L.N: Uno de los principales desafíos que enfrenta el festival es el financiamiento. Siempre fue un festival que lo armamos de forma muy independiente, con muy escasos recursos. Lo que empieza a pasar es que cada año se vuelve mucho más difícil. Siempre el festival contó con el apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, y ese apoyo ya no está. Entonces se hace muy cuesta arriba poder hacer el festival. Nosotros obviamente lo intentamos mantener de la mejor forma, porque creemos que es un espacio fundamental para los realizadores y realizadoras que buscan difundir su cine independiente.
Por último, ¿cómo planea el festival seguir innovando y adaptándose a los cambios en la industria cinematográfica?
L.N: El festival todo el tiempo se está adaptando a los nuevos cambios que se van dando con respecto a la coyuntura tecnológica y nacional. Nosotros implementamos, por ejemplo, la plataforma Bafilma, que es una plataforma de la provincia de Buenos Aires para la exhibición de contenido audiovisual y así la gente que no esté en el lugar o que se encuentra lejos de la Ciudad de Buenos Aires o de Avellaneda pueda ver las películas. Igualmente, nosotros desde el festival siempre fomentamos que las películas se vean en la sala. Más allá de los cambios tecnológicos que pueda haber cada año y demás, la experiencia cinematográfica de ver una película en una sala, con la luz apagada, en una gran pantalla, con un gran sonido, no tiene precio. Entonces, más allá de la innovación, nuestro objetivo es que vos siempre te sigas encontrando en la sala y más que nada para encontrarnos también con otros realizadores y con otras miradas.
Fuente fotografías: entrevistado Luciano Nacci.
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