Número de edición 8481
Cultura

Me cuenta mi señora

Me cuenta mi señora
Me cuenta mi señora

Me cuenta. A mediodía los obreros y los jubilados arrasaban con el menú fijo en el ya derruido barsucho donde él hacía de mozo. Yo iba con frecuencia por mi trabajo, para rellenar planillas, y leer el diario

Por ROLANDO REVAGLIATTI

Ahora es el repartidor de una tintorería. Ayer, casi de noche, fue a mi departamento en misión repartidorai. A mi regreso, hoy, después de una gira que me mantuvo alejado por esos caminos polvorientos, me cuenta mi señora, esa falsa e indómita pelirroja suculenta y estéril, que me extrañaba terriblemente, y que el jovencito irrumpió en su anhelo de mí con nuestra colcha lila, y que lo condujo al dormitorio para constatar sobre nuestra cama con baldaquín la correcta limpieza de la colcha, y que una vez situado el pichón de playboy, y asaltado, se entregó a la bacanal que desde mi señora, mi esposa, me estuviera —irremediable, inconteniblemente— dedicada. Se portó bien, muy bien, aseguró; fantasioso e incansable; remató, relajada: excelente.

TE PUEDE INTERESAR:

Sé absorber los más impresionantes uppercuts del destino. Pocos, sí, pocos como yo. Este servidor. Estoy hecho de una extraña pasta.

Artículos Relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver al botón superior