

Líderes de la Asamblea Nacional Política de Mujeres Indígenas de México denunciaron la persistencia de un sistema patriarcal que obstaculiza la lucha contra la violencia de género en dicho país.
Por Maira Palavecino
maipalinfo@gmail.com
En un contexto internacional marcado por el fortalecimiento de la lucha por los derechos de las mujeres, las voces de las mujeres indígenas en México cobran relevancia, denunciando las dificultades que enfrentan para poder acceder a los mismos derechos que sus compatriotas no indígenas.
La Asamblea Nacional Política de Mujeres Indígenas (ANPMI) reiteró la necesidad de romper las estructuras patriarcales que perpetúan la violencia contra las mujeres y limitan su participación en la toma de decisiones dentro de los espacios de poder en el país. La autonomía real y la representación política son sus principales exigencias.
El reciente foro internacional de jóvenes parlamentarios, organizado en el marco del Foro Generación Igualdad, resultó ser un escenario perfecto para que las mujeres indígenas alzaran sus voces. Cristina Solano Díaz, representante de la ANPMI, aprovechó esta oportunidad para denunciar lo que
considera una falacia en la lucha por la igualdad de género en México.
En ese sentido, si bien lograron obtener avances como la elección de una mujer como presidenta y la paridad legislativa, estos no se traducen en una mejora real para la autonomía y derechos de las mujeres indígenas.
El pacto patriarcal: la trampa invisible del poder
Uno de los puntos clave de la intervención de Solano Díaz fue la denuncia de lo que ella denomina el “pacto patriarcal”. Este concepto hace referencia a un sistema de opresión estructural que no solo está presente en las leyes del país, sino también en las normas sociales, culturales y políticas que limitan la autonomía de las mujeres.
Aunque en el discurso se habla de igualdad, en la práctica el acceso a los derechos sigue siendo desigual, especialmente para las mujeres indígenas, quienes deben enfrentarse a la discriminación racial y de género al mismo tiempo.
Solano Díaz explicó que, a pesar de los avances legislativos, como la paridad en las cámaras legislativas y la llegada de una mujer a la presidencia, estas acciones no son suficientes si no se destruye el sistema que las limita.
“La autonomía real de las mujeres solo será posible cuando podamos romper el pacto patriarcal que nos margina, excluye y limita nuestras posibilidades de tomar decisiones sobre nuestras vidas”, señaló la representante de la ANPMI.
Este pacto patriarcal, según Solano Díaz, es más que una estructura de poder ya que es una mentalidad profundamente arraigada en las instituciones, las costumbres y las políticas que afectan la vida cotidiana de las mujeres.
En esa misma dirección, si bien existen leyes que promueven la igualdad, su implementación no siempre refleja una verdadera intención de cambio en las relaciones de poder entre hombres y mujeres, mucho menos en el contexto de las mujeres indígenas.
La violencia persistente: más que un problema de género
Solano Díaz también alertó sobre la violencia sistemática que enfrentan las mujeres indígenas en México. Según la ANPMI, la violencia de género no solo se manifiesta a través de abusos físicos o sexuales, sino también en la discriminación estructural, la falta de acceso a servicios de salud adecuados, y la exclusión de las mujeres indígenas de los espacios políticos y sociales donde se toman las decisiones que impactan sus vidas.
La violencia contra las mujeres indígenas tiene características particulares debido a la intersección de género, etnia y clase. Estas mujeres, además de ser víctimas de violencia de género, también enfrentan el racismo institucional y la exclusión social, lo que agrava aún más su situación. La falta de acceso a la
justicia, a servicios básicos como la salud y la educación, y la discriminación laboral son solo algunos de los factores que contribuyen a su vulnerabilidad.
Exigencias Claras para el Cambio
En su intervención, la ANPMI presentó un conjunto de exigencias específicas que buscan garantizar la inclusión y el respeto de los derechos de las mujeres indígenas.
Algunas de las principales demandas incluyen el reconocimiento y respeto de las identidades de las juventudes indígenas, razón por la cual, la ANPMI enfatizó la importancia de que las identidades culturales de las mujeres indígenas sean respetadas y valoradas en todos los espacios, desde la
educación hasta la política.
Además de la participación sin discriminación, lo cual consideraron que es necesario garantizar que las juventudes indígenas puedan participar en los espacios de poder y decisión sin enfrentar discriminación racial ni institucional.
Esto implica no solo una mayor inclusión en los procesos electorales, sino también en las políticas públicas que afectan a sus comunidades.
También mencionaron la formación para servidores públicos y en este sentido la ANPMI demandó la creación de políticas públicas de formación para servidores y servidoras públicas que les permitan entender las implicaciones de vivir en un Estado pluricultural. Este tipo de formación es clave para garantizar que las mujeres indígenas puedan acceder a servicios y recursos sin discriminación.
Por otra parte, remarcaron que las políticas públicas inclusivas deben ser adaptadas a las realidades de las mujeres, juventudes indígenas y que incorporen un enfoque intercultural y de género, motivo por el cual, las políticas no solo deben proteger sus derechos, sino también promover su participación
activa en la toma de decisiones a nivel local, regional y nacional.
Fuente: Comunicado de prensa de Asamblea Nacional Política de Mujeres
Indígenas
Foto: Resumen Latinoamericano
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