

Especialistas insisten en la necesidad de reforzar redes de apoyo respetuosas y activas para acompañar a las madres y a sus bebés en el inicio del vínculo de lactancia.
Por Florencia Belén Mogno
La llegada de un recién nacido a casa, sin dudas, constituye una experiencia emocionalmente intensa que no solo transforma los vínculos familiares sino que también plantea nuevos desafíos cotidianos.
En ese contexto, la lactancia materna suele ubicarse en el centro de la escena como un acto de nutrición y como un proceso corporal, emocional y relacional que requiere acompañamiento sostenido. El inicio de este camino demanda atención, información confiable y entornos afectivos que sepan colaborar sin invadir.
Con el objetivo de visibilizar esta etapa tan significativa, distintas campañas impulsadas por profesionales de la salud buscan poner en agenda la necesidad de crear condiciones reales para el acompañamiento de cada mujer y bebé en este proceso, con foco en el respeto, la empatía y la construcción colectiva de bienestar.
Aspectos a tener en cuenta
La doctora Ana Pedraza (MN 42867), jefa de Neonatología de Clínica y Maternidad Suizo Argentina, señaló en el estudio que “adaptarse al nuevo integrante y a una nueva dinámica familiar es un proceso”.
En ese sentido, la profesional sostuvo en el reporte que los primeros días suelen vivirse con “estrés, miedos, inseguridad y agotamiento, pero también mucha felicidad”. Según indicó, la vuelta a casa es un momento de “vulnerabilidad y adaptación” donde el apoyo es decisivo para sostener la lactancia de manera efectiva.
Las primeras semanas demandan atención y contención. En ese sentido, el contacto piel a piel, el amamantamiento a libre demanda y la identificación temprana de señales de hambre son algunas de las pautas que ayudan a fortalecer el proceso.
El estudio reveló que uno de los pilares fundamentales para sostener la lactancia en esta primera etapa es el acompañamiento emocional. La posibilidad de que la madre pueda descansar, evitar tensiones físicas y compartir sus dudas sin ser juzgada es parte de lo que recomiendan las y los especialistas.
Además, la investigación remarcó que resulta fundamental crear un entorno cómodo para amamantar: sillones adecuados, almohadas para favorecer la postura, silencio y privacidad cuando sea necesario.
Precisiones clínicas
Desde Clínica y Maternidad Suizo Argentina señalaron en el estudio brindado a Diario NCO, que estos elementos pueden organizarse antes del nacimiento. Además, destacaron que durante la internación las pacientes cuentan con asesoramiento de enfermeras, médicos y puericultoras, así como e-consultas y consultorios de lactancia posteriores al alta.
El documento facilitado a este medio explicó que durante los primeros días tras la llegada del bebé, la bajada de leche puede provocar pechos tensos, cargados y doloridos, lo que a veces dificulta una buena prendida.
En esa línea, el reporte agregó que aunque estas molestias suelen resolverse solas con el paso de los días, cuando no ocurre es clave consultar con profesionales. Aplicar unas gotas de leche al finalizar la toma y evitar jabones agresivos son recursos útiles para el cuidado del pecho.
Recomendaciones médicas
Entre las conductas que se aconsejan para quienes rodean a la madre y el recién nacido se destacan: brindar apoyo emocional, ofrecer ayuda concreta (como cocinar o limpiar), cuidar a otros hijos si los hubiera y organizar las visitas de forma respetuosa.
En consonancia con lo planteado anteriormente, el informe subrayó que también resulta valioso escuchar sin juzgar, ser pacientes, reconocer el esfuerzo de la madre y preguntar antes de tomar decisiones que involucren al bebé.
Por el contrario, durante esta etapa se recomienda evitar ciertas actitudes que, aunque bienintencionadas, pueden resultar invasivas: imponer consejos no solicitados, hacer visitas extensas, minimizar emociones, tocar al bebé sin permiso o comparar con otras experiencias. La empatía, la escucha y la disponibilidad práctica son los pilares del acompañamiento real.
La lactancia materna representa un aporte nutricional, inmunológico y afectivo fundamental para el desarrollo del bebé. Por eso, la Organización Mundial de la Salud recomienda sostenerla de forma exclusiva durante los primeros seis meses y complementarla hasta los dos años o más. Sin embargo, también es necesario contemplar los obstáculos que pueden surgir y generar estrategias para sortearlos sin caer en exigencias desmedidas.
Finalmente, desde el equipo profesional remarcaron que la comparación es uno de los errores más comunes en esta etapa. “Cada madre y cada bebé tienen su propio ritmo y circunstancias”, concluyeron. “Lo importante es el vínculo y el amor que compartas con tu hijo más allá de la lactancia. Las primeras semanas pueden ser maravillosas, pero por momentos agobiantes, y necesitás adaptarte a nuevos cambios de la rutina. No estás sola”.
Fuente fotografías: Facebook.com
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