Número de edición 8481
Destacadas

125 años de ciencia y naturaleza: el Museo de Farmacobotánica, un puente entre salud, historia y biodiversidad

El Museo de Farmacobotánica “Juan A. Domínguez”.
El Museo de Farmacobotánica “Juan A. Domínguez”.

Con un herbario de más de 800 mil ejemplares, la institución celebró un nuevo aniversario como referente del patrimonio científico argentino.

Por Florencia Belén Mogno

En un mundo atravesado por la crisis ambiental, la pérdida de biodiversidad y el avance de los procesos extractivistas, el resguardo del conocimiento botánico cobra una relevancia renovada y fundamental.

Las plantas medicinales, los saberes ancestrales sobre sus usos y las investigaciones científicas que se desprenden de ellas constituyen hoy una pieza clave tanto para la salud humana como para la comprensión de la relación entre naturaleza y cultura.

Preservar especies vegetales no se limita únicamente a una cuestión ecológica. Implica también sostener memorias culturales, tradiciones farmacológicas y herramientas científicas que permiten explorar nuevas posibilidades terapéuticas.

En ese sentido, los herbarios, colecciones y archivos especializados funcionan como una reserva de conocimiento que contribuye a resguardar múltiples formas de habitar el mundo y de sanar.

En ese marco y según la información a la que tuvo la oportunidad de acceder Diario NCO, el Museo de Farmacobotánica “Juan A. Domínguez”, perteneciente a la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, cumplió 125 años de historia.

Fundado en 1900, esta institución se consolidó como un referente en la preservación del patrimonio científico, académico y cultural vinculado al uso de plantas medicinales en Argentina y América Latina.

Características del museo y su colección

Con una colección compuesta por más de 4.500 drogas vegetales y un herbario de más de 800 mil ejemplares, el museo alberga además instrumentos científicos, materiales de laboratorio, objetos históricos y piezas que testimonian el cruce entre farmacología, botánica, historia y cultura.

A esto se suman unas tres mil muestras desecadas de drogas vegetales procedentes de distintas regiones del país y del mundo, y una colección de especies animales vertebradas e invertebradas.

Uno de sus atractivos más destacados es la colección de plantas tóxicas utilizadas a lo largo de la historia con fines curativos, rituales o esotéricos. Allí pueden encontrarse ejemplares de mandrágoras, célebres por su aparición en la película “Harry Potter y la cámara secreta”, conocidas por su toxicidad y su uso en rituales medievales tanto de magia negra como blanca.

Del mismo modo, el museo conserva plantas como el Beleño Negro, asociado a sacerdotisas y videntes del Oráculo de Delfos, quienes lo utilizaban para inducir visiones vinculadas al dios Apolo.

También se exhiben hongos psicoactivos como el Cornezuelo del centeno, del cual se deriva el LSD, sustancia emblemática de la psicodelia de los años 60. Esta droga fue popularizada por figuras como Jimi Hendrix, Janis Joplin y The Doors, y uno de sus efectos más curiosos es el llamado “Síndrome de Alicia en el País de las Maravillas”, que genera alteraciones en la percepción del tamaño y la distancia (micropsia y macropsia).

Historia y desarrollo

A lo largo de más de un siglo, el Museo atravesó transformaciones institucionales, científicas y culturales que marcaron su evolución. Desde la incorporación de los herbarios históricos del Dr. Domingo Parodi en 1904, la donación de la biblioteca botánica de Juan A. Domínguez en 1919 y su posterior transformación en Instituto de Botánica y Farmacología.

Dentro de ese contexto también se encuadra la reapertura al público genera del Instituto en 2013, lo cual permitió que el espacio se consolidara como un puente entre la botánica, la farmacia y la historia.

En los últimos años, el museo intensificó su participación en eventos de divulgación científica como La Noche de los Museos y la Semana de la Ciencia. Además, abrió sus puertas a la comunidad a través de visitas guiadas, talleres y propuestas educativas destinadas a estudiantes y a familias interesadas en conocer más sobre el mundo de las plantas medicinales.

Fiel a su origen, el Museo aún constituye un espacio de formación para estudiantes, investigadores y profesionales de la salud. Su valor radica en la conservación de materiales únicos y en su capacidad para interpelar al presente desde una perspectiva crítica, que conecta los saberes botánicos con los debates actuales sobre soberanía alimentaria, acceso a la salud, y sustentabilidad.

A 125 años de su fundación, el Museo de Farmacobotánica “Juan A. Domínguez” sigue cumpliendo una función vital: custodiar el vínculo entre naturaleza y salud, entre ciencia y cultura, y hacerlo accesible a nuevas generaciones que buscan respuestas en el pasado para enfrentar los desafíos del futuro.

Fuente fotografías: Museo de Farmacobotánica

Te Puede Interesar:

https://www.instagram.com/diarioncomatanza
https://facebook.com/diarionco

https://youtube.com/@diarionco2150

 

Artículos Relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver al botón superior