En varios nosocomios del distrito la atención a los afiliados es reducida, así lo aseguraron un conjunto de docentes que reclaman una atención mínima a sus dolencias.
Patricia Dávila
patriciasdavila@gmail.com
En las clínicas y centros médicos de la zona, la atención a los afiliados de la obra social IOMA, que nuclea a todos los empleados del sector público de la provincia de Buenos Aires, está transitando por sus peores días. En su gran mayoría no brinda servicios médicos a los afiliados matanceros, o lo mismos se encuentran parcialmente suspendidos.
Roberto, es un profesor que planeaba atenderse en un centro de San Justo y recibió la negativa de atención por parte del nosocomio, “llame para pedir turno y me dijeron que no atendían IOMA por un problema que no me supieron explicar bien, llame a de IOMA de Laferrere para preguntar qué pasaba y nadie me atendió, yo no puedo caminar mucho porque tengo un problema en la rodilla y necesitaba verlo al doctor pero me dijeron que por el momento estaba suspendida la atención, no quiero cambiarme a otra clínica porque no sé cómo deben atender porque yo me atendía bien donde estaba antes”.
En este sentido, Patricia, otra profesora que tiene un diagnostico de cálculos vesiculares, agrego “ vengo de dar mil vueltas para que me autoricen ordenes para atenderme en Capital, donde tenía que hacer miles de malabares para ir y volver con todo autorizado, gracias al cansancio, los nervios y stress que me produjo esta situación tuve que postergar mi operación, y tenía la idea de operarme en La Matanza, pero ahora se volvió todo a fojas cero y a estar estancado porque llamo a una clínica en Ciudad Evita para ver si me pueden atender y me dicen que por el momento el gastroenterólogo no atendía por IOMA y otras especialidades sí, pero justo donde más necesito la atención no me atienden, que hago con todo lo que gaste en viáticos, los análisis el tiempo perdido”.
Además, la docente narro una experiencia personal a la hora de buscar un medicamento, “quise comprar la droga fluconazol, porque la ginecóloga me había mandado en el recetario de IOMA para que la compre, tenía entendido que los médicos compuestos por dos drogas o más la obra social no lo cubría, pero cuando fui a la farmacia de acá de Laferrere me encontré con la sorpresa de que no cubrían el medicamento y lo tuve que pagar de mi bolsillo, cuando voy a consultar al IOMA de acá, me dicen que tengo que presentar una historia clínica y otros papeles más para que ver si me autorizaban un descuento para la farmacia, no tengo cáncer, HIV, ni otra enfermedad considerada como crónica o grave”.
Cabe recordar que días atrás, Suteba Matanza, junto al cuerpo de delegados de la mesa ejecutiva de la CTA distrital, se movilizaron hasta el edificio central ubicado en San Justo donde funciona el IOMA local, con el objetivo de denunciar la situación de la obra social y entregar expedientes de personas que necesitan de forma urgente la cobertura en salud, que según los dirigentes es “recortada por el gobierno de la provincia de Buenos Aires”. Una vez llegados a la central, se logró que los directivos de la obra social bonaerense recibieran a una comitiva integrada por Paulino Guarido (Sec. Gral.), María Reigada (Sec. Gral. CTA), Pedro De Gaudio (Sec. Gremial), Héctor Sposato (Sec. Cultura), Corina Schweckand (Sec. Salud), Jorge Brítez (Sec. Gral. AJB) y tres compañeras delegadas.
Otra afiliada sin respuestas
Meses atrás, Gabriela Arancibia, una docente de Rafael Castillo que luego de dar a luz a su bebé que padece múltiples afecciones de salud, lucho para ser reconocida por IOMA y recibir respuestas satisfactorias para el tratamiento de su hija.
Los médicos que atendían a Gabriela diagnosticaron a su bebé una “Hernia diafragmatica congénita” , y que es un defecto de nacimiento por el cual tuvo que ser derivada de la primer clínica donde se asistía al Hospital Italiano.
Es así la niña de 9 meses de edad llamada Eluncy Tripoli Arancibia tuvo que pelear junto a su madre para lograr una leve recuperación de todas sus afecciones; “Mi hija tiene ductus, el intestino más corto porque le cortaron el intestino, tiene hipoplasia y displasia pulmonar, además ella no me engorda, al tener el intestino corto defeca seguido, por eso toma una leche especial, aparte también tiene una desnutrición severa”.
“Necesito la medicación para el ductus, y tengo que ir hasta La Plata para que me lo entreguen, después es todo una burocracia para que te entreguen la medicación, la leche especial que toma por el problema de los intestinos no me las autorizaban y tuve que hacer un recurso de amparo para que me la autoricen y cuando yo voy a preguntar a ver qué pasa me dicen que IOMA está en quiebra, yo en este momento necesito que sea atendida en el Hospital Italiano porque es donde a mi me trataron en todo el embarazo y la operación por eso necesito que la nena sea atendida ahí, porque ahí tiene todo su resumen y al equipo de médicos de alto riesgo” declaro la docente.
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