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Las referentes de la red Las Celinas, Ivana Ruiz y Eugenia Otero, abordaron temas cruciales que afectan a la comunidad, desde la crisis en los comedores sociales hasta la urgente necesidad de una Comisaría de la Mujer
Por Paula Tevez Varela
paulatv56@gmail.com
Sobre la preocupación del gobierno sobre presuntas irregularidades en las organizaciones sociales, alegando que algunos gestores se quedaban con la comida o la dirigían a destinos no deseados. Ivana Ruiz respondió que, a pesar de pertenecer a una organización, las referentes de comedores eran mujeres de la comunidad con historias y trabajos previos, desmitificando la idea de que las organizaciones sociales eran manejadas por intermediarios.
Ivana describió el trabajo de estas mujeres: “Las compañeras, se encargan de organizar el comedor y hacen maravillas. Imagínate que con lo que llega alimentan y a veces pasa que terminan la olla y caen más pibes y empiezan a improvisar, a inventar algo como para que esa familia se lleve al menos algo, últimamente puede ser un paquete de fideos solamente”.
La entrevistada aclaró que “no hay diálogo, no hay un canal de conversación. Nosotros cuando la ministra dijo que nos iba a recibir uno por uno las compañeras se acercaron una por una presentando su reclamo porque es real, porque existe y no nos recibieron”.
“Nadie nos visita, nadie no nos está teniendo en cuenta, así que no. Está muy difícil, muchas y muchos de los compañeros reciben el potenciar trabajo y está congelado el monto, con la inflación que hay eso se perdió, no tiene valor”, agregó.
Un compromiso que trasciende la asignación estatal
A pesar de estos desafíos, la dedicación de los compañeros persiste. La voluntad de seguir prestando tareas a pesar de las condiciones adversas resalta el compromiso solidario que caracteriza a quienes trabajan en los comedores y merenderos.
Eugenia Otero, aportó: “Es algo que trasciende a la plata que te pueda llegar a dar el Estado. Es algo que estaba antes de cualquier aparato político y va a persistir. Siempre vamos a necesitar”.
Ivana coordina 30 merenderos y comedores en La Matanza, sin embargo, hay al menos otros 132 comedores oficialmente registrados, mientras que otros no cumplen con ciertos requisitos, como la falta de instalaciones adecuadas. Este escenario ilustra los desafíos burocráticos y de infraestructura que enfrentan estas organizaciones, limitando su capacidad para recibir apoyo municipal.
“Hay compañeras que tienen 5, 6, 7 chicos y que entienden de necesidad. Sus hijos comen en el comedor y estas mujeres, sin respaldo de nadie, le han dado de comer a cientos de pibes”, enfatizó Ivana.
El “Ida y Vuelta” de Las Celinas
La lucha principal de Las Celinas es la creación de una Comisaría de la Mujer, Las entrevistadas revelaron que “no hay avances nosotros como red y como compañeras organizadas en Las Celinas es nuestra lucha principal y no tenemos mucha respuesta, lo que sí vemos que es súper necesaria en la localidad porque al incrementarse todo este tipo de violencias, las compañeras se acercan a la comisaría y son revictimizadas, violentadas nuevamente, entonces seguimos solicitando en nuestro pedido de la Comisaría de la Mujer para Celina”.
Eugenia Otero, compartió su experiencia personal durante la entrevista. Reveló que, aunque fue víctima en algún momento, ha logrado superar esa etapa. Sobre si se deja de ser víctima, expresó: “Se deja de sentir un poco. Que es importante también salir de ese lugar, Está bueno salir un poco de ese lugar para sanar un poquito”
“Me acerco justamente a Las Celinas en carácter de víctima. Me enrollo con las chicas y les cuento un poco de Arte rodante. Yo como soy psicóloga social empecé trabajando con niños en casa que fue mi manera de poder sostener, de poder independizarme, además no dentro de ese ciclo de violencia, sino no, no hubiera podido y en ese núcleo es que me uno a Las Celinas”, recordó.
La dinámica de Las Celinas se describe como un constante “ida y vuelta”, donde el compromiso es colectivo. En este entorno, denunciar algo se convierte en un acto respaldado por la solidaridad y el respaldo mutuo. Las chicas de Las Celinas desempeñan roles fundamentales al asesorar, acompañar, llamar, denunciar y gritar.
Mujeres que ayudan a mujeres: La esencia de Las Celinas
Eugenia aseguró que “es para todas las chicas de la comunidad, nosotras trabajamos de una manera muy honesta muy transparente. no recibimos un peso por ayudar a ninguna vecina. Todo parte de nosotras, fotocopias, transportes, tratamos de simplemente dar todo lo que podemos porque en algún momento, así como me ha pasado a mí le puede pasar a cualquiera”.
La comunidad de Las Celinas se caracteriza por ser inclusiva y diversa, abarcando a mujeres que, en ocasiones, participan en diversos partidos políticos, así como a personas que no tienen una participación activa en la política.La premisa fundamental es poder escuchar a la otra, ofrecer consejo, brindar apoyo y ser un hombro en momentos difíciles. Las interacciones en Las Celinas no se limitan a la adversidad; también celebran juntas los momentos de éxito y superación.
“Esta justicia no para de revictimizarte de hacerte sentir horrible a vos a tus hijos y si puede aplastarte, te aplasta, es un camino muy largo, es un camino muy difícil y es un camino que justamente de estar acompañado, fortalece un montón”, expuso Eugenia.
En este sentido añadió: “Es muy difícil pararse desde otra óptica y sentirse fuerte para poder afrontar todo lo que conlleva, la violencia de género no es simplemente que vengan y que te peguen una piña. La violencia de género enmarca, tantas cosas y la acompañan y le apañan tantas cosas que es muy difícil para un solo hombro”.
Desafíos en la lucha contra la violencia de género
Ivana destacó una problemática crítica que enfrentan en la actualidad. El proceso de acompañamiento que Las Celinas ofrecen se extiende desde antes de la separación o la denuncia. Sin embargo, la complejidad emerge cuando la mujer está lista para dar el paso de denunciar y alejarse del agresor. En este punto crítico, la falta de vivienda se presenta como un obstáculo significativo.
Eugenia declaró que “esa víctima, además también se siente culpable de pedir que le saquen al agresor de su casa, o sea, es tan compleja la violencia de género, es tan compleja, que es muy difícil acompañar a las víctimas sin que ellas mismas se sientan culpables de todo lo que les esté pasando, es muy difícil que puedan acceder al Denunciar a sus agresores, porque sienten que se lo merecen”.
“Pasó este fin de semana una situación de una compañera buscando alquiler y están por las nubes, tienen los requisitos altos, las compañeras por lo general no trabajan porque esta violencia no les permitió defenderse o tener un trabajo, entonces la solución que encontramos este en esta última situación es que la compañera alquile una habitación de una casa”, sostuvo Ivana.
Afirmó que “no es para nada cómodo, pero era eso o volver con el violento, entonces no queda opción, no nos queda opción y bueno y así todo como como compañeras de Las Celinas, lo festejamos cuando esta compañera se pudo mudar, fue un alivio para todas”
“Cuando nosotros decimos compañeras, no estamos diciendo compañeras de una persona que está que participa activamente de nuestra comisión, estamos hablando de una vecina que se acercó y nos comentó. No viene con nosotros a marchas. Es simplemente una vecina más que necesitaba ayuda y recurrió a nosotras, y respondimos de esta manera como pudimos resolverlo y lo festejamos, concluyó Eugenia.