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El gobierno desafió a la economía y no encuentra su rumbo

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La inflación y la caída del consumo son los grandes desafíos.

La inflación y la caída del consumo son los grandes desafíos de la economía argentina, según el especialista en economía, Darío Banga y en diálogo con Radio Hexa analizó las políticas del gobierno y las tensiones económicas que enfrentan los ciudadanos.

Por Maira Palavecino
maipalinfo@gmail.com

En ese sentido, en un panorama de incertidumbre, la brecha cambiaria y la insostenibilidad del consumo parecen marcar el destino del país. A pesar de los esfuerzos por contener la inflación y controlar la devaluación del peso, los datos económicos siguen dando señales de alarma.

Darío Banga adviertió que el gobierno debe revisar con urgencia indicadores clave como el comportamiento de la inflación núcleo y la caída del consumo. El panorama social también refleja la tensión generada por una economía que no logra recuperar la estabilidad.

En un contexto económico desafiante, la inflación continúa siendo uno de los principales focos de preocupación. El viernes pasado, se conoció la cifra oficial: 2,4% en el índice de precios al consumidor, un dato que para el presidente de la Nación estuvo directamente vinculado con un aumento en el precio de la carne. Sin embargo, para Darío Banga, esta visión es demasiado simplista y no refleja toda la complejidad del fenómeno inflacionario.

“Hay datos económicos que el gobierno debería estar mirando con lupa, por ejemplo, la situación de la inflación que se dio a conocer el día viernes, que hubo 2,4 y el presidente dijo que eso se dio porque hubo un aumento en la carne en promedio del 10%”, expresó Banga en diálogo con Radio Hexa.

“La realidad es que, obviamente, siempre pasa eso. Por ejemplo, los productos estacionales bajaron un montón. Estamos hablando que el componente estacional de la inflación fue menos de 0,8”, explicó el economista. Esto
sugiere que la inflación, en su conjunto, no responde solo a los aumentos de ciertos productos, sino que refleja una estructura inflacionaria mucho más complicada.

Uno de los factores clave en la actual dinámica económica es la política de devaluación gradual del peso, conocida como el “crawling peg”. En enero, el gobierno se comprometió a reducir esta devaluación mensual del dólar oficial del 2% al 1%.

En relación a lo mencionado, esta medida formaba parte de la estrategia para reducir la inflación, pero los resultados parecen no ser los esperados. Según Banga, la devaluación no logró el impacto deseado y la inflación sigue alejándose del objetivo.

“El problema está en que el gobierno apostó a principios de año a bajar lo que se conoce como ‘crawling peg’ y todos sabemos que esto es una devaluación mensual del dólar oficial”, sostuvo.

Además, detalló que “en su momento lo tenían en un 2% y la estrategia por parte del Ministro de Economía era que la inflación empiece a bajar y cuando llegue al 2%, el ‘crawling peg’, es decir, esa devaluación del 2% mensual va a ser al 1% y bajar la inflación al 1, que es lo que quiere Milei”.

Sin embargo, el economista sostiene que la situación actual revela que el país está más cerca de una disparidad cambiaria que de una inflación controlada.

“La inflación, si bien te llegó a 2, ahora está en 2,4, entonces se está alejando del 2, no se está acercando al 1, y eso genera más el estiramiento de esa brecha”, añadió.

En este sentido, Banga advirtió que, al no conseguirse una reducción efectiva de la inflación, las tensiones cambiarias y las disparidades del tipo de cambio seguirán presionando a la economía, dificultando la estabilización de los precios.

Otro factor crucial en la economía actual es la inflación núcleo, que excluye los componentes estacionales y volátiles. Según los datos de febrero, la inflación núcleo se ubicó en un alarmante 2,9%. Este componente es fundamental porque refleja la tendencia de los precios sin los efectos temporales de productos estacionales como los alimentos.

“La inflación núcleo está en 2,9. O sea, el núcleo es un núcleo del 3%, casi”, puntualizó el economista. Este indicador sugiere que la inflación estructural está aún lejos de controlarse y podría complicar aún más los esfuerzos del gobierno por estabilizar la economía.

A este panorama inflacionario se suma la caída en el consumo, otro de los grandes problemas de la economía argentina. Según Banga, la caída en el consumo de productos básicos, como alimentos y bebidas, sigue siendo
alarmante.

“La caída del consumo básico es del 9.8%, es una caída grande y sigue todavía desde hace 16 meses y eso no se puede adelantar. La gente no puede comprar consumos masivos, que son los productos de alimentos, bebidas y
que se consume a diario”, explicó.

Este deterioro en el consumo refleja una situación crítica para muchas familias, que ven cómo sus salarios bajan debido a los altos costos de los servicios.

“Gran parte de nuestros salarios, se los está llevando los servicios, entonces la gente no llega a fin de mes porque está pagando algún servicio, como el colegio, la luz, la prepaga y no le queda plata para consumir”, destacó Banga.

Una de las críticas que Banga formuló fue hacia la metodología con la que se mide la inflación, particularmente en lo que respecta al componente de los servicios. En su opinión, los cambios en la manera de medir estos gastos distorsionaron la representación de los mismos, por lo cual, generó una desconexión entre el consumo real de los hogares y las cifras oficiales.

“Por eso, también está la discusión de cambiar la forma de medir en su momento el INDEC porque el componente del servicio se mide en un porcentaje de los ingresos, como era antes, entonces la gente se le cae el
consumo como le viene cayendo, así automáticamente”, afirmó.

El panorama social también refleja la creciente desconformidad de los ciudadanos. Las tensiones por el costo de vida y la falta de poder adquisitivo se hicieron evidentes en las calles, como lo demuestran las recientes protestas de jubilados.

“Hoy a nivel social ya se nota un disconformismo, ya se ve en la calle, en lo que pasó con los jubilados la semana pasada”, comentó Banga, haciendo referencia a las movilizaciones y al malestar social.

En cuanto a la gestión política, Banga considera que el gobierno muestra una gran inconsistencia en su discurso y en sus acciones. “El gobierno es cambiante según quién se lo plantee. Si se lo plantea la oposición o si se lo
plantea el FMI, hay que hacer lo que es. Sí, el Papa era el maligno del mal y ahora tiene poder, es una buena persona. Si Zelensky era el mejor aliado nuestro, ahora Donald Trump le soltó la mano”, criticó el economista.

También Banga concluyó: “Se está viendo como una sangría por parte del Banco Central y lo que nosotros vemos, en algunos casos, muchos economistas también ven, es que eso es parte de un malestar de una sangría
que empieza a bajar la brecha, la caída de reservas y se estancan los depósitos”.

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