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Pesticidas de ARN: una alternativa ecológica para el futuro de la agricultura

Ambiente. Pesticidas de ARN.
Ambiente. Pesticidas de ARN.

La biotecnología avanza hacia soluciones que protegen los cultivos sin dañar el ambiente y que prometen precisión, seguridad y menor impacto ecológico.

Por Florencia Belén Mogno

En los últimos tiempos, la producción de alimentos enfrenta uno de sus mayores desafíos qye implica abordar cómo mantener la productividad de los cultivos sin deteriorar los suelos, el agua y la biodiversidad.

En este punto, el uso masivo de pesticidas químicos permitió sostener altos rendimientos durante décadas, pero sus efectos secundarios generaron preocupación en comunidades rurales, investigadores y organismos internacionales.

El impacto ambiental de estos productos se tradujo contaminación y desequilibrio en los ecosistemas, entre otros factores preocupantes. Además, la exposición prolongada a químicos sintéticos despertó alertas en materia de salud pública. Por eso, el sector agrícola está en plena transición hacia métodos que reduzcan su huella ecológica y garanticen alimentos más seguros.

En este contexto y según la información a la que pudo acceder Diario NCO, los avances en biotecnología ofrecen nuevas herramientas para proteger los cultivos de manera más selectiva. Entre ellas, destacan los pesticidas basados en ARN, que permiten atacar plagas de forma precisa, sin comprometer la salud humana ni el entorno natural.

Tecnología de silenciamiento génico

De acuerdo con el informe consultado, ña innovación se basa en el ARN interferente, una molécula capaz de “apagar” genes esenciales en insectos, hongos u otros organismos que afectan las cosechas.

El proceso consiste en introducir pequeñas cadenas de ARN diseñadas para coincidir con el gen que se quiere desactivar. Cuando el organismo entra en contacto con ellas, activa su propio mecanismo celular para destruir ese gen, lo que detiene su desarrollo o provoca su muerte.

A diferencia de los agroquímicos tradicionales, la investigación detalló que este sistema no deja residuos tóxicos ni contamina el agua o el suelo. El ARN se degrada rápidamente en el ambiente, lo que convierte a esta tecnología en una opción más sostenible y también su alta especificidad evita daños a insectos benéficos como las abejas y mantiene el equilibrio de los ecosistemas.

Asimismo, el estudio destacó que otro de sus beneficios es la baja probabilidad de que las plagas desarrollen resistencia, ya que el silenciamiento se dirige a genes vitales. No obstante, este es un aspecto que continúa en estudio para garantizar que la herramienta mantenga su efectividad en el tiempo.

Avances en investigación y usos potenciales

Los desarrollos más avanzados se concentran en Estados Unidos, Europa y Asia, donde empresas y universidades trabajan para crear productos que protejan cultivos clave como maíz, papa, soya y tomate. Una de las aplicaciones más prometedoras es el control del escarabajo del maíz, una plaga que ha mostrado resistencia a insecticidas convencionales.

También se investiga el uso de esta tecnología para combatir hongos y virus vegetales, mediante la aplicación foliar de soluciones con ARN específico. Otra línea de trabajo apunta a la protección frente a nematodos que atacan las raíces de las plantas y reducen el rendimiento de los cultivos.

Si bien la mayoría de estos pesticidas aún se encuentra en fase experimental o de aprobación regulatoria, los especialistas proyectan que los primeros productos comerciales podrían llegar al mercado en los próximos años. Esto abriría una nueva etapa en la forma de producir alimentos a gran escala.

Desafíos regulatorios y aceptación social

El desarrollo de pesticidas de ARN también enfrenta obstáculos que deberán resolverse para garantizar su adopción masiva. Uno de los principales es el costo de producción, ya que fabricar ARN en cantidades industriales todavía resulta elevado. Sin embargo, los avances en biotecnología también lograron reducir rápidamente estos costos, lo que podría facilitar su disponibilidad en el corto plazo.

En sintonía, el reporte indicó que otro reto importante es la regulación por lo que las autoridades sanitarias y ambientales deben establecer protocolos claros para evaluar el impacto de estos productos antes de su comercialización.

Además, el estudio hizo hincapié en que existe la necesidad de informar a la sociedad para evitar que esta tecnología se confunda con organismos genéticamente modificados, dado que no altera el ADN de las plantas ni de los consumidores.

Finalmente, la investigación subrayó la importancia de realizar estudios a largo plazo para descartar posibles efectos no deseados sobre especies no objetivo o sobre el equilibrio de los ecosistemas. Solo de esa forma se podrá garantizar que esta herramienta sea realmente segura y beneficiosa.

Fuente fotografías: redes sociales.

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