
El letrado televisivo aseguró que quiere construir algo por fuera del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio. ¿Tenemos un candidato libertario para la contienda bonaerense?
Matías Rodríguez
matiasrodriguezghrimoldi@gmail.com
Las diagonales de La Plata están vestidas desde principios de año con un afiche particular: “Burlando 2023” se lee mientras en los televisores de bares y hogares, mientras en las pantallas táctiles que deambulan por el transporte público, su nombre se repite hasta el cansancio
El abogado mediático, que ocupa la pantalla desde hace meses por la repercusión que genera el Caso Fernando Báez Sosa, da sus primeros pasos de campaña a puro sentido común y discurso anti política. Su aparición escenifica un héroe judicial contra un enemigo alimentado por los medios y depositario de gran parte del mal humor social: los rugbiers.
Un candidato punitivista
Probablemente, la opinión de este artículo no sea mayoritaria, pero ¿no fue demasiado el nivel de violencia con el que se trató el juicio de Fernando Báez Sosa en los medios? No se busca en lo absoluto disminuir la atrocidad del crimen cometido, ni reivindicar los valores de la pelea masculina, pero ¿desearles la violación carcelaria por televisión ayuda en algo?
Por otro lado, el punitivismo, la noción de que los problemas sociales se resuelven con castigos particulares desatiende el abordaje estructural de los conflictos. Probablemente los lectores que se encuentren con esta columna no asesinarían a nadie y menos de esa manera tan horrible y bestial, pero ¿se pudo discutir cómo se alimenta las mentes de los jóvenes que se agarran a trompadas afuera de los boliches? ¿o realmente alguien puede creer que la única pelea con riesgo de muerte fue la de aquella noche de enero en Villa Gesell?
Burlando se dedicó a construir monstruos, psicópatas, personas sin ninguna empatía y esa es la mejor manera de que la sociedad se desentienda del problema de la violencia, de la construcción de masculinidades nocivas, del racismo y clasicismo creciente. A esta altura, nadie debe creer que los únicos que utilizan la frase “negros de m” son los asesinos de Fernando.
¿Qué sucede en una sociedad, dónde el hijo de un trabajador, el hijo de inmigrante, el distinto, es alguien al que se puede golpear, asesinar?, ¿no es anticuado la idea de que hay que probar la hombría a los golpes, arriesgando la propia vida o la de los demás? Si fuera solo el problema de ocho asesinos sueltos, no hubiese sucedido un hecho similar en Corrientes a 24 horas de la sentencia, afortunadamente sin el trágico final que tuvo en el caso de Fernando.
Nada de todo eso se pudo discutir y Burlando que quiere ser Gobernador de una provincia plagada de violencia cotidiana e institucional, con alarmantes niveles de femicidios y gatillo fácil, estuvo siempre en las antípodas de la reflexión y la concientización.
Luego de que los padres de los acusados dijeran que están destrozados por la situación, Burlando tuiteó: “Quien mata sin escrúpulos puede mentir sin escrúpulos. Les recuerdo que ustedes a Fernando lo amenazaron, lo emboscaron y lo mataron. Encima, para coronar la noche, se fueron a comer hamburguesas como si nada hubiese sucedido. Parece que matar da hambre”.
Muy evidentemente las declaraciones del abogado no suman en nada a entender lo que sucede en la cabeza de ocho jóvenes que deciden matar a alguien de su edad y es obvio que el ahora candidato a Gobernador no tiene ninguna empatía por padres que aun siendo responsables pueden estar sufriendo como cualquier persona.
Para cerrar esta parte de la columna, se celebra que se haya castigado a los asesinos de Fernando, no se celebra que se haya generado un clima punitivista de construcción de un enemigo público en el que depositar todo el odio social y que sirva como plataforma política de un candidato que coquetea con la extrema derecha libertaria, una fuerza política que a menudo instiga la violencia contra los pobres.
Un candidato del sentido común
“Me parece que ha llegado el momento de dedicarme a la política. Con un partido político que no tiene mucho que ver ni con el justicialismo ni con el PRO” sentenció Burlando y explicó que “la solución de la Argentina es que todos nos involucremos en política, hay cosas que hay que resolver y no lo hemos hecho, por ejemplo la educación, ¿tan jorobado es? “
El abogado se sitúa como un actor fuera del sistema político e intenta hacerse fuerte desde ese lugar. “Somos un grupo en el que hay muchos técnicos, gente que quiso participar pero la política es muy cruel, si nunca militaste se te hace difícil porque hay un orden jerárquico, acá no hay nada de eso”.
Si bien Burlando se presentó con un armado provincial propia, rápidamente habló de alianzas y adelantó que por ahora no las revelará. Paralelamente el legislador libertario Ramiro Marra, preguntó a sus seguidores, en una encuesta por twitter qué les parecía el accionar del abogado. A buen entendedor…
Cómo si fuera poco, la vicepresidenta del Movimiento de Integración Federal (sello electoral de Burlando), Virginia Sosa, aseguró que sus líderes son “Javier Milei a nivel nacional y Fernando Burlando en la Provincia de Buenos Aires”.
¿Dónde quedó la prédica del paladín judicial contra los violentos? Probablemente no crea que existen inconsistencias con ser aliado de una fuerza que está aliada al genocida de Antonio Bussi en Tucumán y cuyo máximo vocero despotrica contra “los zurdos de mierda”.
Algunos párrafos arriba, se cita al abogado candidato preguntarse qué tan difícil es resolver “el problema de la educación en Argentina”. En el caso de los libertarios, están completamente convencidos de que el sistema educativo debe privatizarse. La educación en este país tiene múltiples problemas, pero el país tiene el orgullo de recibir a miles de estudiantes de toda Latinoamérica en sus universidades por contar con prestigiosas casas de altos estudios totalmente gratuitas.
Burlando vs Burlando
Recientemente, en un programa de televisión (¿dónde sino?), el candidato a Gobernador se refirió a Hugo Tomei, el defensor de los rugbiers y expresó que no le parecía “ético” su accionar, No cuestionó su desempeño como letrado, sino sus “valores”.
Sería interesante que Burlando responda a las siguientes preguntas: Si no es “etico” defender a los rugbiers que asesinaron a Fernando, ¿es ético defender a Juan Darthes, acusado de violación de menores?, ¿es ético defender a la banda de los horneros, responsables materiales del asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas?
La lista podría seguir por Giselle Rimolo y Horacio Conzi, un empresario que presumiendo infidelidad de su pareja, persiguió a un auto con cuatro jóvenes, les disparó y mató a uno de ellos. La lista podría seguir pero no terminar en estos nombres. Burlando hizo gala de defender a quien tuviese el dinero para pagar sus servicios.
La “ética” de la que ahora habla Burlando contraste bastante con su historia, algo que es bastante conocido entre los políticos profesionales de los que el discurso anti política del abogado tanto se quiere diferenciar.
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