Número de edición 8481
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Para una infancia feliz: Lewin: “Los chicos necesitan limites que les aporten seguridad”

Para una infancia feliz: Lewin: “Los chicos necesitan limites que les aporten seguridad”.

La autora y capacitadora internacional en materia de Educación, Laura Lewin, dialogó con Diario NCO sobre la necesidad de marcar reglas claras para poder manejar las rabietas y la exposición a las nuevas tecnologías.

Si bien es sabido que los berrinches forman parte del proceso de crecimiento de los niños, muchas veces los padres no saben cómo actuar frente a los mismos y se sienten vulnerables a la hora de marcar los límites. Por eso Diario NCO dialogó con la reconocida capacitadora internacional en materia de Educación y escritora, Laura Lewin, sobre como criar chicos fuertes y felices.

Al ser consultada sobre si los limites se han flexibilizado con el paso del tiempo, la especialista detalló que “lo que los adultos tenemos que preguntarnos es ¿quién manda en casa? Porque muchas veces, tristemente, lo que vemos es que las decisiones la toman los chicos” y aseguró que más “que un límite flexibilizado, lo que hay es un padre que deja de ser la persona que guía y acompaña para pasar a ser amigo”.

Además agregó, “los padres no deben ser amigos de sus hijos. Somos padres, con todo lo que eso implica. Padres que deben poner límites, padres que deben educar. Padres que, muchas veces, deberán decir que no: que no se puede hacer tal o cual cosa, o que no te compro eso que quieres, porque no lo necesitas”.

¿Rabietas incontrolables?

Muchas veces lo que ocurre es que ante la imposición de un determinado limite los más pequeños respondan con rabietas y enojos, por lo que Lewin afirmó que “lo primero que tenemos que entender es que cuando uno está volando en un avión y hay un problema de despresurización en la cabina, la azafata lo que te dice que primero el adulto se tiene que poner la máscara para poder ayudar a su hijo, porque si no lo hicieras de esa forma no se podría ayudar ni el niño ni el grande”.

Asimismo, remarcó que lo mismo “se aplica en casa, para que podamos ayudar a los chicos primero tenemos que estar en calma los grandes, porque si no podemos mantenernos en eje en vez de responder lo que hacemos es reaccionar”.

“Es muy importante que cuando un nene tiene una rabieta en la calle, en el supermercado o donde sea, lo primero que tiene que hacer el adulto es respirar para poder estar tranquilo y estar en eje; en segundo lugar, nos vamos a acercar al niño y le explicamos por qué no puede tener eso que quiere o que esa no es la manera de pedirlo; si podemos lo abrazamos, lo contenemos y generamos rápidamente algún tipo de distracción”, manifestó.

Al respecto, precisó que “una vez que estemos en casa, ahí si vamos a hablar con los chicos y explicarles por qué una rabieta no los conduce a nada y cuáles son las mejores formas de pedir las cosas”.

Sobre esa misma línea, la capacitadora remarcó que es importante que para “poner un límite uno no tiene que estar enojado, sino que convencido; porque si cuando estás en el supermercado o en la calle y el nene hace una rabieta, la vergüenza hace que hagas lo que él quiere, le va a dar al chico más fortaleza para que la próxima vez utilice esta misma manera para lograr lo que quiere”.

Los chicos y la tecnología

“Con el avance de la tecnología el poner límites se vuelve súper necesario”, advirtió Lewin y aseveró que “el celular te da un sentido de inmediatez absoluta, ahí te fijas la hora, la temperatura, donde queda tal lugar, como se dice alguna cosa, entre otras opciones; todo esa inmediatez hace que los chicos hoy no sepan esperar”.

Asimismo insistió en que “tenemos que trabajar ayudándolos a desarrollar la paciencia y, además, si un chico está aburrido y le damos la tablet o el celular lo que hacemos es resolverle el aburrimiento pero generamos dos cosas que no ayudan: una es que el niño no sepa autorregularse y lo otro que ocurre es que no los dejamos desplegar todo su potencial creativo”.

Sobre ese mismo aspecto, la experta añadió que “muchas veces demasiada tecnología genera varias cosas: sedentarismo, lo que puede conducir a la obesidad, aislamiento, lo que podría provocar un retraimiento social o falta de habilidades para relacionarse con otros niños”.

“Si bien la tecnología vino para quedarse y es buenísima para un montón de cosas, es nociva para otras (sacar para un montón de). Los chicos de hasta dos años de edad no deberían estar expuestos a ningún tipo de pantalla, ahí se necesita mimos, canciones, alegría y contacto con los adultos”, agregó y sentenció que “en el caso de niños más grandes como máximo dos horas de tecnología, supervisadas por el adulto porque sino uno no sabe a qué tipo de información están accediendo los chicos. Es necesario poder revisar el tipo de contenido que ellos están recibiendo”.

Y concluyó con que  “los niños están tan  sobreestimulados hoy en día, que  son niños que ya lo han visto todo, a quienes  nada sorprende o asombra. Cuidado que no necesiten de otro tipo de diversión, de adolescentes, porque las cosas que deberían interesarles ya  no lo  hacen”.

FOTO: Radio 10.

 

 

 

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