

El sábado 9 de agosto en la sala de salud que lleva su nombre, en la que trabajo alrededor de 30 años siendo su director, se le realizó un homenaje al Dr. Néstor Chino Oliveri, conmemorando el día de su natalicio, el 5 de agosto, día en que cumpliría 80 años, a los 10 años de su fallecimiento.
El homenaje
La actividad se inició a las 10 de la mañana con el recibimiento de los invitados: vecinos y vecinas, pacientes y amigos que se ubicaron en el frente de la sala, por parte de todo el equipo de trabajo.
En segundo lugar el “Hilo Violeta”, taller itinerante de género de la Sala, representó un radioteatro, “El sillón de Don Ernesto” que fue muy aplaudido por los asistentes.
Entre los presentes estuvo Ariel Oliveri, uno de los hijos del Chino que presentó la segunda edición de su libro “El Dr. Chino y la Salita” y el padre Francisco “Paco” Olveira, Cura en Opción por los Pobres, que vivió muchos años en el barrio, ejerciendo su sacerdocio.
También fueron parte del evento, Hugo Caffera, y Sebastián Caffera, fundador y director respectivamente del ISEP (Instituto Superior de Estudios Paramédicos), instituto con el que la sala tiene un acuerdo de enviar becarios para la formación en enfermería; el grupo de arquitectos del Proyecto Hábitat que trabajan en tareas de solidaridad con el barrio; Guido Arinci, Secretario General de CICOP, seccional La Matanza; Miriam Aranda, Presidenta de la Junta Vecinal “Nuria Benítez” del barrio María Elena, entre otras personalidades.
Jorge Orellano, médico clínico, de muchos años de trabajo en el centro de salud, se jubiló, pero continúa vinculado a la Sala en los cursos de agentes sanitarios y en los talleres de diabetes, fue uno de los que intervino desde el micrófono e informó a los vecinos y vecinas sobre su situación, ahora colaborando voluntariamente.
En un momento del acto se proyectó un video de las actividades de este año de la institución y al finalizar el mismo se descubrió un mural con el nombre de la Sala y la imagen del Chino, que pinto una joven artista de Mar del Plata y lo regalo solidariamente.
Se cerró la actividad con un almuerzo comunitario con quienes estuvieron presentes, trabajadores y trabajadoras de la sala, invitados, vecinos y vecinas.
El Hijo
Ariel. Oliveri, escritor y autor del libro sobre su padre, “El Dr. Chino y la Salita”, nos decía frente a la pregunta de cómo estaba viviendo el momento: “Siento una mezcla de tristeza y alegría, tristeza por no tenerlo y alegría porque la sala sigue funcionando y creciendo con el lema de la medicina social y comunitaria por la que él trabajó toda su vida. Además hoy vine a presentar una nueva edición del libro sobre él y la sala; agregué cuatro capítulos y un prólogo en el cual planteo la situación política del país y por qué lo reedito. Dos de esos capítulos hablan de dos personas de Estados Unidos que nos ayudan mucho; fueron compañeros de mi papá cuando él estuvo allá y un último capítulo de cómo es la sala hoy. Un libro necesario para combatir tanto individualismo como se promueve desde el gobierno nacional”, remató Ariel.
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