
En un colegio en el sur de la capital varios niños pudieron ser rescatados, pero también fueron hallados más de 20 cadáveres, y aún había decenas de menores y algunos adultos desaparecidos. Los padres de los niños esperaban afuera mientras cientos de militares y policías custodiaban el área y apoyaban en la búsqueda.

La búsqueda es incansable. Miles de voluntarios se han acercado a los cientos de edificios que se derrumbaron en México y en distintas ciudades del país para colaborar con los equipos de rescate. El movimiento telúrico de magnitud 7.1, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por su sigla en inglés), tuvo su epicentro entre los estados Morelos y Puebla y se produjo apenas días después de otro sismo que había cobrado 98 vidas en el sur de México.

Cientos de socorristas y voluntarios removían enormes escombros con sus propias manos. En la noche celebraron el rescate con vida de varias personas que estuvieron atrapadas por horas en una colonia de Ciudad de México, según imágenes de TV. “¡Sí se puede!”, coreaban en medio de la euforia, pero no dejaban de hurgar entre las ruinas mientras se protegían con tapabocas y transportaban restos más pequeños con cubetas. Algunos pedían silencio para poder escuchar los llamados de los sobrevivientes.

Miles de personas pasaron la noche en las calles ante el temor a las réplicas y al colapso de sus dañadas viviendas. Las autoridades alertaron sobre posibles robos a personas y hogares, sobre todo en las zonas donde no hay servicio eléctrico. Muchos aguardaban en las afueras de las edificaciones derrumbadas noticias sobre amigos o familiares.

El jefe de la Protección Civil, Luis Felipe Puente, dijo en su cuenta de Twitter que la Ciudad de México concentraba buena parte de las víctimas, con 86 fallecidos. Otras 71 personas murieron en el estado de Morelos, 43 en Puebla, 12 en el Estado de México, cuatro en Guerrero y una más en Oaxaca. Pero, según cálculos de los gobernadores de esos estados, la cifra podría ser un poco mayor.

Algunos voluntarios llevaban botellones con agua en carros de supermercado para apagar la sed de quienes estaban en labores de rescate. Unos 4.6 millones de personas quedaron sin electricidad en los estados afectados, dijo la estatal Comisión Federal de Electricidad, aunque por la noche el suministro había sido restituido parcialmente.

Las clases fueron suspendidas en al menos ocho estados mientras se revisan la integridad de las escuelas. Las autoridades establecieron albergues para aquellos que perdieron su hogar o no podrán volver a su casa a dormir. Puente pidió a la población no volver a sus inmuebles hasta que sean revisados.