
Por Mauro Villaverde
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Todos nos conmovimos (otra vez) con un asesinato como el de Umma. Tremendo dolor para otra familia y la ecuación termina con el mismo resultado…4 salames que se creen chorros y que tiemblan como mamboretá al viento cuando se les complica algo y disparan…ya no para “defenderse” disparan, disparan porque tienen un fierro y “activan” según sus propias palabras…disparan y después allá adentro la cuentan como una proeza de auténtico chorro.
Tan cambiada se las han vendido a algunos tipos, esos miserables que mataron a la nena terminan después lavando tupper o aplaudiendo las manos en el pabellón de “hermanitos” ruegan escupideras donde sea que los trasladen…son miserables y que cerca estamos varios del post de José Luis Espert.
Hay más cosas tristes en esta historia…la ministra Bullrich acongojada en la puerta del velorio diciendo que ahora si la clase política va a modificar el código penal argentino…cosa que ya propusimos nosotros en el año 2019 en el despacho del cuervo Larroque, (en ese entonces diputado).
Cosa que ya propuso Cristian Ritondo y nadie levantó, cosa que ya propuso Eugenio Zaffaroni y tampoco (y esta vez gracias a Dios) nadie levantó. Proyectos de reforma del código penal existen, pero lastimosamente una y otra vez quedan cajoneados por alguna otra prioridad que no es la misma que la nuestra los ciudadanos de a pie.
Ahora porque uno de sus custodios sufre lo que venimos sufriendo la sociedad toda y Bullrich ve el dolor de cerca, parece que se conmueve y dispara y apunta justo al centro del problema…la maldita reforma del código penal…pero permítame ser pesimista…siento en esas declaraciones un dejo de hipocresía y hasta de insensibilidad…mucho humo y pocas nueces porque esta misma gestión en seguridad antes de hablar de mejorarnos la vida inundando la calle de policías y prevención y así que la inseguridad empiece a retroceder ,salieron a mostrar el protocolo anti piquetes.
Las prioridades de esta clase política están claras
Mientras tanto los muertos se siguen amontonando en un mismo bando. Los que salimos a tomar el bondi a las 5 de la mañana. Los que no tenemos custodia. Los que somos olvidados de un sistema que nos desprecia y solo nos recuerda cuando hay que legitimizar su inmoralidad mediante el voto popular. Qué lindo seria que una vez me cierren la boca y se pongan a trabajar en lo que realmente importa y no en sus necesidades e intereses personales.
Tiene la oportunidad histórica de mandar un mensaje al ciudadano de bien ese que les hizo ganar su puestito. Ese que espera la reforma del código penal y un país que empiece a cambiar para bien. Que no sea humo señores políticos de turno. En cada caso “mediático” dicen lo mismo. Pero cuando pasa un tiempo de los Tahiel, Lautaro o la nena que fue asesinada cuando iba al colegio en Lanús se vuelven a olvidar de esa promesa y vuelven a clavar la mirada en sus intereses. Que eso no sea otra vez
Hasta la próxima amigos