Los trabajadores realizaron una nueva asamblea para reclamar mejoras salariales y de condiciones laborales, que se llevó a cabo en las puertas del nosocomio para visibilizar la problemática que afecta tanto a los profesionales de la salud como a los pacientes.
Por Soledad Martínez
martinezgsoledad@gmail.com
El Hospital Materno Infantil Pedro Equiza, ubicado en González Catán, está atravesando una crisis que afecta tanto a los trabajadores como a los pacientes. En una entrevista con Diario NCO, Juan Roa, trabajador del nosocomio, detalló las condiciones laborales y salariales que llevaron a los empleados a realizar una asamblea en la vía pública para visibilizar sus reclamos.
“No hay voluntad política desde el ejecutivo ni del legislativo local para crear el estatuto del trabajador municipal. No hay paritarias, tenemos sueldos de indigencia”, declaró Roa, quien trabaja actualmente como personal administrativo tras desempeñarse como enfermero de guardia.
Según sus declaraciones, los salarios de los trabajadores están lejos de ser suficientes. “Una enfermera de 48 horas con 35 años de antigüedad tiene un salario básico de $248.800. Con las bonificaciones llega a un promedio de $600.000, mientras que una administrativa tiene un básico de $108.000 y, con bonificaciones, alcanza los $250.000, siempre y cuando no se descuente el presentismo, lo que implica la pérdida de $120.000”.
Uno de los puntos centrales del reclamo es la estabilidad laboral. “Pedimos que todos los monotributistas pasen a una planta transitoria y, una vez que cumplan con la antigüedad, a planta permanente, porque esto hace que estemos vacíos de profesionales porque, al no tener una planta estable con un sueldo seguro, se van”, afirmó Roa.
Además, explicó que los profesionales de la salud enfrentan dificultades económicas severas: “Con $800.000 por mes tienen que hacer aportes jubilatorios, pagar monotributos y el colegio médico. Les quedan $400.000 en el bolsillo. ¿Qué médico va a querer hacer una guardia de 24 horas en La Matanza? Ninguno”.
La situación de los médicos municipales jubilados también es preocupante. “No llegan al día 5, cuando se cobra el último día hábil del mes”, explicó Roa, quien también hizo un repaso histórico del conflicto.
Hasta 1996, los trabajadores municipales de La Matanza contaban con la ordenanza 7745, que regulaba su estatuto. Sin embargo, durante el gobierno de Eduardo Duhalde, una ley provincial redujo el porcentaje de antigüedad y generó inestabilidad laboral. Aunque en 2014 se votó una nueva normativa que permitía paritarias y estabilidad laboral, esta no se ha implementado.
Precariedad extrema
La precariedad laboral no solo afecta a los salarios. Roa destacó que los monotributistas no tienen acceso a licencias por enfermedad ni a cobertura en caso de accidentes laborales. “Hay compañeros que han tenido accidentes dentro del hospital y no cobraron un peso”, denunció. También mencionó la falta de insumos básicos: “Hoy no tenemos algodón para trabajar y los pocos insumos que nos dieron esta semana son de un lote prestado, no sabemos si de Nación o Provincia”.
La falta de personal también es alarmante. “Tres veces a la semana no hay pediatras de guardia y el domingo una persona falleció por falta de médico. Esas son las condiciones de nuestro hospital”, denunció Roa.
También advirtió que los fines de semana es probable que no haya parteras disponibles y que los turnos de guardia estén cubiertos por un único clínico en horarios limitados.
Por otro lado, el personal de limpieza, contratado bajo cooperativas, también enfrenta una situación crítica. “No llegan a cobrar $300.000 y están en negro, sin beneficios ni ART”, agregó Roa.
La precariedad salarial obliga a muchos trabajadores al pluriempleo. “La mayoría de las personas no llegan al día 5 o 10. Con dos trabajos más o menos te acomodas. Vivir solo de este sueldo es imposible”.
Cabe remarcar que la situación no es nueva. Según Roa, la degradación de las condiciones laborales comenzó en 1996 y se ha profundizado con los años. “En 1989, cuando ingresé al municipio, cobraba 40% más que un enfermero provincial. Hoy cobro un 60% menos”, concluyó.
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