Número de edición : 8901

Cultura

Videojuegos y simulaciones: ciencia argentina contra el grooming y el bullying

Herramientas digitales educativas.
Herramientas digitales educativas.

El investigador del CONICET Santiago Resett lideró el desarrollo de herramientas digitales educativas para prevenir problemáticas que afectan a niños y adolescentes.

Por Florencia Belén Mogno

En un escenario en el que la tecnología se volvió parte cotidiana de la vida de los niños y adolescentes, las problemáticas asociadas a su uso, como el grooming y el bullying, plantean desafíos urgentes para la educación y la salud mental.

Estas problemáticas, que van desde el acoso virtual por parte de adultos hasta el hostigamiento entre pares, generan consecuencias emocionales, sociales y psicológicas de gran impacto. La necesidad de herramientas innovadoras para prevenirlas se volvió una prioridad tanto en el ámbito escolar como familiar.

En ese sentido y de acuerdo con el material al que accedió Diario NCO, el investigador del CONICET Santiago Resett presentó videojuegos con el objetivo de prevenir el grooming y el bullying en la infancia y la adolescencia.

Videojuegos con un propósito

A través de un informe, el investigador explicó que los proyectos que impulsa —desarrollados junto con la Universidad Austral (UA) y la Universidad Argentina de la Empresa (UADE)— avanzaron en un 50 por ciento de su producción y se orientaron a que sean de acceso gratuito.

Según indicó en el documento, “la idea es que estas herramientas estén a disposición del ámbito educativo y de las familias y sirvan para educar, sensibilizar y transformar conductas desde una edad temprana para que chicos y adolescentes puedan prevenir y proceder de una forma adecuada frente al grooming y el bullying”.

El primero de estos desarrollos está dirigido a prevenir el grooming en niños y niñas de entre nueve y once años. Resett detalló que el videojuego utiliza una narrativa detectivesca en la que los jugadores deben investigar la desaparición de un niño recolectando pistas digitales (mensajes, interacciones en redes sociales y testimonios escolares), hasta descubrir que fue contactado por un adulto a través de Internet.

De esta manera, el profesional precisó en el reporte que cada vez que el jugador identifica correctamente un indicio de riesgo, recibe puntos, alertas y consejos para actuar de forma segura en la vida real.

Padres y docentes en el centro de la prevención

En sintonía con lo planteado anteriormente, el informe consultado también subrayó la importancia del rol de los adultos en la regulación del uso de dispositivos y en la educación digital de los chicos.

“Además de amor, los hijos necesitan límites y por ello los padres deben aprender a poner reglas para cuidarlos. Los chicos deberían tener acceso a Internet a partir de los doce o trece años, y en estos casos, además de usar filtros y monitorear su actividad, sería necesario que pongan límites en la cantidad de horas de uso”, sostuvo Resett en el documento difundido.

Asimismo, recomendó que antes de los 10 u 11 años no se entregue un celular a los niños, que el acceso a redes sociales sea recién a partir de los 15 y que las instituciones educativas acompañen estas medidas con protocolos claros de convivencia.

Realidad virtual contra el bullying

Por otra parte, el segundo proyecto está destinado a adolescentes y adopta el formato de una simulación de realidad virtual. Allí, el jugador asume el rol de testigo de una situación de bullying escolar y debe decidir cómo actuar: sumarse a la agresión, retirarse o buscar ayuda de un adulto. Cada acción genera consecuencias distintas y permite reflexionar sobre el impacto de ser espectador pasivo.

Al respecto, Resett explicó en el escrito que “el corazón de esta simulación es trabajar el rol de los espectadores, un aspecto históricamente poco abordado en la prevención del bullying. La mayoría de los adolescentes no hacen bullying, pero muchos lo avalan pasivamente. Y eso también es ser parte del problema”.

En concordancia, el investigador sostuvo y remarcó que la herramienta está diseñada para promover la empatía, el coraje civil y la ruptura de los mitos que desalientan la intervención de los adultos.

Hacia un uso educativo de la tecnología

En su informe, Resett destacó que estos desarrollos se conciben como parte de un “aprendizaje guiado” en el que padres y docentes acompañen a los menores durante el uso de las plataformas.

“La idea es que las herramientas que desarrollamos se utilicen con la asistencia de adultos que alerten, brinden competencias cognitivas y sociales y ayuden a que los chicos se autorregulen”, precisó el especialista.

Además, consideró que estas propuestas deben estar respaldadas por campañas de concientización y por políticas escolares que incluyan protocolos contra el bullying y el ciberacoso.

Finalmente, el investigador remarcó que el potencial transformador de estas iniciativas depende de que las familias y las instituciones educativas las adopten de manera activa. “Hoy muchos padres entregan un celular como un ‘chupete electrónico’, sin monitoreo ni límites. Hay una falsa sensación de seguridad: el niño está en casa, pero puede estar expuesto a peligros enormes desde una pantalla”.

Fuente fotografías: CONICET.

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