

El presidente de la Cámara Industrial y de Comercio Francisco Lamanna, en diálogo con Radio Hexa, hizo un duro diagnóstico sobre la situación actual que atraviesan las pequeñas y medianas empresas en la Argentina, entre otras cosas, advirtió que la velocidad de los cambios económicos está dejando fuera del sistema a una gran parte de la población.
Por Giuliana Salmonte Siciliano
Gmail: giulianasalmontesiciliano@gmail.com
Estamos viviendo una crisis de cambio violento, más rápido de lo que imaginábamos para el bolsillo de cada uno”, comenzó a expresar, del mismo modo que reconoció que existen herramientas y oportunidades en distintos sectores ya que por un lado, hay un abanico de oportunidades que se pueden tomar, pero no es para todo el mundo.
En la misma línea con lo anterior, agregó que muchos actores del entramado productivo están abrumados por las circunstancias y no logran dar respuesta ni adaptarse a la nueva dinámica económica. En ese sentido, describió un contexto donde el ingreso de quienes tienen actividad puede incrementarse, pero los egresos lo hacen a un ritmo aún mayor.
El impacto directo de esta situación se refleja en la pérdida de actividad comercial. Ante esta problemática, el dirigente exclamó: “No suena el teléfono, no hay gente consultando”. Lo que para él, responde a una combinación de factores: la caída del poder adquisitivo, la incertidumbre financiera y las restricciones en el acceso al crédito o al ahorro.
Del mismo modo, sostuvo que el dólar es muy barato para el que lo tiene para acceder a viajes o lo puede gastar afuera, pero en el país no es posible comprarlo ni tampoco atesorar porque el dinero no alcanza.
Por otro lado, le consultaron por el rumbo del gobierno nacional, y Francisco Lamanna manifestó que “Javier Milei está haciendo lo que prometió, enfocándose en ordenar las variables macroeconómicas”. Sin embargo, está de acuerdo con que la macro va por buen camino, aunque hay voces que dicen que no, pero siente que faltan medidas específicas para sostener al entramado productivo.
Además, fue contundente al describir el deterioro del mercado interno. “Esto es extremadamente duro y se nota mucho en la PYME, en el asalariado, en la gente”, lamentó. Y agregó: “Si al Estado no le alcanza y al municipio tampoco, pueden poner los impuestos que quieran, que no los va a pagar nadie. La gente seguirá endeudándose”.
“Hay capital, pero no hay dinero circulando”
Lamanna volvió a poner en palabras una de las contradicciones más visibles del momento económico que atraviesa el país: la brecha entre el capital acumulado y la falta de liquidez ya que hay propietarios que cuentan con bienes, inmuebles o instalaciones, pero que carecen del flujo de ingresos necesario para sostener sus gastos. Según explicó, la lógica de tenencia de propiedades cambió porque antes te daba rentabilidad y ahora no te tiene que dar deuda
Este fenómeno se agrava con las necesidades fiscales crecientes a nivel local. En ese sentido, el presidente advirtió que muchos municipios están aumentando impuestos ante la falta de transferencias desde el gobierno nacional, lo que termina asfixiando a quienes tienen dificultades para generar ingresos. Por eso, dio a entender que, hoy en día, lo va a pagar el que puede.
“Estamos en un mundo del revés”
Para el presidente de la Cámara Industrial y de Comercio, cada crisis económica tiene su particularidad, pero en el fondo los efectos terminan siendo similares: “La violencia del cambio, la velocidad que trae y el despropósito de la gente”, resumió, de la misma forma que, expresó su preocupación por el desorden en los precios y la pérdida de lógica en el sistema económico actual, donde muchas decisiones ya no se basan en la posibilidad real de pagar, sino en el absurdo de los valores.
Finalmente, sostuvo que esta distorsión genera una doble presión: por un lado, los sectores que están en mejores condiciones se ven obligados a retraer el gasto, mientras que aquellos más golpeados bajan precios, pero sin lograr acompañar el ritmo que exige el contexto.
“Estamos en un mundo del revés”, remarcó. Y explicó que incluso quienes ya están ajustando sus tarifas lo hacen de forma desfasada: “Están bajando los precios, pero no bajan a la velocidad que requiere el sistema”. Esa asincronía es uno de los factores que impide que la economía se estabilice y comience a recuperarse.
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