Número de edición : 8908

GBA

Crisis silenciosa en la provincia de Buenos Aires: despidos y cierre de empresas

Metalúrgicas. Bridgestone, Pirelli y Fate, enfrentó conflictos.
Metalúrgicas. Bridgestone, Pirelli y Fate, enfrentó conflictos.

Más de 219 mil empleos registrados desaparecieron y 15 mil empresas cerraron sus puertas en menos de dos años en la provincia de Buenos Aires.

Por Florencia Belén Mogno

A lo largo de los últimos tiempos, la economía bonaerense atravesó y afronta un período de deterioro sostenido que no se manifestó en estallidos visibles, sino en pérdidas continuas y silenciosas.

En ese sentido y de acuerdo con la información a la que accedió Diario NCO, entre diciembre de 2023 y julio de 2025, se registraron 219.256 puestos de trabajo formales perdidos y más de 15 mil empresas cerradas. La provincia de Buenos Aires concentró gran parte de estas bajas, afectando tanto a pymes familiares como a grandes plantas industriales.

El discurso oficial sostuvo que esta “depuración” era necesaria para sanear la macroeconomía y sin embargo, los datos evidenciaron que la destrucción laboral fue transversal. La Superintendencia de Riesgos del Trabajo informó que el 72 por ciento de los empleos perdidos se encontraba en empresas de más de 500 trabajadores, lo que desmintió la idea de que solo las pequeñas empresas sufrían el ajuste.

Los parques industriales reflejaron esta realidad. En Pilar, ILVA cerró y dejó en la calle a 300 trabajadores, mientras KTM despidió a 50. En Luján, Cerámica Cortínez sumó 136 cesantías y amenazó con más recortes. La industria del neumático, con Bridgestone, Pirelli y Fate, enfrentó conflictos entre rebajas salariales y despidos, consolidando la sensación de que ningún sector estaba a salvo.

Impacto en otros sectores industriales

La problemática alcanzó al núcleo del acero en San Nicolás, donde tercerizadas de Ternium acumularon 350 despidos. En Campana, Siderca despidió a 65 trabajadores y anticipó nuevas cesantías. La planta de motos del Grupo Simpa cerró máquinas y dejó 50 familias sin ingresos, mientras que en Zárate, Cameron hizo lo propio en el sector petrolero. Ningún rubro escapó al impacto de la crisis silenciosa.

En tanto, la reducción del tamaño del Estado convivió con un sector privado debilitado. Según datos recientes, el 35 por ciento de las firmas cerradas en 2025 se encontraba en Buenos Aires, lo que representó menor inversión, pérdida de proveedores y reducción de empleo. La contracara de la política proempresa fue la destrucción del tejido productivo y social.

Los sindicatos intentaron resistir en este contexto. El SUTNA se enfrentó a las rebajas salariales en la industria del neumático, y gremios docentes y metalúrgicos marcharon junto a comunidades educativas contra los despidos en Campana. Estas acciones no fueron épicas de barricada, sino defensas de la supervivencia de trabajadores y familias afectadas por la crisis.

La experiencia en los barrios y comercios locales

Por otra parte, el estudio expuso que el ajuste tuvo efectos inmediatos en la vida cotidiana. Los barrios vieron menor consumo, los comercios vendieron menos y los parques industriales se vaciaron.

Cada despido o cierre de empresa impactó sobre proveedores, familias y comunidades enteras. El “ajuste ordenado” que el oficialismo promovió se tradujo en persianas bajas y pérdida de confianza en un futuro de crecimiento económico.

En la práctica, la crisis se expresó como un goteo persistente: cada semana hubo despidos y cada mes desaparecieron empresas, erosionando la economía bonaerense y el tejido social asociado. La continuidad de esta dinámica convirtió al cierre de empresas en un paisaje cotidiano, normalizando la precariedad y la incertidumbre laboral.

En este escenario, el gobierno provincial apostó a que la recesión fuera un puente hacia la estabilidad, pero el costo social recayó sobre los trabajadores y los pequeños comerciantes. La economía bonaerense —principal motor productivo del país— sufrió un desgaste prolongado que el discurso oficial minimizó, mientras las familias afrontaban la pérdida de empleo, ingresos y oportunidades.

Cierre y cifras oficiales

El ministro de Economía bonaerense, Pablo López, describió la magnitud del problema en el informe y sostuvo: “En la Argentina de Milei, no hubo un solo mes de 2025 sin destrucción de empresas”.

Los números acompañaron la advertencia. Según la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, en junio de 2025 se registraron 758 cierres de firmas a nivel nacional, de los cuales 277 correspondieron a la provincia de Buenos Aires. El primer semestre totalizó 1.556 empresas cerradas, y desde diciembre de 2023, el número superó las 4.800 compañías bonaerenses desaparecidas.

La tendencia no distinguió sectores ni tamaños: pymes, comercios barriales, talleres y grandes plantas integraron la lista de cierres. Cada empresa que bajó la persiana arrastró empleos formales e informales, proveedores y comunidades. Lo que el relato oficial calificó como “depuración” se tradujo en la práctica como pérdida de tejido social, consolidando una crisis silenciosa que golpeó a toda la provincia.

Fuente fotografías: redes sociales.

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