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Convocan a una Asamblea Anterrepresiva a16 años de la desaparición de Luciano Arruga

Luciano Arruga. Se cumplen 16 años de la desaparición forzada.
Luciano Arruga. Se cumplen 16 años de la desaparición forzada.

El próximo 31 de enero se cumple un nuevo aniversario de la desaparición forzada de Luciano Arruga, el joven de 16 años secuestrado, torturado y asesinado por la Policía Bonaerense en Lomas del Mirador. En este aniversario, su hermana Vanesa Orieta y el colectivo Familiares y Amigxs de Luciano Arruga convocan a una serie de actividades para visibilizar la lucha contra la represión estatal y las violaciones a los derechos humanos que persisten en nuestro país.

El 31 de enero se cumplen 16 años de la desaparición forzada de Luciano Arruga, el joven de 16 años víctima de secuestro, tortura y asesinato a manos de la Policía Bonaerense en Lomas del Mirador. En este nuevo aniversario, su hermana Vanesa Orieta y el colectivo Familiares y Amigxs de Luciano Arruga organizan actividades para denunciar la represión estatal y las persistentes violaciones a los derechos humanos en Argentina.

Una de las actividades tendrá lugar el sábado 1 de febrero y consiste en la participación en la Marcha del Orgullo Antifascista y Antirracista, que partirá desde el Congreso hacia Plaza de Mayo. Al día siguiente, el domingo 2 de febrero, se realizará una Asamblea Antirrepresiva a las 17 horas en el Espacio para la Memoria Luciano Arruga, ubicado en Lomas del Mirador.

En un contexto de crisis social y recorte de derechos, Vanesa Orieta reflexiona sobre las políticas actuales: “No damos ni un paso atrás a la hora de denunciar la exclusión de millones de personas por parte de la gestión que encabeza Javier Milei. La política liberal que ejecuta la doctrina del shock no es nueva, pero la memoria de los pueblos sigue siendo un faro para advertir sobre las graves violaciones a los derechos humanos”.

Desde la desaparición de Luciano en 2009, su caso se ha convertido en un emblema de la lucha contra el gatillo fácil y la criminalización de la juventud pobre. Orieta denuncia la continuidad de las lógicas represivas y la impunidad de los responsables: “Daniel Scioli y Fernando Espinoza, gobernador de la provincia de Buenos Aires e intendente de La Matanza en el momento de la desaparición de Luciano, siguen gozando de total impunidad”.

La convocatoria también busca articular con otras luchas sociales, como la del colectivo LGBTIQNB+, que enfrenta un ataque abierto por parte del gobierno actual. “Sabemos que Luciano, como varón, morocho, villero y joven, fue víctima del patriarcado y del racismo de uniforme que explota a los pibes de los barrios”, señala Orieta, subrayando la necesidad de construir espacios de resistencia colectiva.

En este aniversario, el llamado es claro: mantener viva la memoria, fortalecer la organización y exigir justicia. Las actividades se enmarcan en las consignas “16 años sin Luciano, 16 años de impunidad”, “Lo mató la Policía, lo desapareció el Estado” y “Les pibes no son peligroses, están en peligro”.

Las actividades del 1 y 2 de febrero no solo honran la memoria de Luciano Arruga, sino que también renuevan el compromiso de lucha contra un sistema que sigue excluyendo, reprimiendo y violentando a los sectores más vulnerables.

El caso Luciano Arruga

Luciano Arruga, un joven de 16 años de Lomas del Mirador, desapareció el 31 de enero de 2009 tras ser detenido por la Policía Bonaerense. Proveniente de un barrio humilde, Luciano había sido hostigado por efectivos policiales que intentaron obligarlo a robar para ellos en zonas acomodadas. Su negativa lo convirtió en blanco de amenazas y persecuciones constantes.

La noche de su desaparición, testigos lo vieron siendo trasladado al destacamento policial de Lomas del Mirador, un lugar que ya acumulaba denuncias por torturas y malos tratos. Durante años, la policía negó cualquier vínculo con su paradero, y el caso estuvo marcado por encubrimientos, irregularidades en la investigación y desinterés judicial.

En 2014, tras cinco años de búsqueda incansable por parte de su familia y organismos de derechos humanos, se descubrió que Luciano había muerto la misma noche de su desaparición. Según los registros oficiales, fue atropellado en la General Paz, pero en lugar de notificar a su familia, su cuerpo fue enterrado como NN en el Cementerio de la Chacarita.

El caso de Luciano se convirtió en un emblema de la lucha contra el gatillo fácil, la represión estatal y la impunidad policial en Argentina. Su familia, liderada por su hermana Vanesa Orieta, sigue denunciando las violaciones a los derechos humanos y exigiendo justicia, mientras mantiene viva su memoria como símbolo de resistencia frente a la violencia institucional.

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