

Modelo, madre y asesora de imagen, la artista colombiana forjó una carrera al apostar por un contenido con sentido y una construcción genuina de comunidad.
Por Florencia Belén Mogno
En un escenario saturado por estereotipos y mensajes fugaces, emergen voces que se distinguen por su coherencia y capacidad de inspirar desde la experiencia real. La figura de las influencers y creadoras de contenido cobró protagonismo en la última década y muchas referentes apuestan a formas de comunicar que trasciendan lo visual o aspiracional, y se anclen en el crecimiento personal.
Al mismo tiempo, el vínculo entre el modelaje y el universo digital se volvió cada vez más estrecho. Mujeres que comenzaron en pasarelas o portadas supieron reinventarse como líderes de opinión y gestoras de proyectos propios.
Desde Colombia, una de esas voces es la de Vaneza Peláez, modelo, influencer y emprendedora nacida en Medellín, que compartió su recorrido en diálogo con Diario NCO. La también asesora en imagen y comunicación relató cómo inició su carrera en el modelaje y cómo logró abrirse camino en la industria.
La construcción de un sueño
Para comenzar, ¿cómo ha sido tu historia?
V.P: Desde muy niña empecé a trabajar como modelo. Poco a poco, con disciplina y amor por lo que hacía, fui abriéndome camino en el mundo del modelaje, una experiencia que me permitió aprender mucho, conocer personas increíbles y representar marcas tanto en Colombia como en el exterior. Con el paso de los años, también tuve la oportunidad de trabajar en televisión como presentadora. Fue un reto nuevo que asumí con mucha entrega, y que me permitió conectar con el público desde otro lugar, mostrarme tal como soy.
Has mencionado en otras ocasiones el papel que cumplen los afectos en tu carrera, ¿cuál es tu reflexión al respecto?
V.P: Además de mi trabajo en medios, soy mamá, y sin duda ese ha sido el papel más importante y transformador de mi vida. La maternidad me ha enseñado a ver el mundo con otros ojos y a valorar lo realmente esencial. También he tenido la fortuna de emprender y desarrollar proyectos personales relacionados con la moda, la asesoría empresarial y el bienestar, áreas que me apasionan y con las que me siento profundamente conectada. Disfruto compartir ese camino con quienes me acompañan en redes, siempre desde la experiencia propia, sin pretender imponer verdades ni dar lecciones.
¿Cómo empezó tu carrera profesional en lo que refiere al emprender y de qué manera se combinó con las redes?
V.P: Siempre soñé con tener empresa propia. Emprender era una meta personal que me llenaba de ilusión, pero también sabía que no sería un camino fácil. Y no lo fue. Crear y sostener una empresa requiere más que dedicación: exige tiempo, energía, aprendizajes constantes y, sobre todo, mucha resiliencia. Tuve la oportunidad de fundar dos marcas que me llenaron de orgullo, ambos proyectos me enseñaron muchísimo y aunque ya no están activos, me quedo con todo lo vivido: los aciertos, los errores y, sobre todo, la certeza de que cada intento deja huella. No fue fácil tomar la decisión de cerrar, pero sigo creyendo firmemente en emprender, y cada vez que tenga la oportunidad, lo volveré a intentar. Porque emprender no es solo abrir una empresa, es también creer en las ideas, en las pasiones y en uno mismo.
A lo largo del tiempo supiste construir una importante comunidad digital, ¿qué considerás que te permitió lucirte tanto allí como en tu área profesional?
V.P: Creo que lo que me ha permitido destacarme en esta industria es la combinación de
constancia, autenticidad y evolución. Empecé mi carrera muy joven como modelo, y aunque
al principio todo parecía girar en torno a la imagen, con el tiempo comprendí que lo más
valioso era construir una trayectoria con propósito, coherente con quien soy y con lo que
quería transmitir. He tenido la fortuna de trabajar con marcas reconocidas a nivel nacional e internacional, de ser portada de revistas importantes y de participar en proyectos de televisión que me permitieron conectar de una forma más cercana con las personas. No se trata solo de lo que se ve, sino de lo que uno deja en los demás, del impacto que se genera desde el ejemplo y la forma de ser.
Por otra parte, ante los obstáculos que se hayan presentado o que se pueden presentar, ¿qué te motiva para seguir adelante?
V.P: Lo que me mantiene firme cuando las cosas se ponen difíciles es recordar mi propósito y
entender que todo forma parte del camino. Nada es permanente, y cada etapa por difícil
que sea trae consigo una enseñanza. Hay una frase que llevo tatuada y que se ha convertido
en mi mantra de vida: “Todo pasa”. Para mí, es un recordatorio íntimo y poderoso de que los
momentos duros no duran para siempre, y que siempre hay algo que aprender en el proceso.
Y, por supuesto, mi motor más grande: mis hijas. Ellas son mi ancla, mi inspiración diaria y
la razón por la que me levanto con determinación incluso en los días más difíciles.
Por último, ¿cuáles son tus próximos proyectos?
V.P: Quiero seguir desarrollando ideas que conecten con las personas, ya sea desde la moda, la asesoría empresarial o el marketing con propósito. Me motiva especialmente acompañar a
otros en sus procesos, compartir lo que he aprendido y sumar desde la experiencia. También
aspiro a fortalecer mi rol como asesora y creadora de contenido con propósito, siendo parte
de iniciativas que promuevan el crecimiento personal, el empoderamiento femenino y la vida
en equilibrio. Y, por supuesto, me veo disfrutando de mi papel como mamá, creciendo junto
a mis hijas y mostrando con el ejemplo que se puede soñar en grande y trabajar por ello sin
perder de vista lo esencial.
Fuente fotografías: redes Vaneza Peláez.
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