Edición N° 8482
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Informe sobre violencia mediática en programa de televisión

Informe sobre violencia mediática en programa de televisión

Informe sobre violencia mediática en programa de televisión

A partir de los reclamos recibidos por el Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión del Instituto Nacional Contra La Discriminación, Xenofobia Y El Racismo (INADI) y por el Observatorio de la Violencia Simbólica y Mediática del Consejo Nacional De Las Mujeres, éstos organismos realizaron el siguiente informe técnico. El cual fue enviado al canal y productora correspondientes a través de una nota emitida por la Dirección Nacional de Comunicación, Información y Difusión del Consejo Nacional de las Mujeres.

DESCRIPCIÓN:

La premisa de “EL SHOW DEL PROBLEMA”, tal como señala la página web es: “Hablando todo se resuelve. Decile basta a los problemas familiares, con amigos, de pareja o cualquier otro que a vos no te deje vivir en paz. Tus conflictos tienen solución”. El conductor del programa es Nicolás Magaldi, se emite a las 13 hs por Canal 9.

Se trata de un talk show  que busca funcionar de mediador entre dos personas que tienen un conflicto doméstico que suele ser de poca gravedad. En un marco de parodia judicial, hay un acusador, un acusado, una tribuna (o jurado), “especialistas” y testigos.

Los talk shows o programas de entrevistas son aquellos en los que los/as protagonistas en general no pertenecen al mundo de la televisión. Son personas comunes y corrientes entrevistadas por un/a presentador/a en los que relatan experiencias personales. Se trata una amplia gama de temas: relaciones amorosas, enfermedades, familiares perdidos/as, problemas sociales, etc.

Logran captar la atención de los/as televidentes porque interpelan a sus sentimientos e incluso muchos/as pueden identificarse con algunos de los testimonios. En ocasiones intervienen “especialistas”: médicos/as, abogados/as, psicólogos/as, etc. que opinan desde su perspectiva profesional. El público, tanto personalmente como por teléfono, puede participar con sus opiniones, tanto a favor del participante como para atacarlo. Como género, se apoya en el morbo y en el melodrama.

En esta emisión, Brenda de 17 años, acusa a su madrastra de maltratarla. El zócalo lee: “Mi familia me tiene de esclava”, el hashtag para que la audiencia participe es #Brendalaesclava.

Se parodia el esquema del cuento de la Cenicienta: una joven huérfana, maltratada y reducida a la servidumbre por parte de su “madrastra” y “hermanastra” se escapa para ir a una fiesta donde se enamora a primera vista de un joven que la rescatará de su trágica vida.

Brenda comienza a relatar su vida cotidiana de penurias, muy semejante a la de la Cenicienta: “Mi mamá me maltrata. No me deja salir, no tengo celular, no conozco a nadie, no salgo a ningún lado… Hago las cosas de la casa, limpiar, cocinar, coser ropa para la hermana y la madre (…) La mayoría de la ropa que coso la termina usando ella o mi hermana…” Por su parte, el conductor le hace preguntas que inducen las respuestas de la joven.

Para sumar dramatismo, se bajan las luces y se escucha música incidental. Desde atrás de cámara se escucha que la tribuna opina a los gritos, por ejemplo, cuando el conductor presenta a la madre se escucha que alguien grita “¡que bombón!”. Ella explica que deja a Brenda encerrada por su seguridad.

El conductor continúa haciéndole preguntas a Brenda mientras muestra “pruebas”, es decir fotos, en este caso una foto de Brenda arrodillada, fregando el piso: “Dejame ver un par de pruebas que tenes acá. Estás fregando. La casa tenes que limpiar todo. ¿Esa es tu vida? ¿No conoces otra vida?”. Muestra más fotos de la joven colgando la ropa y trabajando en un máquina de coser, limpiando el inodoro.  “Tenes que hacer todo y ellas no hacen nada”. La joven asiente con los ojos llorosos y relata que no la dejan tener celular porque no la dejan ni tiene cuentas en las redes sociales.

Ella responde a las preguntas del conductor que parecen formuladas para marcarle el relato. “Cuando mi hermana sale yo le coso la ropa, la maquillo también”. El conductor se muestra sorprendido: “Me imagino que la debes asesorar, maquillar, todo y ella sale y vos te quedas en tu casa. ¡Wow chicos tremendo! ¿También cocinas?”. Desde la tribuna alguien grita: “¡que injusto!”.

El conductor se dirige a la madre a quien señala como la madrastra. Ella se defiende diciendo que “es algo que una mujer tiene que saber hacer.” Se muestra sorprendida (de forma sobreactuada) ante las críticas. El conductor le pregunta por su hija, ella responde “mi hija es otra cosa” y explica que obliga a Brenda a hacer las cosas de la casa para que “cuando se case sea una mujer completa”.

Entra en escena la hermana que dice que Brenda nació para limpiar. Dice no le interesa hablar con ella, que solo le interesa que le haga la ropa para salir. Cuando Brenda dice que tiene sueños, la interpela y le pregunta de forma socarrona “¿desde cuándo?”.

Más adelante, sale a la luz que Brenda sería la única heredera de la casa en la que viven las tres mujeres. El conductor le explica a la joven que ella es dueña de la casa mientras ella mira azorada.

Continuando con el relato de la Cenicienta, Brenda relata que salió por primera vez a escondidas el sábado pasado a una fiesta donde conoció a un joven (José) del que se enamoró. La madre y la hermana, que, a pesar de mostrarse sorprendidas, parecen saber todos los detalles del joven y de las circunstancias en las que se conocieron.  En la fiesta, tal como sucede en la Cenicienta, estuvieron la madrastra y la hermanastra, pero ninguna vio a Brenda. Ella cuenta que logró abrir la cerradura de la casa, se escapó y que consiguió que un remisero la llevara a la fiesta.

Se escucha una voz en off que dice Seguridad avisó que hay un chico José que quiere entrar. Aparece José en cámara, que aparentemente estaba viendo el programa y decidió ir al estudio.

José, aquí cumple el rol del príncipe del cuento. Estaba “prometido” a la hermanastra, pero se enamora de Brenda y la rescatará de su vida miserable. La madrastra sostiene que el joven es de su “mismo status social” y está “bien económicamente” y que por lo tanto no tiene nada en común con Brenda, una “chiruza que solo sirve para limpiar”.

José entra en cámara y se abraza con Brenda, quien se emociona hasta las lágrimas, con música romántica de fondo. “Fue amor a primera vista”, cuenta José. Cuenta que le perdió el rastro después de la fiesta y que pegó carteles en el barrio buscándola.

ANÁLISIS:

En primer lugar diremos que la clave del contrato de lectura de este “show” se basa en la suposición de que lo que ocurre es real, a pesar de ser claramente ficcionado. Sin embargo, toda producción televisiva genera realidad desde el campo simbólico y puede funcionar como transmisor de ciertas ideas. Por lo tanto, a los fines de nuestro análisis no importa si es realidad o ficción. En cualquiera de los casos, es posible cristalizar roles de género, reproducir estereotipos discriminatorias, generar violencia simbólica y colaborar en la perpetuación de las relaciones de desigualdad de las mujeres, tal como sucede en este programa.

En esta trama se naturalizan y se banalizan los diferentes tipos de la violencia hacia las mujeres y niñas: física, psicológica, económica o patrimonial, simbólica y los modos en que se manifiestan los diferentes tipos de violencia, en este caso, violencia doméstica: Brenda es denigrada, desvalorizada y esclavizada y también violencia mediática.

El Consejo Nacional de las Mujeres tiene entre sus objetivos la remoción de patrones socioculturales que promueven y sostienen la desigualdad de género y las relaciones de poder sobre las mujeres (Art. 2º Inc. e), Ley Nº 26.485, en esta línea, existe un tipo de violencia contra las mujeres denominada “violencia simbólica”, entendida como aquella que a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos transmite y reproduce dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad (Art. 5º Punto 5, Ley Nº 26.485), que puede manifestarse a través de la modalidad “violencia mediática contra las mujeres”.

La violencia mediática contra las mujeres (Art. 6 de la Ley Nacional 26.485) es aquella publicación o difusión de mensajes e imágenes estereotipados a través de cualquier medio masivo de comunicación, que de manera directa o indirecta promueva la explotación de mujeres o sus imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre, humille o atente contra la dignidad de las mujeres, como así también la utilización de mujeres, adolescentes y niñas en mensajes e imágenes pornográficas, legitimando la desigualdad de trato o construya patrones socioculturales reproductores de la desigualdad o generadores de violencia contra las mujeres.

Por otro lado, se producen escenas con mensajes cosificantes respecto a las mujeres. Podemos citar la participación de las voces en off que arengan y festejan las apariciones de Estela y Carla (madrastra y hermanastra), las tomas en las que se destacan sus cuerpos, su atuendo ajustado y peinados producidos.

Nos referimos a cosificación como el acto de representar o tratar a una persona como a un objeto (una cosa no pensante que puede ser usada como uno/a desee). Y más concretamente, la cosificación sexual consiste en representar o tratar a una persona como un objeto sexual, ignorando sus cualidades y habilidades intelectuales y personales y reduciéndolas a meros instrumentos para el deleite sexual de otra persona. En los medios audiovisuales puede verse habitualmente la cosificación en que se destacan primeros planos de partes del cuerpo de las mujeres.

Aquí se reproducen estereotipos sociales vinculados a las mujeres como la aspiración de ascenso social-económico no mediante la capacitación y el trabajo autónomo, sino a través del dinero que proviene de un hombre, en este caso una herencia. Incluso, ellas refieren fijarse en “la billetera” de una pareja potencial. Otro de los estereotipos con el que se suele representar a las mujeres, también aparece en este programa, el interés por su aspecto físico, por sobre cualquier otro.

La figura del varón aparece aquí como refugio de la joven para poder salvarse de la situación de sometimiento. Como en los cuentos infantiles tradicionales, se resuelve con un “final feliz”, en la que se exalta el ideal de “amor romántico”. José rescata a Brenda y la lleva a cumplirle su sueño. Esta idea reproduce la desigualdad de género y ubica a la mujer en una relación de dependencia.

En conclusión, el programa reproduce estereotipos de género. Además reproduce y banaliza distintos tipos de violencia contra las mujeres.

Conforme lo establecido, y siendo de vital importancia mantener el tema de la violencia contra las mujeres en la agenda, brindando una cobertura responsable en la materia desde una perspectiva de género; es deber de éstos organismo señalar estos aspectos con el único objetivo de contribuir a prevenir situaciones de violencia contra las mujeres y a erradicar expresiones que contribuyan a naturalizar y reforzar preconceptos correspondientes a esquemas de inequidad de las relaciones entre los géneros.

RECOMENDACIONES PARA UNA COMUNICACIÓN CON PERSPECTIVA DE GÉNERO.

  1. Promover diversos modelos de mujeres, ya que no existe una única forma de ser mujer.
  2. Evitar la representación de las mujeres a través de su cuerpo o sus características físicas y su consecuente cosificación.
  3. Difundir mensajes que fortalezcan y colaboren con la equidad y el tratamiento igualitario de mujeres y varones.
  4. Utilizar un lenguaje no sexista.
  5. No recurrir al uso de estereotipos, mitos o creencias que impliquen subordinación, inferioridad o dominación de las mujeres por parte de los varones o que resulten degradantes y reductoras.
  6. Incluir la representación de varones y otros/as integrantes de las familias, realizando tareas del hogar, oficios o profesiones que tradicionalmente se presentan como de uso exclusivo de las mujeres. Y viceversa.

 

 

RECOMENDACIONES PARA EL ABORDAJE MEDIÁTICO DE CASOS DE VIOLENCIA DE GÉNERO.

 

  1. Es correcto utilizar los siguientes términos: “violencia contra las mujeres”, “violencia de género” y “violencia machista”.
  2. La violencia de género debe ser prevenida y sancionada. Es importante focalizar la cobertura en la prevención y la sensibilización social sobre este tema que atenta contra el derecho a la vida, la dignidad, la integración física y psíquica de las mujeres.
  3. Mantener el tema en agenda, teniendo en cuenta la violencia en todas sus expresiones: psicológica, económica, sexual, simbólica, doméstica, institucional, laboral, mediática, obstétrica y contra la libertad reproductiva. Sin esperar la muerte de las mujeres para “hablar” del tema.
  4. Es importante proteger la identidad de la mujer y sólo se deben dar a conocer sus datos o si se cuenta con su autorización. Es preciso tener cuidado sobre los detalles de ella y su entorno que se brindan. Hay situaciones que pueden ponerla en riesgo. En caso de femicidios se desaconseja la exposición reiterada de imágenes de la mujer.
  5. Es fundamental, cuando se informa sobre un hecho de violencia contra las mujeres, difundir la línea telefónica nacional gratuita 144 de contención, información y asesoramiento que funciona en todo el país, todos los días, las 24 hs. Atención: NO es de denuncia.
  6. Evitar detalles precisos, escabrosos y reiterados sobre el modo en que se ejerció la violencia. Esto tiene la finalidad de reducir la morbosidad.
  7. Tener especial cuidado con las fotos e imágenes que acompañan las notas. Respetar a las mujeres en situación de violencia y a sus familias, alejándose del sensacionalismo. No confundir la relevancia del tema con el morbo. Cuando se musicaliza, no usar temas que remitan al terror, ni que contengan letras que hablen de “amores enfermos” o celos. El mismo cuidado sobre la frivolización del tema se deben tener en cuenta en todos los elementos: videograph, efectos, etc.
  8. Buscar utilizar un discurso que sea conjetural y no afirmativo, ya que la difusión del caso tendrá impacto a largo plazo en la vida de las personas implicadas. Por eso, es importante proteger la dignidad y la reputación, y respetar el principio de inocencia mientras no haya sentencia firme. Los medios no son la Justicia. Respetar ese camino.
  9. No hay ningún tipo de justificación o motivos ante un caso de violencia hacia las mujeres, que no sean las relaciones de poder desigual de una sociedad machista como “caminaba por una calle oscura”, “se vestía de modo provocativo”, “era muy linda y extrovertida”, “iba sola”. En ese sentido no existe la pregunta “¿Qué hiciste para que te pegara?”. Esto permite evitar la revictimización y busca eludir todo juicio de valor sobre la situación. Ni el violento es necesariamente un psicópata, “loco” o enfermo. Evitar expresar esos “motivos” sin justificación ni chequeo alguno.
  10. Es imprescindible chequear las fuentes y acudir a personas especializadas para hablar de la violencia contra las mujeres. Del ámbito público, como funcionarios/as, organizaciones de la sociedad civil, investigadores/as. Se desalienta el uso exclusivo de fuentes secundarias o privadas (vecinos/as, familiares, amistades, etc.), así como el uso exclusivo de fuentes policiales.
  11. Evitar utilizar las expresiones como “otro caso de”…., “un caso más de…”, que generan un efecto anestesiante. Abordar el tema como una problemática general y estructural más que el sólo énfasis en la particularidad de un caso.
  12. No existe la figura de “crimen pasional” para referirnos al asesinato de mujeres víctimas de la violencia de género. Los crímenes pasionales no existen y remiten a “la quería mucho” y eso es justificar la violencia a partir de un mito.

 

Estas actividades se enmarcan en la ejecución del Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las mujeres (2017-2019), en la Medida 13 de consolidación del mecanismo de recepción de reclamos, y monitoreo de publicidades y programas televisivos, radiales y virtuales.

El Consejo Nacional de las Mujeres es el organismo rector de las políticas públicas en materia de prevención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres y responsable de la articulación de las políticas públicas de igualdad de oportunidades y trato entre varones y mujeres. Promovemos una transformación socio-cultural basada en la plena e igualitaria participación de las mujeres en la vida social, política, económica y cultural del país.

Para acceder a más información sobre el Consejo Nacional de las Mujeres: http://www.cnm.gob.ar/

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