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Estudio reveló que las mujeres aún representan solo el 25 por ciento de la fuerza laboral en ciberseguridad

Trabajo. La revolución digital trajo consigo promesas de inclusión.
Trabajo. La revolución digital trajo consigo promesas de inclusión.

Durante el evento F5 AppWorld Revolution LATAM en Cancún, la organización WOMCY expuso las barreras que enfrentan las mujeres en ciencia y tecnología, así como los sesgos de género que persisten en el desarrollo de la inteligencia artificial.

Por Florencia Belén Mogno

En el contexto de una transformación tecnológica acelerada, la representación femenina en áreas clave como la ciberseguridad aún resulta alarmantemente baja. A pesar del crecimiento de la industria tecnológica y del aumento en la demanda de profesionales capacitados, las mujeres ocupan apenas un cuarto de los puestos en sectores como seguridad informática, infraestructura digital e inteligencia artificial.

La revolución digital trajo consigo promesas de inclusión y progreso, pero las estadísticas actuales revelan una brecha preocupante. Lejos de eliminar desigualdades, las nuevas tecnologías también las replican. Así lo advierten múltiples voces que trabajan desde una perspectiva de género en el mundo IT.

El acceso desigual a la educación, los estereotipos, la falta de representación y los sesgos estructurales en algoritmos son apenas algunos de los obstáculos que persisten. En ese escenario, la falta de diversidad en los equipos de desarrollo tecnológico afecta no solo la equidad dentro de la industria, sino también el tipo de productos y soluciones que se crean.

En ese sentido y de acuerdo al informe al que tuvo la oportunidad de acceder Diario NCO, desde la organización WOMCY profundizaron sobre la cuestión de la figura de las mujeres dentro de la industria tecnológica.

Desarrollo y abordaje del tema

En el documento difundido la líder del programa Tech in WOMCY, Fátima Rodríguez Giles, explicó los desafíos que enfrentan las mujeres en la industria tecnológica, detalló el trabajo de la organización y analizó los riesgos de mantener equipos homogéneos en la creación de sistemas inteligentes.

A través del estudio, Rodríguez Giles remarcó que el programa Tech in WOMCY apunta especialmente a mujeres universitarias, con el objetivo de demostrar que una carrera en ciberseguridad no solo es posible, sino urgente. “Las mujeres aún representan solo el 25 por ciento de la fuerza laboral en ciberseguridad”, señaló.
A su vez, recordó que la organización trabaja en tres ejes centrales: profesionalización, mentoría y educación. Estos pilares, explicó, permiten acompañar a jóvenes que desean formarse en el sector, al tiempo que enfrentan una oferta laboral en crecimiento constante.

Por otra parte, en el reporte la especialista también hizo hincapié en el modo en que los sesgos sociales atraviesan todo el ciclo de desarrollo de la inteligencia artificial. “Esto no es un problema únicamente tecnológico, es sociotecnológico. El poder identificar un sesgo requiere de personas que puedan entender cómo estamos funcionando como sociedad, porque los datos que utilizamos el día de hoy no fueron hechos ayer, sino hace 10 o 20 años”,

Implicancias del caso y propuestas

En el relevamiento publicado advirtió que los sesgos no solo se insertan en las fases iniciales de programación, sino que también pueden reforzarse con las interacciones de usuarios en plataformas digitales.

Entre las soluciones que se plantearon se destacó la necesidad de diversificar los equipos de desarrollo para asegurar que incluyan personas de grupos subrepresentados. Asimismo, se insistió en la urgencia de establecer marcos éticos claros y garantizar procesos de auditoría y transparencia para los algoritmos utilizados en distintos sectores.

En sintonía con lo expuesto anteriormente, el estudio brindado a NCO también subrayó la importancia de hacer una limpieza histórica de los datos, entendiendo que muchas de las desigualdades actuales tienen su raíz en decisiones tomadas décadas atrás.

En esa línea y ya a modo de cierre, Rodríguez Giles afirmó que el trabajo de construcción de entornos tecnológicos más justos no debe recaer únicamente en las mujeres e hizo hincapié en la importancia de un abordaje conjunto.

“Necesitamos que las organizaciones, las universidades y las empresas entiendan que esto no es una cuestión de buena voluntad, sino una necesidad estructural. La equidad en tecnología no es un lujo, es una condición para que las soluciones que creemos representen a toda la sociedad”, concluyó la profesional en el informe publicado.

Fuente fotografías: WOMCY.

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