En un comunicado de prensa la Corriente Nacional expresa que “La Secretaría Nacional de Derechos Humanos de KOLINA, celebra el fin de la impunidad que gozaban los responsables de la Masacre de Trelew. Asimismo acompañamos y abrazamos a los familiares y compañeros que durante tantos años reclamaron la justicia que hoy llega.
En tal sentido, hacemos saber que el Tribunal condenó a prisión perpetua e inhabilitación absoluta perpetua a Emilio Jorge Del Real, Carlos Amadeo Marandino y Luis Emilio Sosa considerándolos autores de 16 fusilamientos de presos políticos y el intento de asesinato de otros tres en 1972, en la base Almirante Zar de Trelew. Por otro lado, absolvió a Rubén Norberto Paccagnini y Jorge Enrique Bautista.
En este día tan especial, también queremos recordar a los familiares y a los demás presos políticos que en muestra de un compañerismo sin igual, relegaron su propia libertad en miras a un plan mayor y colectivo, haciendo honor a ese mandato que hoy retomamos de “unidos, organizados y solidarios”.
Que esta sentencia sea el final de 40 años de impunidad. Que sirva para reafirmar el NUNCA MAS y recoger el ejemplo de compañerismo y lucha, el cual no debemos olvidar, porque resistiendo a la desmemoria lograremos construir, junto a Cristina y Alicia, ese legado que hace años nos propusiera Néstor Kirchner: “recuperar y tomar como ejemplo aquellos que son capaces de dar todo por los valores que tienen”.
Hagamos memoria…
El 15 de agosto de 1972, en el final de la dictadura del Gral. Alejandro Agustín Lanusse, veinticinco presos políticos pertenecientes al PRT-ERP (Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo); las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) y Montoneros, se fugaron del penal de Rawson – Chubut. Seis de ellos lograron escapar a Chile, donde contaban con el gobierno amigo de Salvador Allende. Solo seis pudieron abordar el avión que los esperaba. Otros diecinueve, demorados por dificultades en el transporte, no alcanzaron a subir al avión, el cual partía en el mismo momento en que ellos llegaban al aeropuerto.
Quienes vieron trunca su fuga, se entregaron al capitán de navío Luis Emilio Sosa, con la única condición de ser devueltos al penal. No obstante haber sido público dicho acuerdo, cuando estaban siendo trasladados a la cárcel, dieron la orden de llevarlos a la base aérea Almirante Zar, donde quedaron incomunicados y detenidos ilegalmente.
Luego de días de tormentos e interrogatorios, el 22 de agosto se les dio la orden de abandonar sus celdas, sacar los colchones en que dormían y formar fila en el pasillo, en donde intempestivamente fueron ametrallados. La mayoría murió en ese instante, otros lograron arrastrarse hasta sus celdas en donde los ultimaron. Solo 6 fueron llevados a la enfermería, de los cuales 3 murieron desangrados por la falta de asistencia. Los tres sobrevivientes que mediante sus testimonios nos permiten hoy saber lo que realmente sucedió en aquella base aérea, finalmente fueron víctimas de la última dictadura cívico – militar.
Cabe recordar que entre los militantes masacrados se encontraba Ana María Villarreal, quien estaba embarazada”.