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Hernán Reyes: “El cartel de las prepagas tiene que terminar”

El legislador reflexionó acerca de las políticas de regulación.
El legislador reflexionó acerca de las políticas de regulación.

El legislador de Vamos por Más (VxM) participó de un mano a mano con parlamentario.com en el que analizó los fuertes incrementos que sufrieron las prepagas, su impacto en el sistema de salud y las primeras medidas económicas impulsadas por el Gobierno de Javier Milei.

ZUNINOLuego de que junto a otros referentes de la Coalición Cívica impulsaran una denuncia para frenar los aumentos desmedidos en las prepagas, el diputado de Vamos por Más (VxM) Hernán Reyes reflexionó acerca del impacto que tuvieron esos incrementos en el sistema de salud y analizó las primeras medidas económicas impulsadas por el Gobierno de Javier Milei.

-En los últimos días usted se refirió a los aumentos desmedidos en las prepagas, ¿se puede poner un freno a esa situación?

-En primer lugar, veo con mucha preocupación la situación de muchas personas que no están llegando a fin de mes. Esto se generalizó en la clase media y se vuelve más complejo con las prepagas. Acá hay un contexto económico muy difícil que debemos reconocer. Ese contexto tiene que ver con acciones del Gobierno y, mucho más, con acciones de Sergio Massa, Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. Que las prepagas tenían un atraso en los precios, es bastante probable porque el horizonte de aumentos durante el precio regulado fue pensado para contener una inflación que se disparó. No dudo de eso. Tampoco dudo que buena parte de esa asfixia terminó cayendo sobre los sanatorios y los profesionales de la salud. Ellos no solamente no vieron actualizaciones a la par, sino que reciben pagos de entre 90 y 180 días. A lo que voy es a que el sistema completo estaba roto. Ahora hay que ver bien cuál es la mejor salida porque abandonar a las personas no es el camino. Son personas, no números. Son todo tipo de familias, pacientes con enfermedades crónicas, oncológicos, con operaciones pendientes y nuestros jubilados. El sistema estaba mal, no quedan dudas. La regulación recaía sobre sanatorios y profesionales, pero la desregulación sin más abandona a las personas y, dudo, beneficie realmente a los sanatorios y profesionales. Nosotros pedimos que se analice el mercado y se proponga una regulación lógica, que cuide a las personas, sin volver al régimen de precios regulados.

-¿Cómo se puede terminar con la cartelización de las prepagas?

-El cartel tiene que terminar. Así como empezó, tiene que terminar. Si vamos a un sistema de libre mercado, entonces hay que cumplir con las reglas de competir. Eso es el piso, si no, estamos en el peor de los mundos. El problema de Argentina es el corporativismo, si es regulado por el Estado o desregulado, pero con carteles coordinados por las cámaras empresariales, el problema sigue. La competencia es la nota que permite evitar el abuso, tanto para los usuarios como de los proveedores. La UAS deberá presentarse en la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia y ser serios con esta denuncia. Explicar lo que tengan que explicar y cambiar su forma de operar. No pueden fijar precios, tampoco pueden fijar bandas de aumentos ni coordinar la política de las empresas con los proveedores de salud. Es bastante simple lo que tienen que hacer.

-Más allá de la situación con las prepagas, ¿qué análisis puede hacer acerca de la situación económica que está atravesando la Argentina?

-Como decía antes, la situación económica de Argentina es compleja. Estamos frente a un ajuste que explota en el mercado por la impericia del Gobierno anterior. Dejaron un desastre, al punto tal que están esperando guardados a que la gente se olvide del desastre que hicieron para empezar a criticar a Javier Milei. El ajuste cae sobre todos e impacta mucho entre vulnerables y la clase media. Estoy preocupado,  por la situación de las prepagas, por las jubilaciones que quieren que estén a tiro de decreto, por los alquileres que no bajan, y un crecimiento sostenido de las crisis de salud mental, sea con adicciones o padecimientos agudos. Veo a una Argentina rota, que necesita una salida. Muchos esperan que Milei cumpla con su promesa, y yo le deseo lo mejor, pero creo que para eso tiene que dialogar más con el futuro, que seguir bajo la narrativa populista del enemigo. No va alcanzar ese discurso cuando empeore todo. El consenso fue el discurso negado de la última campaña electoral. Se instaló la demonización del diálogo, el problema es que ya no estamos en campaña. Hay que gobernar. Nosotros siempre tuvimos como bandera el contrato moral, es porque entendemos que es tiempo de dar un cierre a la violencia económica, institucional y de la palabra, Los discursos violentos solamente alimentan la cara más dura de la Argentina y nos llevará a una crisis sin límites. Elisa Carrió siempre habló de la anomia, de ahí es difícil volver. Estamos a tiempo de cambiar el curso, pero es con diálogo.

-Por último, ¿cree que la medidas implementadas por el Gobierno favorecerán la regulación de los precios?

-Supongo que te referís a si el mercado liberado va a lograr estabilizar los precios. Esa es la tesis del Gobierno, lo que necesita ser traducido a que la inflación baja como consecuencia de la recesión de la economía. Sí, esa regla debería suceder pero ¿a qué costo? El objetivo que tenemos es domar la crisis y ordenar el ajuste. Para eso hay que ser más pragmático y menos dogmático. Probar lo que nunca se hizo, cumplir con la ley. Dar certezas de seguridad jurídica y atender las necesidades con marcos de regulación razonables. La desregulación como tal no existe, es una fantasía o un discurso. Lo que hay es un cambio de una regulación a otra que se apalanca más en la oferta y la demanda. Está bien eso, podemos coincidir ahí, pero tenés que entender cada mercado para conocer su dinámica y ver dónde están las restricciones. El presidente en Davos decía que las fallas del mercado no existen. Con esa filosofía, claro que no va a entender el problema que tienen los pacientes crónicos o los jubilados cuando el sistema no les permite elegir con libertad su plan de salud. Pagar cuatro, cinco o seis veces un plan normal, no es una opción real. No verlo es de necio. Lo mismo creo para la entrada de las micro y pequeñas empresas en ciertos mercados o para afrontar sus costos. Hay algo ahí que atender. Lo mismo con los alquileres, no es tolerable que los inquilinos puedan ser expulsados sin más de un mes al otro sin incumplimientos. Cuando los modelos fallan, no hay que enojarse con la realidad, sino cambiar el modelo.

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