
El apoderado de la Asociación Amigos de La Boca, Raúl Estrada Oyuela, habló acerca de la contaminación del Riachuelo y marcó cómo a lo largo de los años nunca hubo una verdadera decisión política de querer sanear el octavo río más contaminado del mundo.
Desde la icónica promesa de María Julia Alsogaray de limpiar en 1000 días ese curso de agua de 64 kilómetros, han pasado casi 30 años y no ha habido avances significativos y en una nueva emisión de Haciendo Radio, que sale de lunes a viernes de 10:30 a 13 por la 2020 (www.diario-nco.com/Radio) uno de los especialistas en la materia trazó cómo continúa este problema sin solución aparente.
En el inicio de la conversación, Oyuela explicó que “la calidad del agua no ha mejorado a pesar de la limpieza de ACUMAR, ya sea superficial o subterránea, ni el aire ni la calidad del suelo. Tenemos un problema muy serio de enfermedades ambientales”.
Siendo muy crítico con la situación actual, enfatizó la falta de decisiones de fondo que busquen terminar con este histórico foco de contaminación: “Todo ha sido maquillaje y propaganda. Hay soluciones parciales. Por ejemplo, hay una obra que plantea descargar en el Río de La Plata la mitad de lo que se descarga en el Riachuelo”.
“Lo importante sería que el presidente de ACUMAR (Martín Sabbatella) hiciera una visita a los intendentes. Las cantidades de oxígeno que debería tener el agua sigue siendo muy inferior”, agregó el apoderado de la Asociación Amigos de La Boca.
Muy lejos de conseguir agua en óptimas condiciones
En otra parte de la charla, el especialista ambiental detalló que desde las autoridades encargadas de planificar la limpieza del Riachuelo buscan objetivos poco alentadores: “Para que el agua esté oxigenada tiene que tener cinco miligramos por litro y en ACUMAR buscan como meta tener dos milígramos. No se llega al nivel recomendable”.
De la misma forma, analizó que “no es solo una sensación de que la situación no mejora. Sino los datos que publica ACUMAR y que nadie ve, muestran que no mejora. No hay una sola curva que muestre que los índices mejoraron de manera favorable”.
“No hay nadie que opine sobre la toxicidad del agua del Riachuelo y cómo aumenta por los desechos que se tiran diariamente, por eso hemos pedido que ante esta dificultad se recurra al cuerpo médico forense, pero ha sido completamente ignorado”, lapidó Oyuela.
Es preciso recordar que, desde cerca de su desembocadura y Río Matanza en la mayor parte de su desarrollo, es un curso de agua de 64 kilómetros al este de Argentina, que nace en la provincia de Buenos Aires, constituye el límite sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y desemboca en el Río de la Plata.
No hay decisión política para cambiar esta realidad
En el tramo final de la charla, Oyuela remarcó la poca o nula intención de los políticos en la regulación y manejo de las cuestiones ambientales: “Lo que está mal acá son los paradigmas de la regulación. En el mundo ya no se regula esto midiendo la cantidad de tóxico, sino que se elige el procedimiento industrial adecuado, que exigen un mayor cuidado en la elección de insumos”.
“El señor Sabbatella está haciendo campañas en los municipios y entonces seguramente se espera un objetivo de alentar las posibilidades hacia el futuro, pero a quién le interesa el tema ambiental”, criticó el entrevistado.
Por otra parte, también expuso al presidente de la Nación, Alberto Fernández, le endilgó falta de interés en el tema: “Por experiencia, sé que al presidente no le importa. Cuando estuve en la Cancillería y teníamos responsabilidades por un tema ambiental, se dijo que la Argentina no tenía política ambiental y la indicación inmediata del jefe de Gabinete (Alberto Fernández) al canciller fue sacarlo de ese puesto”.
“No hay suficiente tratamiento frente a la descarga. No está regulada la masa total de descarga de tóxicos. El gran problema que tenemos es la absoluta indiferencia de la clase política, dígame a qué político le importa algo este asunto”, concluyó el entrevistado.
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