En el día de la fecha se recuerda a José de San Martín, militar y político argentino que ayudó en la independencia de nuestro país, Chile y Perú.
Es reconocido como uno de los libertadores de América por su contribución decisiva a la autodeterminación de una gran parte del continente, que estaba controlado política y económicamente por los distintos virreinatos del imperio español.
Nacido en Yapeyú , Virreinato del Río de la Plata, en 1778, desde muy pequeño emigró hacia Europa junto a su familia. Allí comenzó sus estudios en el Real Seminario de Nobles de Madrid y en la Escuela de Temporalidades de Málaga en 1786.
Posteriormente ingresó al ejército español e hizo su carrera militar en el Regimiento de Murcia. Combatió en el norte de África, luego contra la dominación napoleónica de España y participó en las batallas de Bailén y La Albuera.
Ya con 34 años, en 1812, tras haber alcanzado el grado de teniente coronel, y luego de una escala en Londres, retornó a Buenos Aires, donde se puso al servicio de la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Se le encomendó la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo (que hoy lleva su nombre), que tuvo su bautismo de fuego en el combate de San Lorenzo.
Más tarde se le encargó la jefatura del Ejército del Norte, en reemplazo del general Manuel Belgrano. Allí fue dando forma a su plan continental, comprendiendo que el triunfo patriota en la guerra de la independencia hispanoamericana solo se lograría con la eliminación de todos los núcleos realistas que eran los centros de poder leales a mantener el sistema colonial en el continente americano.
Nombrado gobernador de Cuyo, con sede en la ciudad de Mendoza, puso en marcha su proyecto: tras organizar al Ejército de los Andes, cruzó la cordillera del mismo nombre y lideró la liberación de Chile, en las batallas de Chacabuco y Maipú.
Luego, utilizando una flota organizada y financiada por Chile y luego de recibir instrucciones del Senado de ese país, atacó al centro del poder español en Sudamérica, la ciudad de Lima, y declaró la independencia de Perú en 1821. Terminó su carrera de armas después de concretar la Entrevista de Guayaquil con Simón Bolívar, en 1822, donde le cedió su ejército y la meta de finalizar la liberación del Perú.
Finalmente, tras la muerte de su esposa en agosto de 1823, cansado de las luchas internas en el país y hasta acusado de conspiración, decidió irse junto a su hija rumbo a Francia en 1824, país donde pasaría a la inmortalidad un 17 de agosto de 1850 a la edad de 72 años.
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