Número de edición 8481
DiscapacidadLa Matanza

Discapacidad: cobró mayor visibilidad pero aún falta difusión

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Discapacidad. La temática no siempre es abordada correctamente en la agenda mediática y a veces ni siquiera lo es. Es imprescindible mencionar que la discapacidad logró cobrar mayor visibilidad en los últimos años, pero que aún así su difusión es escasa, y sobre todo a través de los medios de comunicación en variadas ocasiones es incorrecta.

Por Melisa Correa

E.mail: melisacorrea.prensa@gmail.com

 

La mirada de las personas con discapacidad (PCD) como niños, individuos asexuados o como víctimas de las circunstancias, con una mirada de lástima y compasión acentuada por la música de fondo que se elige, o como ‘superhéroes’ por lo que hacen y logran, es la más reinante en gran parte de los medios que sí la abordan en su agenda, cuando en verdad no se puede dejar de lado que son seres tan iguales y diferentes como todos los que componen la misma sociedad, que si de su voluntad para realizar cosas se debe sobrevalorar, es por una vulneración de derechos.

En este sentido, cabe destacar que los medios de comunicación no dejan de ser una de las matrices fundamentales que se requieren para una correcta difusión e información de esta temática a la sociedad, tanto novata como aislada en la problemática, pero sin embargo son pocos los medios masivos que le otorgan un  espacio o la dedicación exclusiva. Por diversos motivos quizás, tal vez por desinterés, o porque simplemente como  se suele decir en la jerga…”no vende”, lo cierto es que a la hora de chequear las agendas no está este tema como prioridad, y en algunos ni siquiera está.

Pero, aún en los pocos medios masivos que la contemplan como La nación, Clarín, La TV Pública o tele nueve, sólo se otorga una columna, entrevista o noticia coyuntural aislada acerca de la temática, mientras que otros periódicos, programas radiales y televisivos como Sintonía de Inclusión, El Cisne Discapacidad, Con Otra Mirada, Desde La Vida y Atrapa Sueños, abordan la discapacidad en su totalidad, tornándose así el modelo de difusión más acertado y necesario que se busca concretar.

En la sociedad subyace una creencia naturalizada y aceptada acerca de que los otros ya sean padres, docentes e instituciones, poseen la autoridad y conocimientos más certeros para hablar en nombre de las PCD, cuando en verdad el objetivo primordial es brindarles las herramientas para que puedan expresarse, sin importar el tipo de discapacidad, debido a que incluso aquellos que tienen dificultades intelectuales se pueden comunicar correctamente, y en el caso de los  que no puedan es cuestión de un cambio de enfoque, ya que no son ellos los que no se comunican, sino que son los otros que no los entienden.

Es por esto que las emisiones antes mencionadas plantean en su desarrollo como eje principal las diversas áreas y dificultades a las que debe enfrentarse diariamente una persona en condición de discapacidad desde un enfoque de derechos humanos como salud, deportes, trabajo y educación, mediante el debate, las columnas, la palabra de las propias PCD, de profesionales y de las instituciones que las asisten. También, se encargan de difundir las leyes y ordenanzas que los protegen como individuos, con el fin de garantizar su mayor integración  a la sociedad.

 

Las luchas ganadas y las que aún quedan

Si hablamos de avances en las conquistas y reconocimiento de estos derechos, la adhesión de la Argentina a la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad, la ley de páginas web accesibles que obliga a las líneas aéreas a tener cartillas de seguridad en Braille, el artículo de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que exige a estos medios hacer accesibles sus contenidos incluyendo el subtitulado oculto, lenguaje de señas y audio descripción, son algunos de los pasos fundamentales que se dieron y concretaron conquistas durante estos años.

Asimismo, respecto a políticas puntuales adoptadas por distintos organismos del Estado para la inclusión de Personas Con Discapacidad, no se puede ignorar la creación de la Dirección de Accesibilidad Electoral dentro del Ministerio del Interior y Transporte, la puesta en marcha de la Comisión Nacional Interministerial en Políticas de Salud Mental, y el informe sobre abordaje y tratamiento de la discapacidad elaborado por el Observatorio de la Discriminación en Radio y TV, lo que es una clara evidencia de que hay leyes y proyectos que si se cumplirían en su totalidad, serían una óptima fuente de integración para las personas con capacidad diferente.

Pero a pesar de estos grandes avances, se torna imposible no contemplar que todavía quedan cuestiones por las cuales trabajar, como la profundización de leyes como la de salud mental que propone la desmanicomialización de los psiquiátricos o el nuevo Código Civil que establece la curatela como una excepción, entre otros puntos que no se pueden dejar de lado o mirar de manera aislada.

En este sentido es que se debe trabajar arduamente para poder garantizar así el completo cumplimiento, ya que aún existen instituciones psiquiátricas cerradas, o bien la curatela se impone aún como la norma y no una excepción. Entonces, hablar de una ley de discapacidad más amplia que considere cuestiones más cotidianas según la discapacidad, cosas que no contemplan del todo el nuevo proyecto de ley elevado que cuenta ya con media sanción.

También es fundamental profundizar en el cumplimiento del cupo laboral del 4 por ciento de inclusión que poseemos y que se busca extender al ámbito privado, así como en el cumplimiento de la ley de talleres protegidos de producción que son un espacio donde las personas con discapacidad se preparan para insertarse en el mercado laboral abierto, pero que en la realidad no siempre se efectúa y que contribuiría en la inserción de estos individuos que buscan la posibilidad de mejorar mediante un trabajo formal.

Del mismo modo, se torna imprescindible mencionar la accesibilidad en cuanto a los medios de transporte público que debería estar implementada en la gran mayoría, como la rampa que es uno de los elementos fundamentales independientemente del tipo de discapacidad que tenga el sujeto, pero que en muchos colectivos no funciona o si las tienen no siempre funcionan.

Por otro lado, existen diversas organizaciones, movimientos, asociaciones e instituciones que diariamente trabajan en post de las conquistas alcanzadas y que no se deben perder, pero no se puede dejar de valorar que la madurez en las propias personas con discapacidad aún es escasa, ya que sólo son estas ONG que trabajan por estas personas y que en cierto punto se encuentran divididas segúnel tipo de discapacidad, cuando en verdad en materia de derechos son todos los mismos para todas las patologías.

En el mundo hay más de mil millones de individuos con discapacidad, en tanto que según el último censo realizado en Argentina en 2010, existen más de 5 millones en nuestro país, lo que de algún modo da cuenta de que este colectivo no es menor, pero que la fuerza no se logra aunar con totalidad porque son pocos los que se comprometen y pelean por sus derechos.

Entonces, no es fácil la tarea de unificar una lucha con el fin de tornarla masiva, como tampoco es fácil asumir una condición de discapacidad, según el contexto, la forma de vida, la fuerza interna y el apoyo familiar en el cual está inmerso el individuo que la posee, por lo que se deduce que es difícil aunar fuerzas porque no todas las personas con discapacidad se identifican con este colectivo social.

Finalmente y en este aspecto, no se puede dejar de atender que se torna dificultoso lograr movilizarlas por la misma vulneración de derechos, debido a que la defensa de los mismos requiere en primer lugar el saber que se los posee, y luego la posibilidad de contar con los medios para exigirlos. En este sentido, si bien existe ADAJUS, el programa de acceso a la justicia por parte de las personas con discapacidad y otros mecanismos, no siempre está disponible para todo aquellos que necesitan del sistema judicial entre otros.

 

¿Cómo comprender que son y quienes son las personas con discapacidad?

A lo largo de la historia de la humanidad las personas con discapacidad (PCD) fueron y aún son vistas mediante diversos paradigmas disponibles, los cuales en primer lugar los colocaban en el candelero de la inutilidad, como seres inservibles que no eran funcionales a las necesidades de la sociedad, luego como personas a rehabilitar, a las que se debía curar para así poder alcanzar parámetros de “normalidad. En tanto que por último, en la etapa que transitamos actualmente, se comienza a pensar en las PCD a partir de su característica esencial, como lo es el hecho de ser PERSONAS.

Este nuevo paradigma comienza a instalarse en este mundo post-moderno y controversial al respecto, debido a que aún a nivel social, político y cultural subyacen dudas existenciales y hay quienes sostienen que las PCD no pueden valerse por sí mismas. Lo cierto es que la realidad todavía parece dictar una suerte de reglamento indiscutible que sostiene que estos individuos deben parecerse a los parámetros de normalidad ya preestablecidos por la sociedad, generando así barreras que se encuentran en la misma y no necesariamente en la discapacidad.

De este modo y por la jerarquía de estos modelos que olvidan comprender que estas personas también cuentan con capacidades, ganas de aprender, superarse

Cada día mediante su contribución a la sociedad y no de depender de ella únicamente. Es por esto que distintas disciplinas de investigación como la medicina, terapéutica, educación y sociología, estudian a las PCD, pero lo que aún hace falta es la propia interacción con el sujeto como persona que es en la sociedad, mediante diversas preguntas que pueden ser determinantes para su real inclusión en el mundo.

En el universo actual en el que estamos inmersos, parece aún que la palabra de un profesional posee mayor valor que la de una persona con cualquier tipo de discapacidad, cuando en verdad la palabra por sí misma ya posee una carga valorativa, ya sea por la experiencia, conocimiento o necesidad que expresa el individuo con discapacidad, camino mediante y sólo por el cual se puede aspirar a construir legítimamente una mejor calidad de vida de las PCD.

Trabajar desde las diversas áreas, pero por sobre todo desde la medicina con sujetos como personas y no como pacientes, es el medio a través del que se podrá brindarles herramientas, estrategias y empoderamiento del conocimiento que le permitan desenvolverse en la vida cotidiana. La búsqueda de un todo en conjunto e interdisciplinario, pero sobre todo desde la solidaridad y el sentido común del diálogo y del respeto, son fundamentales para otorgarles un lugar, una voz, una manifestación que de cuenta que lo diferente no es lo malo, sino que simplemente es distinto, diverso como el mundo que compartimos.

Por último, hablar de una ciudadanía que construye un rumbo en común con vase en las diferencias, de un país constituido de provincias que cuentan con leyes que protegen y amparan los derechos de las personas con discapacidad, como se lo ve plasmado en la ratificación de la Convención Internacional de Derechos de las Personas con Discapacidad a la que Argentina se encuentra adherida pero que no del todo se cumple, son puntos sociales y jurídicos esenciales para ser plasmados de manera tangible en la sociedad, por una educación, salud y trabajo accesible, debido a que por sobre todo y a pesar de las diferencias de etnia, credo o discapacidad, SOMOS PERSONAS.

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