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Zoonosis y salud pública: una problemática que crece en el país

Enfermedades.  Zoonosis, una problemática que crece.
Enfermedades. Zoonosis, una problemática que crece.

Un reciente informe internacional alertó sobre el avance de las enfermedades transmitidas de animales a humanos y su impacto en la economía argentina.

Por Florencia Belén Mogno.

En los últimos años, las enfermedades zoonóticas, aquellas que se transmiten entre animales y persona, se convirtieron en uno de los principales desafíos para la salud pública global. Así, factores como el cambio climático, la deforestación y el crecimiento de las ciudades modificaron los ecosistemas y facilitaron que virus y bacterias lleguen a zonas donde antes eran desconocidos.

El impacto de estas enfermedades no se limitó al ámbito sanitario. La Cámara Argentina de la Industria de Productos Veterinarios (Caprove) estimó que las pérdidas económicas por brotes zoonóticos ascendieron a cerca de 60 mil millones de pesos por año, afectando la producción de carne, leche y otros alimentos de consumo masivo. Esto limitó el acceso de la población a proteínas de calidad y comprometió la seguridad alimentaria.

La amenaza también se vinculó con la expansión de vectores como mosquitos y roedores, que encontraron condiciones más favorables para reproducirse en áreas deforestadas o inundadas. Según proyecciones científicas, para 2080 más de dos mil millones de personas podrían estar expuestas a enfermedades como dengue, malaria y zika si no se reforzaban las medidas de control.

Datos y advertencias para la región

De acuerdo con el informe al que accedió Diario NCO, cerca del 60 por ciento de las enfermedades infecciosas humanas tuvieron origen animal y tres de cada cuatro patologías emergentes correspondieron a zoonosis.

En Argentina, el infectólogo Tomás Orduna advirtió en el escrito que la rabia continuaba presente en murciélagos, que la leptospirosis mantenía un riesgo elevado en zonas urbanas y que la leishmaniasis visceral canina se detectó en nueve provincias, con potencial mortalidad para las personas si no se trataba a tiempo.

En ese aspecto, el documento subrayó que la prevención era la herramienta más efectiva para contener el avance de estas patologías. La vigilancia epidemiológica, la vacunación sistemática y la protección de los ecosistemas fueron pilares fundamentales para reducir el riesgo de contagio.

Asimismo, la investigación facilitada a este medio también hizo hincapié en la importancia de un uso prudente de los antibióticos en animales, ya que su aplicación indiscriminada favorecía la resistencia bacteriana y dificultaba el control de brotes.

El desafío de la resistencia antimicrobiana

Por otra parte, los especialistas remarcaron que los eventos climáticos extremos, como lluvias intensas e inundaciones, incrementaban la circulación de enfermedades como leptospirosis y cólera. Investigaciones internacionales advirtieron que para 2070 podrían producirse hasta 15 mil eventos de transmisión viral entre mamíferos de distintas especies, aumentando las posibilidades de nuevas pandemias.

En sintonía con lo planteado anteriormente, el informe advirtió sobre el riesgo de la resistencia antimicrobiana, que cada año provocaba alrededor de 700 mil muertes en el mundo. Si no se adoptaban medidas urgentes, esta cifra podría alcanzar los 10 millones hacia 2050.

En este punto, el relevamiento señaló que la situación requería un enfoque integral que combinara la salud humana, animal y ambiental para reducir el impacto sanitario y económico de las zoonosis.

Hacia un enfoque integral de prevención

En concordancia, cabe mencionar que el avance de las zoonosis dejó en evidencia la necesidad de políticas de salud pública más sólidas y coordinadas. Las estrategias deben incluir la mejora en la vigilancia de enfermedades, el fortalecimiento de los sistemas de diagnóstico y el impulso de campañas de educación comunitaria para reducir la exposición a los agentes de riesgo.

La cooperación internacional también se volvió un elemento esencial, ya que las enfermedades no reconocen fronteras. El trabajo conjunto entre organismos de salud, gobiernos, instituciones científicas y el sector privado es clave para diseñar planes de acción que contemplen la relación entre el ambiente, los animales y las personas. Solo así será posible reducir el riesgo de nuevas pandemias y proteger tanto la economía como el bienestar de la población.

Fuente fotografías: ONU.

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