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“La situación para alquilar es casi imposible”

“La situación para alquilar es casi imposible”.
“La situación para alquilar es casi imposible”.

Luego de la derogación de la Ley de alquileres en el DNU 70/2023 que firmó el presidente Javier Milei a días de asumir, conversamos con vecinos de La Matanza para repasar la situación sobre los alquileres en lo que va del año.

En la nueva modalidad de libre acuerdo entre las partes, según lo establecido en el DNU, se registraron aumentos en torno al 100 por ciento y en muchos casos los inquilinos se vieron forzados a reubicarse: buscar alquileres más baratos o volver a la antigua casa de los padres.

Ezequiel de 32 años contó la situación en la que retornó a casa de sus padres hace un año en el barrio Villa Scasso de Rafael Castillo, luego de alquilar un departamento chico en Villa Madero: “Estaba trabajando en blanco con el convenio de playeros, el alquiler representaba un cuarto de mi ingreso total”

“Cuando cambié de trabajo y pasé a un buffet en negro y con un sueldo mucho más reducido, el alquiler ya representaba la mitad de mi ingreso, lo cual me llevó a tener que dejar de alquilar, incluso terminando el contrato un año antes de que se venza”, desarrolló.

Sobre este cambio comentó: “Representa inevitablemente un retroceso en cuanto a mi independencia y el desarrollo de mi vida cotidiana. Varios aspectos se limitan: las entradas y salidas tardes a la casa interrumpen al resto, no puedo hacer uso libre de las instalaciones para socializar, ni tampoco de un espacio para poder tener intimidad. O planificar sobre esas instalaciones”

“La situación para alquilar es casi imposible, no solo porque los alquileres son caros, sino porque representan más de la mitad de los sueldos de los trabajos precarios que se pueden llegar a conseguir. De hecho un factor más es la inestabilidad laboral, está muy lejos la posibilidad de alquilar porque por más que tenga un trabajo (precario y en negro) no sé cuánto tiempo voy a trabajar sin que haya una rotación o achique de personal”, concluyó.

“Lo irregular de sostener un contrato en el tiempo fue poniendo mucha inestabilidad a esa estadía”

José Luis (32) compartió su experiencia, similar a la de Ezequiel, por la que tuvo que abandonar un alquiler en el barrio de San Alberto, Isidro Casanova y retornar al antiguo hogar familiar en Virrey del Pino: “Pasados los resultados electorales hubo una fuerte disparada del dólar, en ese momento la propietaria canceló el contrato, me dice que va a necesitar plata encima. Me plantea un incremento del 100 por ciento y me daba el periodo de un mes para retirarme si no estaba de acuerdo”

“Ya por fuera del contrato no había un plazo para actualizaciones. Unos meses después me planteó otro aumento, a los tres meses, un incremento del 100 por ciento y me dijo de labrar un nuevo contrato, pero con actualizaciones de seis meses. Ahí fue cuando miré el número y pasaba a ser caro, vi que había alquileres por ese monto, pero en otros lugares”, continuó el relato.

En el mismo sentido enumeró elementos por los que se decidió a dejar el alquiler: “Se combinó con una serie de sucesos que hicieron que no quiera vivir ahí, un par de casos de inseguridad que me condicionaron muchísimo, que implicaba que en ciertos horarios no podía hacer nada fuera de mi casa o el gasto de remises si quería salir de noche. Y cuestiones personales por las que no quería estar en ese barrio”.

Por último, contó las dificultades para conseguir un nuevo sitio: “No conseguí algo acorde. Lugares en los que el precio era aceptable presentaban condiciones muy irregulares, como incrementos inciertos, contratos de 6 meses con altos costos de ingreso.
Esto por dueño directo, es que por inmobiliarias los costos de ingreso eran muchísimos más altos”.

De nuevo en casa de sus padres, también lo reconoció como “un impacto para el desarrollo como adulto”. Y finalizó: “Ansío el conseguir un nuevo lugar en lo inminente, quizá un mes o dos. Así no sea lo que tracé al irme del último alquiler. Sin embargo, reconozco que la situación más general del país irá marcando los plazos y las características del volver a salir del nido”

“Cuando asumió Milei se me fueron todos los impuestos al triple”

Juan (45) tiene una carnicería en Barrio Central, Rafael Castillo, y alquila una casa amplia a un familiar a pocas cuadras, hace dos años y medio. En el diálogo contó cómo la situación se volvió más difícil para sostener los alquileres y el pago de los impuestos, y el arreglo al que pudo llegar para no tener que abandonar su alquiler.

“Empecé alquilando a un familiar, no tuve que pagar meses de depósito ni nada. La verdad que era accesible, también pago el alquiler de un local y no se me hacía pesado. Quien me alquila la casa es mi primo, así que empezamos con algo bajo, moderado”, explicó.

A pesar de que en 2023 los aumentos eran cada vez más frecuentes reconoció que los podía pagar, pero a partir de diciembre la situación se tornó muy complicada: “Encima laboralmente se fue todo muy a pique. Cuesta mucho mantener el negocio. Cuando asumió Milei se me fueron todos los impuestos al triple. El alquiler lo llegaba a pagar, medio raspando, cada vez se hacía más pesado”.

“El mes pasado mi primo me planteó que la plata que le estaba pagando de alquiler ya no le servía. Yo le pagaba la mitad del alquiler que él paga en Mar Del Plata, él se mudo con su familia allá y habíamos quedado en ese acuerdo verbal. Ahí le digo ¿Cuánto vas a pagar este mes? 500 mil pesos me dijo, ´pero después hablamos´. La verdad se me vino el alma abajo, yo estaba pagando 100 mil pesos, con los impuestos 130”, relató.

Luego continuó: “Empecé a ver en los alrededores, este es un barrio humilde y resulta que estaban la misma plata que él me quería cobrar casas mucho más precarias, con menos ambientes o sin patio, sin garaje, alrededor de los 200 mil pesos. Algo del tamaño que yo estoy alquilando estaba más de 300 mil pesos. Yo me asusté, digo ¿Qué hago ahora?.”

Para concluir comentó: “Al otro día hablamos y le dije que lo que me quería cobrar, así sean 200 mil pesos era un buen precio, pero mi situación económica no me lo permite pagar, se lo planteé y llegamos a un arreglo por 150 mil pesos, más lo impuestos estaré pagando 200 mil. La verdad quedé feliz que solo me aumente un 50 por ciento y no un 100 por ciento, a pesar que ese precio también iba a estar bien”.

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