
En una época en la que es más notoria la preeminencia del género masculino sobre los otros, el término “Les Masculinidades” parece abrir un campo novedoso de discusión sobre la perspectiva de género y el lenguaje.
En una entrevista, el licenciado en Psicología Giancarlo Quadrizzi Leccesenos relata el modo en que la definición del concepto incl.
usivo de Les Masculinidades favorece a la de deconstrucción de la masculinidad como identidad hegemónica.
Masculinidad y binarismo. Un problema
Las teorías de perspectiva de género y el movimiento feminista han aportado mucha luz a los dispositivos y biopolíticas de poder que sostienen a las lógicas de género binario (masculino-femenino), donde hay una clara asimetría de poder entre el género masculino y el femenino, pero no solo esto. Bajo esta lógica, los géneros trans permanecen abyectos, catalogados como monstruosos o carentes de existencia como tal. Uno de esos dispositivos que avalan esta violencia es el lenguaje.
¿Por qué el lenguaje es un dispositivo de poder?
El lenguaje tiene un potencial que no tiene ningún otro dispositivo, y es que crea realidad. El lenguaje tiene como función la nominación de los objetos, y al nominarlos les otorga entidad y existencia. A su vez, bajo cierta connotación, define el juicio que podemos tener sobre estos. Si el lenguaje nombra de cierta forma positiva a un objeto, este contará con una existencia positiva; si, por el contrario, se lo denomina de modo negativo, el objeto tendrá una connotación negativa. Por este motivo el lenguaje es un dispositivo de poder. Por ejemplo, los artículos “las” y “los” otorgan entidad a ciertos modos rígidos de identidad de género, excluyendo a otros por completo. Del mismo modo, todo lo categorizado bajo la rúbrica del género femenino tiene una connotación de debilidad o de minusvalía.
Una respuesta frente a esta evidencia fue el lenguaje inclusivo. Pero, desde el inicio, el lenguaje inclusivo ha presentado una fuerte reacción negativa dentro del ámbito académico y en ciertos sectores de la población. Se lo ha descrito como aberrante e innecesario. No obstante, realmente puede significar una respuesta frente a la asimetría de poder que presenta la lógica de género binario.
El licenciado Quadrizzi propone el termino inclusivo “Les Masculinidades” como un recurso a nivel literario, para extender los límites de la lengua indoeuropea. De este modo se logra nombrar un fenómeno que aparece como novedad y moviliza las discusiones, pero que realmente siempre ha existido. Quadrizzi afirma: “La poesía siempre va uno pasos más adelante que la ciencia; es una herramienta que nos permite visibilizar las identidades que no entran en el binarismo y que requieren cierta sutileza”.
¿Cómo arribar a la necesidad de trabajar este neologismo dentro del ámbito académico y la comunidad?
“Hasta hace muy pocos años el pensamiento feminista y la perspectiva de género no estaban presentes dentro de la agenda académica y, por lo tanto, en el abordaje comunitario”. El licenciado Quadrizzi hizo esta observación hace unos 20 años, y fue por este motivo que comenzó su investigación con relación a la salud sexual y reproductiva, junto a sectores del feminismo vinculado a las problemáticas sociales del territorio. Las reflexiones relacionadas a Les Masculinidades vinieron como resultado a un desarrollo posterior.
¿Qué lugar ocupa la masculinidad al respecto del feminismo?
Este gran interrogante interpela a todo aquel que se identifica con la masculinidad. Un signo claro de este conflicto comenzó a visibilizarse en los espacios de taller comunitario con el mandato de paternidad y las diferentes exigencias que circulan alrededor del varón. El orgasmo dentro del campo de la heterosexualidad para los varones es otro problema que puede observarse en la masculinidad.
Para la masculinidad hegemónica la eyaculación y el orgasmo están totalmente homologados, restringiendo cualquier tipo de alternativa erótica. Asimismo, ciertos comportamientos violentos y autodestructivos pueden relacionarse a esta excesiva identificación a la masculinidad como identidad ideal para los varones.
La masculinidad hegemónica atraviesa todos los estratos sociales y grupos etarios, pero a los varones en particular los afecta a nivel de las causas de morbilidad. A partir de los 13 años la curva de morbilidad en los varones se acentúa mucho más que en las mujeres; accidentes de tránsito, violencia interbarrial, consumo problemático y suicidios son algunas de las consecuencias de aceptar un mandato de masculinidad ideal.
Pero en los varones no se plantea esto como un problema, sino como una virtud. La inserción a un sistema burocrático, violento y jerárquico tiene una construcción de deuda o promesa para el varón: “Si te sometes a esto, en el futuro vas a poder someter a otros. Sometete al patriarcado para poder ejercerlo, permití ser maltratado por los de arriba, para maltratar a los de abajo”.
En el ámbito clínico, el licenciado Quadrizzi también pudo indagar los interrogantes sobre la paternidad como construcción sociocultural y la masculinidad como un factor influyente en la morbilidad de los jóvenes. Hasta hace muy poco años no había colectivo ni investigación al respecto. Pero se pudieron generar algunos talleres para jóvenes dentro del programa Envión-Podés, también se planteó el problema dentro del programa de Médicos Comunitarios; la mayor resistencia se observó dentro del campo profesional, que no supo percibir la importancia sobre esta problemática.
A partir del movimiento de la ola verde y la perspectiva de género, empezó a haber más receptividad sobre el planteo de la masculinidad y sus vicisitudes, pero había que atravesar la tendencia a un reequilibrio de poder tendiente a ubicar un genero sobre el otro, sea cual sea.
En el año 2018 La OMS planteó una cubertura universal de salud, ahí se pudo ubicar una serie de fenómenos por muerte de causa externa: suicidio, accidentes de tránsitos y violencia.
Se propuso desde la Sociedad Argentina de Salud y Adolescencia una serie de artículos donde se evidenció esta cuestión, estableciendo que la masculinidad puede ser un factor que genere morbilidad a nivel epidemiológico en los varones.
La buena recepción en la sociedad y en el ámbito académico condujo a una mayor investigación sobre el tema y al inicio de otros espacios, cursos, posgrados y acciones de divulgación que favorecieron al orden de los enfoques conceptuales que se relacionaron a Les Masculinidades.
De la masculinidad a les masculinidades
Se trata de interpelar los modos de producción de subjetividad. Entender que las subjetividades son fabricadas a través de dispositivos que se organizan por medio de un sistema violento.
Desde esta perspectiva, el aforismo: “El hombre como lobo del hombre”, como una condición natural, puede ser cuestionable. Se podrían mencionar fundamentos históricos y sociales que dieron origen a la organización patriarcal como un sistema violento y burocrático.
El término Les Masculinidades favorece a la deconstrucción de la masculinidad como identidad hegemónica ideal, abriendo la posibilidad de pensar en una extensión lógica de pluralidades, multiplicidades y géneros igualmente válidas. Sin duda la propuesta resulta un aporte fundamental para aliviar el malestar de aquel que se identifica al género cis.