Siete de cada diez mujeres que inicia sus relaciones sexuales adquieren una infección por el virus del papiloma humano (VPH) en los primeros cinco años, reveló un informe médico.
Los datos del Congreso Mundial de la Federación Internacional de Colposcopía (IFCPC) realizado en la Río de Janeiro reiteraron que la principal vía de contagio del VPH es la sexual y destacaron que la vacuna logra el impacto más rápido para disminuir su circulación y transmisibilidad en la población joven.
El VPH es un pequeño virus con doble cadena de ADN circular del que se detectaron más de 70 tipos, de los cuales entre 30 y 40 infectan el tracto anogenital de ambos sexos y un grupo de ellos tiene probado potencial cáncer femenino.
Una vez que ese virus está en el organismo puede permanecer latente o dar lugar a dos tipos básicos de lesiones: intraepiteliales en el cuello uterino, vagina, vulva, región perineal, región perianal, ano y pene, o lesiones acuminadas, llamadas verrugas genitales.
Laura Fleider, médica ginecóloga del Hospital de Clínicas José de San Martín y docente de la UBA, indicó que “las verrugas genitales son lesiones muy contagiosas, debido a que se elimina el virus intacto, con gran capacidad infectante”.
Indicó que “el índice de infectividad es mayor al 70 por ciento cuando se tiene una relación sexual con alguien que presenta verrugas genitales”.
El informe médico señaló que como el VPH es la enfermedad de transmisión sexual más frecuente, el mayor riesgo de padecer verrugas genitales está dado por el contacto con nuevas parejas sexuales.
Reiteró que el 70 por ciento de las mujeres que inicia sus relaciones sexuales adquiere una infección por VPH en los primeros 5 años y las verrugas anogenitales, son una de las manifestaciones más frecuentes de la infección.
El congreso médico realizado en Brasil señaló que la vacuna cuadrivalente con los subtipos virales 6 y 11, que son el agente de origen de las verrugas genitales, logró el mayor impacto.
Hebe Vázquez, médica infectóloga y coordinadora de Grupo de Trabajo VPH de las Fundaciones del Centro de Estudios Infectológicos (Funcei), insistió en que “la infección por VPH con un virus de bajo riesgo que se manifiesta como verruga, lo hace en un lapso promedio de tres meses a partir de la infección”.
Vázquez indicó que “ese cuadro es muy distinto al del cáncer por VPH, que puede aparecer luego de años de infección persistente”.
En tanto, precisó que “las verrugas genitales son más frecuente en la población adolescente”.
La OMS estimó que 300 millones de personas están infectadas en el mundo por el VPH sin lesiones detectables y 30 millones padecen verrugas genitales.
Además, 30 millones tienen lesiones de bajo grado en el cuello de útero, 10 millones tienen lesiones precancerosas de alto grado y aproximadamente 600 mil mujeres padecen cáncer cervical.
A menudo, las lesiones producidas por el VPH, incluyendo las verrugas, no son fáciles de detectar y además resultan asintomáticas.
Silvio Tatti, director del Programa de Prevención de VPH del hospital de Clínicas indicó que “no hay una prueba generalizada como el papanicolau y la colposcopía para detectar verrugas, aunque hay grupos de riesgo, como quienes padecen una infección de transmisión sexual, al igual a todas aquellas pacientes que toman corticoides en forma crónica o son HIV positivas”
Tatti destacó que “cuando las verrugas son visibles, están en la zona genital: pene, escroto o ingle en el hombre y en la vulva y región perianal en la mujer y algunas veces pueden ubicarse en la vagina o la uretra, y muy raramente en el cuello del útero”.
Por otra parte, ninguno de los tratamientos disponibles para las verrugas -medicamentos, láser, escisión quirúrgica tradicional, criocirugía- logra que el VPH sea eliminado del organismo y debido a que sigue latente, reincide la lesión en el 40 por ciento de los casos.