

Stella Maris Pereyra es coordinadora de Sabores Especiales, una cooperativa, de la cual forman parte chicos y adultos con algún retraso madurativo o alguna patología de a partir de 20 años sin límite de edad. Llevan a cabo las actividades en una Sociedad de Fomento ubicada en Villa Madero.
Por Giuliana Salmonte Siciliano
Gmail: giulianasalmontesiciliano@gmail.com
Stella es cocinera profesional y siempre trabajó en la sociedad de fomento haciendo catering para las fiestas que se celebraban ahí. En ese entonces, su segundo hijo Lautaro, trabajaba con ella como mozo, y un día la cocinera se cruzó con una mamá que tenía un hijo con discapacidad al igual que ella, y se pusieron a hablar de darle una posibilidad a ellos.
“Yo me ofrecí a enseñarles a cocinar y unos días después me llamaron para preguntarme si quería y cuánto iba a cobrar. Yo ni loca iba a cobrar y así empezó todo”, recordó con lágrimas en los ojos. Con el tiempo, comenzaron a hacer empanadas para vender y ahí surgió la idea de pagarle a los chicos con el dinero que recibían. Hoy en día lo siguen haciendo, pero cada 15 días, no como antes que era todos los días.
Stella Maris forma parte de este grupo hace 30 años, y actualmente siente que hizo mucho por ellos, pero no piensa despegarse: “Tengo familia, cinco nietos y bueno, tengo también ni mis cosas privadas y hoy no tengo quizás el tiempo que tenía antes, que la verdad que lo recuerdo siempre, he perdido la familia, he salido de mi casa con los ravioles en la garganta. Había días en mi casa que no estaba. Entonces, hoy quizás no tengo esa energía, pero le pongo todo lo mejor”.
En la misma línea, la coordinadora sostuvo que ella no es profesional, no es maestra, tampoco psicóloga ni psicopedagoga, por lo tanto, considera que puede dar una mano desde el lugar de madre, ya que no existe un libro de cómo la pasan y cada una escribe su página en su propio libro.
A veces, le sucede que se acercan chicos con otras patologías como esquizofrenia, que son muy difíciles de manejar, y como el conocimiento de Stella es desde su propia experiencia con su hijo que tiene retraso madurativo, lo puede manejar bárbaro, pero desde otro punto de vista no y por eso le tuvo que decir a muchos que se vayan.
En el pasado, Sabores Especiales era un taller y hace un tiempo dejó de llevar ese apodo ya que, cuando surgía que alguno de los chicos quería ir a algún recital o algo, ellos juntaban el dinero para que se llevara a cabo. Así fueron a ver a Pablo Lescano, a La Berisso, a Los Palmeras, entre otros. Además, los han llevado a la costa con donaciones de mucha gente tanto del país como de Estados Unidos. Y con el tiempo los chicos perdieron las ganas de trabajar, pero, para Stella, tampoco era vida tenerlos entre cuatro paredes.
“Mi hijo no me trae ningún problema, gracias a Dios”
La coordinadora tiene dos hijos, el más chico, tiene un retraso madurativo de origen emocional, y su problema está en el habla. Por lo tanto, le cuesta hablar y se limita un poco a salir, pero su mamá insistió con que es totalmente independiente: “Yo me voy y él se queda solo, se baña, se cambia, se cocina, se plancha, lava, todo. Va a la iglesia, lleva el mate, arma solo la valija, no me trae ningún problema porque lo preparé para la vida, yo no quería que fuera una carga”.
En este caso, Stella Maris contó que ella puede ocuparse de hijo, al igual de que cuenta con familiares que lo acompañan, pero, día a día, se encuentra con chicos que no tienen esas posibilidades, es decir que no cuentan con parientes que los ayuden y por eso, Sabores Especiales sigue en pie, en busca de brindarles un lugar a personas que terminaron el colegio y no tienen posibilidad de inclusión social.
Su gran labor en la sociedad de fomento le permitió que este miércoles le hicieran un reconocimiento en la Universidad de La Matanza por su gran trabajo social. “Yo no cobro un peso, durante 13 años trabajo con chicos especiales. Me dieron ese diploma hermoso que siempre es una caricia al alma”, contó con emoción.
“Por suerte no se le toco la pensión a ninguno”
Ante los anuncios de las pensiones por discapacidad, la encargada explicó que en Sabores Especiales, nadie sufrió que se le toque la pensión. Lo que sí, los que tuvieron que presentarse se presentaron y no tuvieron problema.
Sin embargo, ella sintió la necesidad de recordar que no tiene pensión por Lautaro ya que nunca la quiso hacer por cuestiones de obra social. Además, su marido cobra la jubilación y la pensiones por ser Veterano de Malvinas. Por lo tanto, cobra la diferencia con la de su hijo.
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