Número de edición 8481
Opinión

El Diario de Yrigoyen titula: “Depreflación”

El Diario de Yrigoyen titula: “Depreflación”.

Esta semana, conjuntamente con la apertura de la sesión parlamentaria del año 2019 se dieron a conocer los números de la economía argentina.

Esto trae una paradoja, entre el discurso del propio presidente Mauricio Macri y los números que dio a conocer el propio gobierno a través del INDEC. Leyó un discurso escrito con dificultades en algunos pasajes. Tal vez por el propio nerviosismo que trasmitía el recinto ante la burla de los diputados opositores, al entender que esos números no eran reales. O bien, al encontrase que tenía que dirigir un discurso de campaña electoral más que dar indicadores reales.

Por Darío Banga

En algunos pasajes dijo frases como “hoy estamos mejor parados que en el 2015”, “les dije que la Argentina la íbamos a sacar adelante”, “estamos haciendo cambios profundos para no volver atrás nunca más”, “propusimos un camino gradual que fue exitoso, creció la economía, bajo la inflación, aumentaron las inversiones y las exportaciones, bajo la pobreza y creamos 700 mil puestos de trabajo.” Para ser justos aclaró en esta última frase que eso fue en el trascurso de dos años, no sabemos cuáles. La realidad hoy es otra.

Lamentablemente para todos los argentinos, los números no coinciden con los dichos del presidente; números que arroja el mismo gobierno y que son de público alcance y conocimiento.

La economía cayó un 2,6% en el año 2018 y sufre una caída por noveno mes consecutivo. Pero ese número es un promedio; si analizamos los niveles de actividad, los sectores de mayor participación de la población laboral tuvieron caídas muy fuertes. Para dar un ejemplo, el comercio (mayorista y minorista) cayó un 16%, la industria manufacturera (el segundo sector de la economía) cayó un 14% y la construcción un 13%. El único sector que se vio favorecido fue el sector primario (agricultura, ganadería, caza, entre otros) que creció un 5% debido a la cosecha de trigo y maíz.

El modelo que está llevando a cabo el gobierno de Mauricio Macri es un modelo ya bien conocido por los argentinos: el agroexportador. Este modelo está caracterizado por el énfasis en la exportación de materias primas al mundo y la importación de bienes manufacturado. Esto se ve en que la industria del sector primario en la Argentina tuvo un incremento, por el contario la industria manufacturera que se abastece de ese sector tuvo una caída muy fuerte.

Las inversiones no fueron “la lluvia” que esperaban, salvo que cuenten las inversiones de capitales golondrinas que inyectan capitales y se llevan altos intereses a sus lugares de origen. Altos intereses estos que el Banco Central está ofreciendo para evitar una corrida al dólar.

La inflación interanual fue de 49,3% la anual 46,7% (la más alta desde 2002). En enero llego al 2,9% y se presume 3,5% en febrero. A este ritmo la inflación en 2019 llegaría al 38,4%. Todos estos datos son oficiales, resulta realmente descabellado creer que la inflación bajó.

Argentina no está sufriendo el problema de la inflación, ni de estanflación (inflación + estancamiento de la economía) sino algo peor, una palabra que casi no tiene registro en los manuales de economía: la “depreflación” (depresión económica + altos índices inflacionarios). Palabra que se le atribuye a Mismo Milton Friedman para contextos en los que los países experimentan alzas de precios (inflación) con tasas de crecimiento negativas.

Entonces, es muy difícil comprender mediante un pensamiento crítico el discurso del propio presidente, ya que la realidad de los datos económicos que brinda su propio gobierno es todo lo contrario. Salvo que le hayan escrito el famoso “Diario de Yrigoyen” o estaba haciendo una publicidad de campaña, que sabemos bien que “ahí vale todo incluso las mentiras…”

 

 

 

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