Asesinato de Eliana Tabbia: El crimen del 2005 por el que nadie fue preso y del que se dio más de una versión que era mentira. En Anticipos recordamos el caso que conmovió al país y que, al día de hoy, sigue sin respuesta.

(por Aldana Farinelli).- El crimen de Eliana Tabbia: El hecho sucedió el 29 de agosto de 2005 en Hurlingham cuando la joven de 17 años fue a la casa de su amiga de toda la vida Yamila. Sin embargo, al rato de haberse ido, Gabriela Lofeudo, la madre de Eliana, recibió un llamado: tenía que ir al Hospital de Haedo porque su hija había recibido un tiro en la cabeza.
Desde ese entonces comenzaría una verdadera pesadilla para Gabriela, que sigue hasta el día de hoy cruzándose con el asesino, pero ¿Qué pasó?
«A Eliana no la mató una amiga. El asesino sigue suelto, es un hombre, es un ex militar, se llama Walter Virga, lo escracho por todos lados. Jamás estuvo preso, nada», dijo la madre de Eliana en diálogo con Anticipos desmintiendo todas las versiones que se dieron en un comienzo: que en un juego de adolescentes, Yamila le había disparado a su hija.
«Esa versión la dijeron al principio. Estaban en la casa de él, entonces era mucho más fácil echarle la culpa a otra menor que era impune, tenían todas 17 años», afirmó Gabriela que conocía al asesino desde que su hija era un bebé.
Eliana Tabbia: El crimen de Hurlingham cumplirá 17 años sin justicia

«Al asesino yo lo conocía, la conocí a la esposa de él cuando estábamos embarazadas las dos, ella de Yamila y yo de Eliana. Éramos vecinas, a una cuadra y media de mi casa viven, era una familia sumamente de confianza para mi, hasta ese momento. Yo sabía que él era militar, lo que no sabía era que era un pelotudo que manejaba las armas adelante de adolescentes y de sus propios hijos», aclaró Lofeudo.
Walter Virga es el militar señalado. Sin embargo, nunca fue preso. «Él declaró en su contra, asesoradísimo dijo que le quiso hacer una broma y no se dio cuenta que el arma estaba cargada, era una Magnum, decime cómo un militar cómo no se dio cuenta y le puso el arma en la cabeza. El orificio de entrada era chiquito, pero el de salida era la mitad de la cabeza de Eli», recordó Gabriela.
La madre de la víctima sigue recordando el crimen como si hubiese sido hoy. «Vivimos los dos a una cuadra del hospitalito, él fue al hospital, pidió la ambulancia, la trasladaron a Eliana hasta Haedo. Yo sentí las ambulancias, pero lo que menos me iba a imaginar era que llevaban a mi hija. Yo no lo sabía. Desde el celular de mi hija me llama el y me dice “anda al hospital de Haedo, Eliana tuvo un accidente”, cuando me dijo así yo la mire a mi otra hija de 11 años y le dije “quédate con tus hermanas, Eliana está muerta”, yo lo presentí».
Si bien Gabriela intentó abrir la causa, no lo logró y es al día de hoy que se sigue cruzando a la familia del asesino. «Se me ríe en la cara porque mató a mi hija y quedó libre, es como que no pasó, es como que Eliana no hubiera sido nada, yo te juro que cada vez que lo veo, lo que tengo se lo revoleo».
Lo único que logré es que le den la baja en la Base Aérea, pero lo indemnizaron, ya ahí me pareció injusto. El tipo de tener una casilla, una casa humilde, se hizo una casa de 3 pisos, auto 0km», denunció Gabriela que sufrió insultos y amenazas por parte del militar.
Eliana Tabbia: El crimen de Hurlingham cumplirá 17 años sin justicia

Eliana falleció con 17 años, y su madre la recuerda como «una luz, era esas chicas alegres, vivía riendo, siempre contenta, siempre de buen humor, muy amiguera, tenía amigos por todos lados, yo estaba separado de su padre y siempre acompañándome, al ser mi hija mayor prácticamente nos criamos juntas, siempre con la palabra justa de “vos podes”; era hermosa, en todo sentido. Hasta cuando la estábamos velando, para tapar el agujero de la bala de la cabeza le pusieron como una coronita de florcitas, parecía una novia, estaba hermosa».
«Yo lo único que quiero es justicia, que se haga justicia, nada más», pide Lofeudo que recuerda cuando atacó a Virga: «Casi lo mato, agarré un palo. A los dos meses que murió Eliana yo pesaba 42 kg, y soy alta, sin embargo agarre un palo y se lo partí la cabeza no sé en cuántas partes. Yo si estuve presa, porque habían pasado dos meses y no me declararon emoción violenta».
Hoy en día Gabriela trabaja en una agencia de remis en pleno centro de Hurlingham y la gente aún la reconoce cuando la ve y recuerda el caso. «A mi me encanta que se acuerden de Eli, es un caso que impactó muchísimo, en ese momento no se veía tanto como ahora, no se de donde saqué fuerzas, a veces me pregunto cómo sigo adelante, pero voy a seguir hasta que lo vea a él o que se muere o que digan este asesino no puede estar suelto y encima burlarse de la madre de la chica que mató».
Fuente: Anticipo.