
Alrededor de las 17 horas de ayer, familiares y allegados de Roberto Sabo se reunieron en la Casa Velatoria “Pache” ubicada en el partido de Morón, para despedir al kiosquero asesinado en un intento de asalto el domingo pasado.
Por María Belén Peralta
Según informó la familia, los restos serían trasladados en el cortejo fúnebre
durante la mañana de hoy al cementerio Municipal de Morón donde se llevaría
a cabo la inhumación para, finalmente, arrojar las cenizas en la cancha del
Club Atlético River Plate como, según su padre, hubiera querido la víctima.
Horas antes que iniciara el velatorio y luego de la autopsia pertinente, se
conoció el informe que la morgue de La Matanza le extendió al fiscal de la
causa, Federico Medoni, de la UFI Temática de Homicidios del Partido.
El escrito, al que pudo acceder Infobae, dejó constancia de la presencia de seis
impactos de bala en el cadáver del kiosquero, habiendo sido solo cuatro los
disparos efectuados por el asesino, de los cuales dos fueron ejecutados en el
tórax, siendo estos los que le causaron la muerte casi instantánea tras
perforarle el corazón y uno de los pulmones.
Lo que se sabe de los acusados
Leandro Suárez, de 29 años y una menor de 15, supuestamente su pareja,
fueron detenidos a pocas cuadras del comercio donde se produjo el asesinato
por el personal policial de la Comisaría Segunda de Ramos Mejía mientras se
daban a la fuga en una motocicleta robada.
Conforme pudo reconstruir el fiscal Medoni, el acusado de “homicidio agravado,
criminis causa, uso de arma de fuego, robo calificado -en dos hechos-, hurto de
vehículo y portación ilegal de arma” y la menor inimputable ya venían
cometiendo varios asaltos durante ese domingo en lo que fue una suerte de
circuito delictivo desde el Partido de San Martín hasta La Matanza.
En primera instancia, le habrían robado un Ford Focus al remisero que los llevó
hasta el kiosco para luego estrellarlo contra un árbol. Desde allí, se habrían
dirigido a un supermercado con intención de escabullirse y evitar ser
reconocidos. Luego le robaron la moto a un repartidor de “Pedidos Ya” con la
que fueron detenidos en la intersección de Av. de Mayo y Rivadavia.
Y como si esto fuera poco, Gabriel Lombardo, miembro del grupo “Vecinos En
Alerta. La Matanza”, aseguró al aire de Radio Rivadavia que los delincuentes
habían estado detenidos en Villa Ballester la noche anterior al homicidio por
otro intento de robo, pero fueron liberados.
Leandro Suárez fue llamado a declarar el día lunes en la audiencia donde se
negó a dar su testimonio frente a la fiscalía y se limitó a pedir que “por favor, no
me pidan cadena perpetua”. Suárez ya tiene antecedentes penales y una
condena cumplida de 5 años, también por robo agravado y portación de armas,
por lo que el juez de Garantías ordenó su prisión preventiva. Mientras tanto, su
cómplice de 15 años se encuentra en un internado de San Martín.
La indignación de los vecinos de Ramos Mejía
Cientos de personas se reunieron dos días consecutivos en las inmediaciones
del kiosco de la víctima y la Comisaria de Ramos Mejía para pedir justicia por
Roberto Sabo y para reclamar mayor seguridad y presencia policial, no solo en
la localidad, si no en todo el Partido de La Matanza.
Si bien las dos movilizaciones fueron muy concurridas y ambas estuvieron
marcadas por matices de dolor y bronca, la primera, llevada adelante horas
después del asesinato, se destacó por el ataque directo a Sergio Berni y al
edificio de la Fuerza policial tras su llegada al destacamento; mientras que la
segunda contó con un escenario un poco más violento.
Alrededor de las 19 horas del lunes, familiares y vecinos se reunieron en la
puerta del comercio de Sabo para volver a marchar en pos de justicia. Con el
correr de los minutos fue aumentando la cantidad de gente y el personal policial
se dispuso a cercar la cuadra de la comisaría para evitar nuevos ataques a la
edificación. Esto provocó que la gente quede dividida en dos columnas a cada
lado de la Avenida de Mayo.
Si bien en un principio los manifestantes se mostraban pasivos y reclamaban
seguridad al grito de “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, cerca de
las 21 horas se vivió un momento de tensión en la congregación ubicada del
lado de la calle Chacabuco, momento que terminó con la utilización de gases
lacrimógenos por parte de la policía y varias personas, manifestantes y
efectivos, resultaron heridas.
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