En diálogo con Radio Hexa, Romina Del Plá cuestionó con dureza el desarrollo de la sesión parlamentaria y denunció maniobras del oficialismo para condicionar votos, introducir artículos clave a último momento y avanzar sobre derechos sociales sensibles. Además, advirtió una crisis política abierta entre el Gobierno y sectores aliados.
Por Giuliana Salmonte Siciliano
Gmail: giulianasalmontesiciliano@gmail.com
En primer lugar, la diputada nacional Romina Del Plá trazó un balance sobre la extensa y conflictiva sesión legislativa en la que el oficialismo buscó avanzar con una serie de modificaciones presupuestarias y estructurales. Según relató, no se trató únicamente de una jornada maratónica por la cantidad de horas, sino de un escenario atravesado por maniobras irregulares, arbitrariedades y un manejo discrecional de la palabra dentro del recinto.
Además, comparó el accionar del actual gobierno con episodios históricos de compra de voluntades legislativas, aunque remarcó que, a diferencia de otras épocas, hoy esas prácticas se realizan de manera abierta. Por eso, señaló que el intercambio de apoyos por fondos o beneficios quedó “sobre la mesa”, a través del reparto de Aportes del Tesoro Nacional y compromisos específicos con gobernadores y legisladores.
Sin embargo, advirtió que estos acuerdos son frágiles y limitados, ya que no resuelven los problemas estructurales de las provincias, lo que explica por qué incluso algunos sectores que acompañaron al oficialismo luego se desmarcan ante el costo político que deben pagar en sus territorios.
En ese contexto, la diputada sostuvo que el Gobierno terminó enfrentando un “problemón” político producto de su propia estrategia, detalló que, sobre el cierre del debate, se incorporaron modificaciones sensibles en el capítulo 11 del proyecto, como cambios en la coparticipación para la Ciudad de Buenos Aires y un fuerte incremento de fondos para el Consejo de la Magistratura. Estas incorporaciones de último momento generaron rechazo, tensiones internas y advertencias de sectores dispuestos a votar el presupuesto.
La caída de ese capítulo implicó consecuencias concretas. Entre ellas, la anulación de beneficios vinculados a la denominada “zona fría”, lo que habría habilitado un tarifazo significativo en amplias regiones del sur del país, y la eliminación de compensaciones a empresas energéticas que habían sido incluidas bajo el argumento de resarcir pérdidas por emergencias previas. Romina subrayó que estas medidas no solo evidencian improvisación, sino una orientación clara en favor de intereses empresariales.
Por otro lado, remarcó que el episodio dejó al descubierto una fractura política con sectores del PRO, particularmente tras el conflicto generado en torno a la Auditoría General de la Nación y la coparticipación porteña. Según la diputada, la confianza quedó dañada y el Gobierno deberá realizar un esfuerzo considerable para recomponer apoyos que hasta ahora parecían incondicionales.
AUH y asignaciones familiares: el intento de congelamiento
Uno de los puntos más sensibles que quedaron expuestos durante la sesión fue el intento de congelar la actualización automática de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y de las asignaciones familiares. Por lo cual, Romina Del Plá advirtió que la iniciativa buscaba desenganchar estos ingresos de la inflación, dejando su actualización librada a la discrecionalidad del Poder Ejecutivo.
Si bien la AUH ya se ve afectada por un índice de precios que, según la diputada, se encuentra “manipulado hacia abajo”, la eliminación de la actualización automática implicaría un deterioro aún mayor del poder adquisitivo de millones de familias. El mismo criterio pretendía aplicarse a los fondos destinados a discapacidad, imponiendo límites y condiciones que profundizan la vulnerabilidad de sectores que dependen de estas políticas públicas para subsistir.
Una relación rota con el PRO y una crisis política abierta
La sesión también dejó al descubierto un quiebre en la relación entre el Gobierno y sectores del PRO que venían acompañando su agenda. En ese caso, escribió escenas de tensión extrema dentro del recinto y señaló que la insistencia del oficialismo en forzar votaciones irregulares terminó provocando el rechazo de aliados clave.
La diputada consideró que el Ejecutivo “se enterró solo” al intentar avanzar sin límites, subestimando las advertencias sobre la ilegalidad de algunos procedimientos. Para Romina, el traspié no fue inevitable: el presupuesto podría haber sido aprobado sin estos artículos conflictivos. Sin embargo, la combinación de soberbia política y errores estratégicos abrió una crisis que ahora el Gobierno deberá gestionar en un Congreso cada vez menos previsible.
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