
Cuando la humanidad comienza a asumir que la situación actual se mantendrá por un tiempo indeterminado, más corto que largo, las mentes se ponen a funcionar para crear soluciones a diferentes cuestiones, y que sea más sencillo, o incluso divertido, respetar las recomendaciones que tanto a nivel estatal como a nivel mundial (las directrices de la OMS) se nos van dando.
Así, ha sucedido en Canada que los premios de lotería, o más concretamente los famosos cheques en los que reza el monto del premio, han empezado a ser entregados por robots en vez de por personas, para poder hacer efectiva la distancia social. En los últimos días se ha vitalizadlo la foto de Guylaine Desjardins, ganadora de $6 millones, quien llevaba 25 años jugando los mismos números de la suerte, una práctica que algunos consideran ridícula, pero que a ella le ha dado resultado. Si es insólito ganar la lotería, más lo es cuando la combinación de números ha sido invariable durante el último cuarto de siglo, pero que además, seas una de las primeras personas a las que un robot le entregue el premio, es una experiencia inolvidable.
El robot en cuestión, de estatura similar a la de una persona, ha sido una creación de unos estudiantes universitarios, según han comunicado los funcionarios de la lotería canadiense Loto-Quebec, y es una simple muestra del derroche de ingenio al que estamos asistiendo para superar diferentes situaciones. En concreto, lo que concierne a la distancia social se ha visto resuelto sobre todo con señales en los suelos para marcar los dos metros, metro y medio o la distancia estipulada en cada país. Pero también dio la vuelta a internet una imagen de una terraza de una cafetería, en la que los comensales lucían unos sombreros con “antenas” hechas con corcho que sobresalían como radios de metro y medio, para obligar a mantenerse espaciado de los que están alrededor (a menos que quieran chocarse constantemente con sus sombreros).
En cuanto a las herramientas para no tocar directamente las manecillas de las puertas, se han diseñado diferentes herramientas que regalan en algunos centros comerciales, pero que también están disponibles de manera gratuita para descargar e imprimir con impresoras 3D (por supuesto también están a la venta). También se han inventado unas creativas pulseras de silicona, estancas, con dispensador de solución hidro-alcohólica para tener siempre a mano el líquido y mantener las manos limpias en todo momento.
En realidad, vemos que son muchos los que desean aportar soluciones ingeniosas, divertidas la mayoría de las veces, pero que además están encontrando la manera de reinventarse a sí mismos y a sus negocios, y de paso sobrellevar la complicada situación económica vendiendo productos que tal vez sean más interesantes en estos momentos que otros como un spinner. Por supuesto, las mascarillas merecen mención aparte al haber conseguido posicionarse como un accesorio de moda, pero algunas van más allá e incluyen incluso software con traductor a varios idiomas de las palabras que salen de la boca que cubren. Está traducción aparece escrita en una pantalla LED de la misma mascarilla para que el interlocutor no pierda detalle.
Y ¿qué hay de los eventos multitudinarios? Bien, si los conciertos se hacen por internet o estrenos como el de Mulan, de Disney, en su propia plataforma de VOD Disney+ (previo pago), los deportistas en algunos lugares juegan sus partidos o carreras con público de cartón y vítores grabados previamente, para mantener la motivación, algo que puede parecer ridículo a simple vista, pero que tiene su porqué demostrado y que psicológicamente ayuda a que los deportistas hagan mejor su trabajo. Sin duda, veremos muchas cosas tan curiosas como un robot entregando un premio o un maniquí animando a un futbolista. Será el retrato de una época, y una verdadera batalla que contar a los nietos.