
Un científico del CONICET colideró un estudio internacional que desarrolló un proceso económico y eficiente para convertir yerba consumida en insumos de valor agregado para aplicaciones industriales y energéticas.
Por Florencia Belén Mogno.
La yerba mate representa un cultivo de gran importancia económica y cultural en varios países de Sudamérica. Sólo en Argentina se generan anualmente más de 220 mil toneladas de residuos provenientes de infusiones de esta planta, una cifra que evidencia el enorme potencial desaprovechado de estos subproductos.
El aprovechamiento de residuos agrícolas se ha convertido en un tema central dentro de la economía circular, ya que permite generar valor agregado mientras se minimizan los impactos ambientales. Transformar desechos en productos útiles contribuye a un modelo de producción más sostenible y eficiente, alineado con objetivos de transición energética y reducción de residuos.
Diversos estudios internacionales han explorado técnicas para convertir biomasa en insumos industriales y energéticos. Entre las alternativas más prometedoras se encuentra la pirólisis, un proceso de degradación térmica de la biomasa en ausencia de oxígeno que permite obtener productos sólidos, líquidos y gaseosos, cada uno con aplicaciones potenciales en diferentes sectores.
En ese sentido sentido y de acuerdo con la información a la que tuvo la oportunidad de acceder Diario NCO, el investigador del CONICET en el Instituto de Biología Agrícola de Mendoza (IBAM, CONICET-UNCUYO), Martín Palazzolo, junto a colegas de la Universidad de Groningen, Países Bajos, diseñaron un proceso para convertir la yerba mate consumida en productos de valor mediante pirólisis
Desarrollo de un reactor experimental accesible
En relación a lo planteado anteriormente, el informe facilitado a este medio destacó que el estudio fue publicado recientemente en Waste Management y presenta una propuesta replicable a pequeña escala.
El equipo construyó un reactor experimental económico, diseñado para procesar la masa de yerba de un mate típico, lo que permitió evaluar de manera precisa las condiciones de pirólisis en laboratorio. Esta estrategia evitó los costos elevados asociados a los reactores comerciales y facilitó las pruebas iniciales con biomasa de referencia antes de trabajar con yerba mate usada.
Al pirolizar la biomasa a 550 °C, se obtienen tres productos: un residuo sólido o carbón (biochar), una mezcla gaseosa compuesta principalmente por CO₂, H₂ y CH₄, y un líquido conocido como aceite de pirólisis o bioaceite. El enfoque del estudio se centró en este último, por su potencial como fuente renovable de compuestos aromáticos aplicables a la industria química y energética.
Bioaceite: un recurso renovable para la industria
En sintonía, el reporte señaló que el bioaceite fue sometido a diversos tratamientos y análisis con el objetivo de optimizar su rendimiento y enriquecer su composición química en monómeros aromáticos.
Los investigadores estudiaron variables clave como la temperatura de la pirólisis y el uso de óxido de cobre (II) como catalizador para promover la formación de compuestos aromáticos pequeños. Posteriormente, la extracción con un solvente renovable permitió concentrar las moléculas de interés.
Los análisis demostraron que el bioaceite es rico en metoxifenoles, derivados de la lignina presente en la yerba mate, con aplicaciones potenciales en la industria química, farmacéutica y alimentaria. Este enfoque abre la posibilidad de utilizar los residuos de yerba mate en espacios con alto consumo, generando productos que tradicionalmente derivan del petróleo, como plásticos, fragancias, resinas y combustibles renovables.
Además, la materia prima se trató previamente para separar extractos con cafeína y minerales, mientras que los subproductos del proceso, el biochar y los gases, también poseen valor, utilizables en agricultura y como combustible, respectivamente. Esto refuerza el modelo integral de aprovechamiento planteado por el estudio.
De esta manera, el trabajo liderado por el CONICET demuestra que es posible transformar un residuo cotidiano en insumos de alto valor industrial. La estrategia combina viabilidad científica, logística accesible y sentido ambiental, mostrando que la valorización de la yerba mate consumida no solo es técnica y económicamente posible, sino que también contribuye a la reducción de residuos y al desarrollo de una economía circular eficiente.
Fuente fotografías: CONICET.
Te Puede Interesar:
https://www.instagram.com/diarioncomatanza
https://facebook.com/diarionco



