
En lo que fue el segundo tramo de la nota con Amigos en el Camino, explicaron como es el trabajo voluntariado y qué sienten al realizarlo.
Tomás Modini
@ModiniTomas
El trabajo voluntariado
En la segunda parte de la charla, Mónica De Russis habló sobre los integrantes de Amigos en el Camino: “Somos un grupo muy numeroso de casi 150 personas gracias a dios porque es mucha la labor que realizamos. Es todo voluntariado, tenemos tres áreas que es en tu casa, en la sede o en la calle. Desde casa podes ser cocinero, encargado de termos de café o de caldo o preparar maples de huevos duros que aportan proteínas o tortas de cumpleaños porque festejamos sus cumpleaños”.
“También en redes sociales, desde tu casa podes ser encargado de redes y de edición de vídeo y demás para poder pertenecer al equipo”, agregó. (@amigosenelcamino en Instagram)
En cuanto al trabajo en la sede, describió que “podes venir a hacer tu voluntariado en tareas generales como armar equipos para que salgan a la calle, los sábados ordenando ropa y todos los pedidos y los miércoles en la oficina que implica el trabajo de ese día y de acompañamiento como a hospitales o trámites”.
“En la calle son las recorridas nocturnas donde podes participar principalmente con tu auto por todas las cosas que llevamos y por la extensión y distancia de los circuitos que recorremos. Y también a pie obviamente”, completó.
Situación de la gente que ayudan
En la continuidad de la charla, la Directora Ejecutiva comentó que hay vecinos que también necesitan una mano: “A nosotros no explotó la sede y con muchas personas que están en situación de calle pero con muchos vecinos del barrio que no llegan a comer. En todos los recorridos también tenemos un circuito de hotelados, que son personas que salieron de la calle y están viviendo en un hotel”.
“Estas personas recorren la ciudad porque conocen los lugares y puntos donde se entrega comida y son muchos. Nosotros tratamos de enfocarnos en la calle efectiva pero es muy difícil, más la explosión de la sede que viene gente llorando y con vergüenza de no tener para comer”, añadió.
En cuanto a las personas que están sin un hogar, subrayó que “hay que tratar de imaginarse lo que es dormir en un piso con un cartón, con el frío que te pega y con la lluvia que te moja. En verano con el calor que te taladra si tener la posibilidad de tener algo fresco a mano. Con hambre, mal alimentado, angustiado y en estado depresivo”.
“Hay muchas personas con problemas de salud mental, existe un abandono de persona por parte del estado porque no se ocupan. No tiene un lugar donde concurrir, porque a los paradores de la Ciudad no pueden ingresar. Están abandonados a su suerte y a la muerte en la calle”, disparó.
“Colaborar nos deja sentimientos encontrados”
Para cerrar, y ante la pregunta de qué sienten al dar una mano al que menos tiene sin un fin económico, expresó: “Tenes sentimientos encontrados. Siempre decimos que hay que salir del lugar de la queja porque si los que tienen que hacer algo no lo hacen yo no puedo solamente quejarse. Desde mi lugar chiquito tengo que hacer algo para cambiar, poner el cuerpo, el alma y no solamente quejarme”.
“Esa energía es buena ponerla en acción, en hacer algo sin importar si es poco porque es algo. A veces uno no puede cambiar el mundo pero si cambias el mundo de una persona sí que vale la pena”, aseguró.
Además, aseveró que “sentís la tranquilidad de que apoyas la cabeza en la almohada e hiciste algo” y que “al mismo tiempo, te acordas de la gente que pasa frío a la noche durmiendo en la calle y que no se pueden dar una ducha o cenar bien”.
“Es una mezcla de cosas y la felicidad no termina siendo del todo completa”, concluyó.
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